domingo, 2 de febrero de 2014

El poder de las grandes citas


Esta mañana hemos ido a ver “La gran estafa americana”, con diez nominaciones a los Óscar. Esperaba muchísimo más de esta comedia, que no me ha parecido ni ingeniosa ni divertida. Como escribía el crítico Carlos Boyero antes de ayer a propósito de esta cinta en su artículo “Qué estafa la Gran Estafa”: “en La gran estafa americana tengo la sensación desde las primeras secuencias de que el estafado voy a ser yo. Los personajes, los diálogos, las situaciones, la presunta intriga aspiran en cada suspiro a la complejidad y a la excentricidad inteligente, pero todo es irritantemente vacuo, falso, manierista y aburrido.
Retrata a una pareja de estafadores profesionales, obsesionado él con su peluquín y con su ciclotímica esposa y ella fascinada por la extravagante seguridad de este y manteniendo un romance paralelo con el agente que les persigue. Hacen sofisticados montajes para corromper a políticos con acceso ilimitado a la caja pública. Se supone que esta intriga puede generar tensión y que el espectador se implique en universo tan turbio y presuntamente abarrotado de matices. Por mi parte, no hay manera. Ni siquiera me despierta el despliegue de música setentera y esos bailes que forman parte del sello de la casa. Tampoco soporto la intensidad de sus intérpretes, ese grupo de actores y actrices que se repiten sin gracia en el mundo de O’Russell. En mi caso, aguantar esta película hasta el final me confirma que me he vuelto demasiado responsable con mis obligaciones.” Una lástima. El cine te aporta sorpresas muy positivas, y decepciones como ésta. 
Pero vayamos al capítulo de las alegrías. He estado leyendo “El pequeño libro de las grandes citas”, de Gregorio Doval. Gregorio es un excelente escritor, un pensador muy fecundo al que admiro, y en este libro recoge 1.750 frases motivadoras que nos resultan de gran utilidad para aprovechar nuestro talento.
De todas ellas, me quedo, con el permiso de Gregorio, con las siguientes:
“Un emprendedor tiende a morder más de lo que puede digerir con la esperanza de digerirlo sobre la marcha” (Roy Ash), “El verdadero emprendedor no es un soñador sino un hacedor” (Nolan Bushell), “No existe en el mundo nada más poderoso que una idea cuyo tiempo ha llegado” (Víctor Hugo), “La mejor manera de hacer carrera es transmitir a los demás la idea de que ayudarte sería para ellos de gran provecho” (Jean de La Bruyére), “La pregunta no es quién va a dejarme; la pregunta es quién va a pararme” (Ayn Rand), “Un líder es alguien a quien sigues a un lugar al que no irías por ti mismo” (Joel Barker), “Los líderes no nacen ni se hacen, sino que se forjan a sí mismos” (Stephen Covey), “Un ejército de ciervos dirigido por un león es mucho más temible que un ejército de leones dirigido por un ciervo” (Plutarco de Queronea), “El ejemplo hace al líder” (Albert Schweitzer), “En España, lo que se paga no es el trabajo sino la sumisión” (Pío Baroja), “El directivo debe ser un filósofo en acción” (Gaston Berger), “Si quieres profesionales creativos, dales tiempo suficiente para jugar” (John Cleese), “El ojo del amo engorda el caballo” (Lucio Columela), “El resultado de un buen negocio es un cliente satisfecho” (Peter Drucker), “La mejor publicidad es la que hacen los clientes satisfechos” (Philip Kotler), “El 80% del éxito consiste en mostrarse” (Woody Allen), “Pensamiento de vencidos, pensamiento vencido” (Simone de Beauvoir), “El éxito es la capacidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo” (Winston Churchill), “No conozco la clave del éxito, pero la del fracaso es intentar contentar a todo el mundo” (Bill Cosby), “En lugar de ser un hombre de éxito, trata de ser un hombre de valor; lo demás llegará naturalmente” (Albert Einstein), “A veces se gana y a veces… se aprende” (Robert Kiyosaki), “El éxito no es la clave de la felicidad. La felicidad es la clave del éxito. Si amas lo que haces, triunfarás” (Albert Schweitzer), “Una meta bien establecida ya está lograda a la mitad” (Zig Ziglar), “Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad” (Albert Einstein), “Ganar no lo es todo, pero querer ganar sí lo es” (Vince Lombardi), “Quien tiene la voluntad tiene la fuerza” (Menandro de Atenas”, “El deseo vence al miedo” (Mateo Alemán), “El valor es como el amor: necesita una esperanza que lo alimente” (Napoleón Bonaparte), “No hay nada más peligroso que no arriesgarse” (Pep Guardiola), “Yo hago lo imposible, porque lo posible lo hace cualquiera” (Pablo Picasso), “El requisito del éxito es la prontitud en las decisiones” (Francis Bacon), “La victoria pertenece al más perseverante” (Napoleón Bonaparte), “La disciplina es la parte más importante del éxito” (Truman Capote), “Un hombre que se decide a hacer algo, sin pensar en otra cosa, supera todos los obstáculos” (Giacomo Casanova), “Tú eres el motivo de casi todo lo que te sucede” (Niki Lauda), “El