Tras la lluvia incesante durante la
noche, Madrid se ha despertado limpia y fresca. Este día de San José, día del
padre, es fiesta en cuatro comunidades autónomas. Jornada de disfrute con mi
hija Zoe (me encanta las cosas que me cuenta a sus 14 maravillosos años), de
comida familiar y de alguna serie de las que seguimos. La deliciosa levedad de
un día tranquilo. Un oasis en este VUCA world.
Ayer estuvimos hablando de las
Fallas, esas fiestas universales de la innovación en Valencia. Recordaba los
días que pasé con Eric Grossat y su equipo de innovación de Abbott (puedes
leerlo en este mismo blog, 17 de marzo de 2011: Fluidez en las Fallas).
Hablamos de la consciencia (comerse una naranja Valencia Late poniendo los
cinco sentidos), de que el equipo es como una paella (con la confianza como
arroz), del ruido, el sonido y la mascletá, de la ofrenda (liderazgo de
servicio) y de la reinvención. Hace cuatro años tuvimos la ocasión de vivir
algo excepcional, que junto a ser Caballero de la Hispanidad de Guadalupe y
asistir como invitado al Festival de Cine de San Sebastián está entre las
mejores sensaciones que uno pueda tener.
En su blog ‘Escuela de padres’ de
Hoy.es, el psicólogo Carlos Pajuelo Morán nos enseñaba el pasado 16 de mayo
‘Cinco cosas importantes que debemos enseñar a los hijos’ (http://blogs.hoy.es/escuela-de-padres/2013/05/16/cinco-cosas-importantes-que-debemos-ensenar-a-los-hijos/).
Carlos Pajuelo es orientador de la Consejería de Educación y Cultura del
Gobierno de Extremadura, la Toscana de España, y profesor de la UEx.
En palabras de Carlos, “La tarea de
ser padres no es construir hijos sino ayudar a que los hijos se
construyan a sí mismos.” Por ello, “el fracaso como padres no
reside en lo que nuestros hijos hacen o dejan de hacer, ni en lo que los
padres olvidamos que hemos hecho. En todo caso, reside en no dejar que nuestros
hijos sean los dueños de sus aciertos y de sus errores.” En esa línea, “el
olvido nos puede volver rígidos, incluso resentidos y el resentimiento
conlleva el peligro de “perdernos” la vida que nuestros hijos
adultos han decidido, libremente, vivir. Pero olvidar no es fracasar.”
Las cinco cosas que debemos enseñar a
los hijos, en opinión de Pajuelo, son:
1) Enseñarles a decir te quiero. “Querer
es para toda la vida y se quiere a los hijos porque son nuestros hijos, y no
por lo que hacen, ya que lo que hacen es parte de la vida de nuestros hijos: Su
propia vida. Nuestros hijos no son nuestras ilusiones ni nuestras
metas. Escuchar a adolescentes decir que se sienten mal porque no han
sido capaces de satisfacer las expectativas que sus padres tenían depositados
en ellos es algo habitual en estos días de búsqueda de nota media en la cercana
Selectividad.”
2) Enseñarles el valor que tiene
guiar. “Los guiamos cuando son pequeños y, cuando son adultos,
nuestra luz sigue ahí dispuesta a guiar. Los padres somos faros, no
para evitar que nuestros hijos se pierdan, sino porque sabemos que es posible
que se puedan perder y, en ese momento, es cuando más necesitan que
nuestra luz brille. La luz dice dónde estamos los padres para que
nuestros hijos siempre lo tengan en cuenta. No indica hacia dónde tienen que
ir, porque el camino que escogimos los padres es solo nuestro camino.”
3) Les enseñamos aceptación. Que los
aceptamos tal y como son. “Nuestra imperfección nos ayuda a ser comprensivos
con las imperfecciones de los que nos rodean. Les apoyamos y confiamos en su
capacidad para tomar decisiones en función de su edad. Confiamos en que
educamos para que nuestros hijos sean capaces de vivir su vida y tomar sus
propias decisiones. Confiamos en su capacidad para afrontar los
reveses que, sin duda alguna, les acarreará tomar determinadas decisiones.”
4) Les enseñamos el valor del
respeto, porque respetamos sus ideas, sus creencias. “Respetar no es sinónimo
de compartir. Aceptamos y valoramos que nuestros hijos piensen, aunque sea de
forma diferente a nosotros, o que tengan creencias y gustos diferentes a las
nuestros. Las parejas de nuestros hijos, sus creencias, sus opciones
políticas no deberían de ser nunca una frontera.”
5) Les enseñamos disponibilidad, “que
los padres tenemos siempre para nuestros hijos, que siempre seremos menos
rencorosos, siempre tendremos los brazos abiertos, que no nos cansaremos
de dar pasos que nos acerquen a ellos, que aceptamos, por ser padres, que nos
corresponde siempre la tarea de construir puentes.”
Carlos Pajuelo concluye: “La vida es
fugaz, los hijos nos gastan las hojas del calendario a un ritmo vertiginoso.
¿De verdad crees que has fracasado como padre?, ¿no será que has olvidado todo
lo que les has enseñado?”. Gracias por iluminarnos.
Me gusta la imagen del padre (o la
madre, a estos efectos) como brazos (disponibilidad), como mirada (respeto),
como mejilla (aceptación), como faro (guía), como corazón (amor).
Hablando de nuestra paternidad
responsable, debo citar a mi amigo, maestro, compañero como mentor del Human
Age Institute, José Antonio Marina. Para el profesor Marina, “Educar es la
actividad fundacional de la especie humana”. Mejorando el proverbio africano,
JAM nos dice que “para educar bien a un niño hace falta una buena tribu
entera”. Familia, escuela y el resto de agentes sociales. No te pierdas su
exquisito ‘Handbook de Talento’ en el Human Age Institute www.humanageinstitute.org y sus
artículos en El Confidencial: www.elconfidencial.com , el último dedicado al
Foro de Foros de La Granja, donde ha liderado el bloque de Educación.
Mi libro de hoy ha sido el de
ponencias del Congreso de CEDE “La globalización del directivo” (Sevilla, 4 de
noviembre de 2014). Gracias a Carmen Morilla y a todo el equipo de la
Confederación Española de Directivos y Ejecutivos. Aportaciones de SM el Rey
Felipe VI, la presidenta de la Junta de Andalucía, el alcalde de Sevilla, el
presidente de CEDE (Isidro Fainé), el ministro de economía, los presidentes de
Repsol, Indra, Anfac, AGQ, Freixenet, IEE, Deloitte, KPMG, Heineken, la
Fundación La Caixa y ManpowerGroup, los VP de Telefónica, Ayesa, ADACEM y CEDE,
el DG Corporativo de ACS, Abertis, Agbar y AIG. Nuestro amigo Álex Rovira, los
periodistas Mónica Carrillo y Simón Onrrubia, el sociólogo Víctor Pérez Díaz.
Ricardo Díaz, Francisco Belil, Amparo Moraleda.
Y la jornada “Talento en Crecimiento” (CEDE-Human Age Institute) que
tanto éxito tuvo en la capital hispalense. Un libro primoroso, un recuerdo
imborrable. “Los directivos tenéis que ser una referencia no solo para vuestros
colaboradores, sino también para el conjunto de la sociedad” (Felipe VI).
Aviso a padres, a líderes, a coaches:
“La disciplina es la segunda cosa más importante que los padres deben enseñar a
sus hijos. La primera, por supuesto, es el amor” (José Antonio Marina). De
jefes a “gefes” (generadores de felicidad).
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