Jornada
en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas con un importante cliente de Manpower con
más de 5.000 empleados y un crecimiento del empleo muy elevado. Mi gratitud a
su CEO, equipo directivo y a los más de 200 profesionales que allí se han
congregado para reconocer el Liderazgo ligado a sus atributos.
He
estado leyendo, en el número de diciembre de Harvard Business Review, el
artículo de portada: ‘El lanzamiento de los líderes de éxito. Cómo asegurarte
de que tus personas más prometedoras alcanzan su máximo potencial’.
El
texto, de Claudio Fernández-Araoz (senior advisor de Egon Zender), Andrew
Roscoe (que lidera la práctica de valoración y desarrollo de esa firma de
Executive Search) y Kentaro Aramaki (director en Japón) parte de unos datos
desalentadores: según el CEB (Corporate Executive Board), dos tercios de las
empresas invierten en programas de detección de altos potenciales y su
desarrollo, pero sólo el 24% de los ejecutivos consideran que éstos tienen éxito.
Apenas el 13% tienen confianza en los programas de desarrollo del liderazgo
(cuatro puntos menos que hace tres años) y en las grandes corporaciones el
nuevo CEO viene de fuera. En esta guerra por el Talento, el DL (Desarrollo del
Liderazgo) se ha convertido en el “talón de Aquiles” del éxito empresarial.
Los
autores señalan que hay dos tipos de predictores de éxito en la Alta Dirección.
De un lado, el paquete de curiosidad, introspección (insight), implicación
(engagement) y determinación. Hoy lo llamaríamos “learnability”, siguiendo a
Mara Swan. El 72% de los tres primeros niveles de la organización la pueden
tener. El otro factor es la motivación adecuada. Sólo el 9% la poseen. Según
las investigaciones de Gallup, el 51% de los directivos en EE UU se sienten
desconectados de sus empleos y empresas y el 55% está buscando oportunidades
fuera de las mismas. La rotación de talento (que en dos tercios es voluntaria)
ha estado creciendo ininterrumpidamente durante los últimos seis años y en 2016
ha superado el 20’3% (aún mayor en los sectores más atractivos).
El
coste de una baja implicación y una alta rotación es enorme . Claudio y sus
colegas proponen (y un servidor lo suscribe) las siguientes iniciativas:
1.
Determinar las principales competencias de Liderazgo de la organización. En
Right Management lo llamamos “Modelo de Calidad Directiva propio”. Más allá de
las competencias genéricas que hoy requiere el Liderazgo (orientación a
resultados, perspectiva estratégica, colaboración, transformación, conocimiento
del mercado o inclusión), resulta imprescindible que el Modelo propio parta de
los valores y los principios de la propia empresa.
2.
Realizar una valoración (assesment) rigurosa y profesional de los empleados de
la empresa, y especialmente de los directivos. ¿Cómo podemos generar sinergias
si no valoramos el talento individualmente? ¿Cómo podemos aprovechar el
potencial si lo basamos en meras opiniones de los propios jefes?
3.
Crear un “mapa de talento” con las fortalezas personales y las oportunidades de
mejora, un mapa que sea dinámico.
4.
Dar a los altos potenciales las oportunidades necesarias, incluyendo rotaciones
y promociones, y por supuesto apoyo y coaching. Como escribía en ‘La sensación
de fluidez’, “la naturaleza no conoce atajos”.
En un
estudio de McKinsey, cuando se analiza un perfil de siete competencias con
siete niveles en cada una, sólo el 1% de los directivos puntúa 6-7 en todas
ellas. “Resiste la tentación de pedir lo máximo en todas las competencias,
porque no encontrarás líderes perfectos”. Apenas el 11% obtiene de 5 en
adelante en todas las competencias requeridas.
En
términos de carreras profesionales, los autores destacan que, después de 30
años de experiencia, la curiosidad (que es la base de la “learnability”)
correlaciona con la mejora de todas las competencias. La reflexión (“insight”,
introspección) mejora la visión estratégica y el conocimiento del mercado (que
por supuesto se pueden aprender si uno quiere y le dedica tiempo para el
descubrimiento). Las personas con gran determinación (“drive”) son
especialmente buenas en orientación a resultados y liderazgo transformador (es
el poder de la iniciativa y la perseverancia). ¿Y qué decir del “engagement”?
Permite crecer en competencias como la dirección de equipos, la colaboración o
la inclusividad.