entusiasmo es contagioso” (Denis Waitley), “Hay cuatro cosas que ponen al hombre en acción: interés, amor, miedo y fe” (Napoleón Bonaparte), “Más vale destacar en una cosa que ser vulgar en muchas” (Plinio el Joven), “Una profesión es el espinazo de la vida” (Friedrich Nietzsche), “El mejor homenaje que puede tributarse a las personas buenas es imitarlas” (Concepción Arenal), “El precio de la grandeza es la responsabilidad” (Winston Churchill), “El hombre es mortal por sus temores e inmortal por sus deseos” (Pitágoras de Samos), “De lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso” (Napoleón Bonaparte), “La prosperidad no cambia a los hombres, los desenmascara” (Lucio Anneo Séneca), “Las circunstancias cambian la lógica” (Jaime Balmes), “La intuición es la razón cuando tiene prisa” (Helen Hunt Jackson), “Es más fácil ser genial que tener sentido común” (Jacinto Benavente), “Talento es lo que uno posee; genio es lo que le posee a uno” (Malcolm H. Cowley), “El talento es una magistratura, el genio, un sacerdocio” (Víctor Hugo), “No hay nada más espantoso que la ignorancia activa” (Goethe), “La peor enfermedad del alma es el frío” (Georges Clemenceau), “La pasión es una fuerza cósmica, como la gravitación” (Amado Nervo), “El corazón tiene razones que la razón ignora” (Blaise Pascal), “El corazón es el único adivino” (Benito Pérez Galdós), “No soy optimista, quiero ser optimista” (Émile Zola), “Quien se transforma, transforma el mundo” (Dalai Lama), “El cambio sé que en el mundo quieres ver” (Gandhi), “Existe al menos un rincón del Universo que con toda seguridad puedes mejorar, y eres tú mismo” (Aldous Huxley), “Quiero más forjar mi alma que amueblarla” (Montaigne), “Yo no evoluciono: soy” (Pablo Picasso), “Sé feliz. Es la única manera de ser sabio” (Sidonie-Gabrielle Colette), “Las cosas que duelen instruyen” (Benjamín Franklin), “La felicidad no es una estación a la que se llega, sino una manera de viajar” (Margaret Lee Runbeck), “En mar tranquila, todos somos buenos navegantes” (Publio Siro), “Amo a los que sueñan imposibles” (Goethe), “El hombre aislado se siente débil, y lo es” (Concepción Arenal), “Hay que unirse no para estar juntos, sino para hacer algo juntos” (Donoso Cortés), “Hay reproches que son elogios” (Plinio el Joven), “Nunca interrumpas a tu enemigo cuando está cometiendo un error” (Napoleón Bonaparte), “El que no es envidiado no es admirado” (Esquilo), “La celebridad es la ventaja de que te conozcan… todos los que no te conocen” (Nicholas Chamfort), “Solo hay una cosa peor que estar en boca de todos, y es no estar en boca de nadie” (Óscar Wilde), “Lo que a los oradores les falta en profundidad se lo dan en extensión” (Montesquieu), “Las improvisaciones son mejores cuando se las prepara” (William Shakespeare), “La resignación es un suicidio cotidiano” (Honoré de Balzac), “Apasionarse por todo, no apegarse a nada” (Jean L. Barrault), “Nunca encontrarás un arco iris si estás mirando para abajo” (Charles Chaplin), “Cumplid vuestro deber y dejar obrar a los dioses” (Pierre Corneille), “Lo importante es no dejar de hacerse preguntas” (Albert Einstein), “La vida o es una intrépida aventura o no es nada” (Hellen Keller), “La vida es magnífica en cuanto nos consume” (D. H. Lawrence), “La mayor gloria no es nunca caer, sino levantarse siempre” (Nelson Mandela), “La vida se encoge o se expande, dependiendo del coraje de quien la vive” (Anaïs Nin), “Dejemos las cosas en su sitio: no como estaban” (Alfonso Sastre), “El tiempo es tu navío, no tu morada” (Alfonso Lamartine), “Solo aquellos que nada esperan del azar son dueños del destino” (Matthew Arnold).
Gracias, Gregorio, por esta antología. En castellano, cita significa tanto la reproducción de palabras memorables de una persona (“quote”, en inglés) como el encuentro previamente acordado entre dos o más personas (“rendez-vous”). “Citare”, en latín, era “poner en movimiento, hacer venir, convocar”.
Y mi recuerdo a Luis Aragonés, fallecido ayer. Un sabio gruñón que decía las cosas a la cara. De los distintos artículos que he leído en su memoria hoy, me quedo con el de Xavi Hernández: “Míster, nunca fuimos japoneses” http://deportes.elpais.com/deportes/2014/02/01/actualidad/1391284340_205577.html
“Luis es fundamental en mi carrera y en la historia de La Roja. Sin él, nada hubiera sido lo mismo, imposible. Con él empezó todo, porque nos juntó a los pequeños, Iniesta, Cazorla, Cesc, Silva, Villa... Con Luis hicimos la revolución, cambiamos la furia por el balón y le demostramos al mundo que se puede ganar jugando bien. Si no ganamos la Eurocopa no hubiéramos ganado el Mundial, claro que en ese sentido, fue fundamental la llegada de Del Bosque, otro fenómeno.”, escribe Xavi. Le hizo sentir importante cuando su autoestima era un desastre. ¡Vaya coach tan excelente, que puso a los buenos y los convirtió en equipo!

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