Me
gusta el énfasis que ponen los autores en las rotaciones. Son una de las
mejores formas de acelerar una carrera; sin embargo, una investigación de Boris
Groysberg (profesor de Harvard Business School) con 500 empresas demuestra que
es una de las cosas que peor hacen las compañías. Las organizaciones deberían
rotar y promover en función del valor de los Hi-Po (altos potenciales), de sus
propias fortalezas. Son las E de la Exposición y la Experiencia que hemos de
unir a la E de Educación (formación).
Un
excelente artículo sobre Desarrollo del Liderazgo y lo que está pasando
actualmente. Mi gratitud a Claudio, Andrew y Kentaro por su generosidad.
Echo
a faltar en el mismo avanzar en la motivación. Recordando el libro que
escribimos el también mentor del Human Age Institute Jorge Carretero y un
servidor, ‘Atrévete a motivarte’, la motivación tiene tanto de personal como de
social. Las empresas ganadoras están pasando de los “capataces” clásicos a
líderes-coaches que “entrenan” a sus colaboradores para que se desarrollen, en
su triple faceta de Sócrates (la mayéutica, el diálogo, las preguntas abiertas
y la escucha), Merlín (transformar el descubrimiento en un plan de acción
riguroso y sistemático) y Pepito Grillo (la consciencia).
En el
mencionado artículo hay una ventana: ‘Capturando la ventaja femenina’: según su
experiencia, las mujeres (infravaloradas en los Comités de Dirección) destacan
en cinco de las siete principales competencias, y muy especialmente en
orientación estratégica y conocimiento del mercado. Poseen mayor curiosidad,
implicación y determinación (los hombres son ligeramente mejores en reflexión).
Si el talento femenino tiene más potencial pero “no llega” a la Alta Dirección
es, precisamente, porque no se le da la oportunidad de hacerlo: rotaciones,
asignaciones, etc.
Además
en esta publicación, el ya tradicional artículo de navidad sobre los mejores
CEOs del mundo: 72% repite del año pasado, el 11% se ha jubilado, el 23% lleva
cuatro años apareciendo en la lista. Los 100 mejores CEOs han logrado un 2.507%
de retorno en el valor de la acción en 17 meses, frente a la media del 21%. De
los 25 primeros, sólo 6 tienen un MBA y 16 son europeos. Pablo Isla aparece
como número uno; Daniel McGinn entrevista al CEO de Inditex: “Contar con el
total apoyo del fundador (y accionista mayoritario) nos permite un enfoque a
largo plazo para invertir en lugar de ser cortoplacistas”.
¿Por
qué las transformaciones tienen un ratio “miserable” de éxito? Según N. Anand y
Jean-Louis Barsoux (IMD), porque más allá de una mala ejecución, la búsqueda de
valor encuentra una serie de trampas: negar la búsqueda (no se identifica algo
movilizador, inspirador), que les seduzca una búsqueda falsa o dispersarse en
múltiples búsquedas. Es una cuestión de Liderazgo, de Equipo, de Agilidad.
El
coste de la burocracia (según una encuesta a 7.000 lectores de HBR, dos tercios
opinan que en los últimos años ha ido a peor), la necesidad de una estrategia
de AR (Realidad Aumentada), la política de vacaciones ilimitadas del CEO de
Kronos, cuando el fundador llega demasiado lejos (con el ejemplo de Uber y
Travis Kalanick), el nuevo imperativo de Innovación en el Board, por Linda Hill
(Harvard): los CEOs no pueden no arriesgar.
Las
mujeres responden mejor a la presión que los hombres. Investigación de Alex
Krumer (Universidad de Saint Gallen), Daniel Cohen-Zada y Mosi Rosenboim
(Universidad Ben Gurion) y Offer Moshe Shapir (NYU Shanghai) analizando 8.200
partidos de tenis del Grand Slam. En momentos críticos, vosotras domináis mejor
la situación (una ventaja interesante en este mundo híperVUCA).
“En
algunos casos la función de marketing es su peor enemigo, porque disfruta de lo
táctico en lugar de capturar y añadir valor”, Kheepe Lawrence Moremi, socio de
VC Capital. El 80% de los CEOs no se fía ni le impresiona su CMO (Chief
Marketing Officer). Por eso suelen durar poco.
Y he
tomado nota de tres libros sobre cómo liderar en las crisis: ‘Chief Crisis
Officer’ de James F. Haggerty, ‘Crisis Leadership’ de Tim Johnson y ‘Forged in
Crisis’ de Nancy Koehn. Me los pido para estas navidades.
La
canción de hoy, en honor al DL, es de The Coors: ‘The Right Time’ www.youtube.com/watch?v=9gxflFNd1ZI
“This is the Right time’.
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