Ayer anduvimos de lo
lindo por la capital de Dinamarca. Kobenhavn significa, como sabes, bahía
(havn) de los mercaderes.
Por el centro antiguo
(la zona medieval, en torno al Ayuntamiento, con la estatua de Andersen mirando
a los jardines del Tívoli), anduvimos
por Stroget, la calle peatonal y comercial más larga de Europa, el Parlamento
(famoso ahora por la serie Borgen), la plaza de Kongens Nytorv (con el palacio
de Charlottenburg y el Teatro Real), el Castillo de Rosenborg, hasta la Sirenita
en el parque Langelinie. Por cierto, Luis López Nieves nos regala el texto
original de Andersen, bien distinto de la versión de Disney: http://ciudadseva.com/texto/la-sirenita/
Merece la alegría leerlo detenidamente.
La banda sonora de
hoy (que escuché por primera vez en el Hard Rock de Copenhague, mientras
almorzábamos Zoe y yo) es ‘Clarest Blue’ de Chverches: www.youtube.com/watch?v=QpFXXPruuqU
De Hans Christian
Andersen y sus inolvidables cuentos (siempre con moraleja) a William
Shakespeare y su drama Hamlet (1601), el príncipe de Dinamarca. Hoy hemos
tomado el tren desde Copenhague a Helsingor, a visitar el castillo de Kronborg
(desde 1585, fortaleza en 1420), donde surge la leyenda. En época de El Bardo,
Helsingor era un importante nudo de comunicaciones.
La obra nos enseña
que la justicia es un ideal (una “zona errónea”, diría Wayne Dyer), sin
embargo, la venganza es un sinsentido y la duda, llevada al extremo, paraliza. Personas
leales y comprometidas, ante el peso de la duda, pierden el momento de lo que
deben hacer, lo que acarrea consecuencias no deseadas.
“Ser o no ser” (Acto
III, escena I) no es el dilema. La opción a elegir, inteligentemente, siempre
es Ser. Ser protagonista y no espectador/a. Promover la acción y no la
parálisis.
Lo fascinante de
Hamlet, más allá del argumento (con “dimes y diretes”, como señala Benjamin
Zander, para alargar la obra) es el valor de la dicotomía, de la dualidad, en
la vida humana. Imagen y realidad, Amor y deseo, Ideal y animal, Recuerdo y
presente, Pensamiento y acción, Instinto y razonamiento, Idealismo y realismo.
Hamlet finge estar chalado precisamente para no tener que elegir.
Cristina Soria, la
coach de la televisión, presenta en su último libro ‘Elige tu aventura. Claves
para afrontar la toma de decisiones’ una serie de nueve dilemas, cada uno de
ellos con pros y contras.
- Después de ser
mamá, ¿me reincorporo al mercado laboral o dejo de trabajar?
- ¿Sigo a mi pareja a
otro país o me quedo en mi ciudad?
- ¿Me quedo tal y
como estoy o cambio lo que no me gusta de mi vida?
- ¿Sigo con mi pareja
o rompo con ella?
- ¿Busco el
reconocimiento público en mi trabajo o me mantengo en la sombra?
- ¿Hago lo mismo de
siempre o me reinvento profesionalmente?
- ¿Cumplo mi sueño de
formar una familia o renuncio a formarla?
- ¿Elijo una relación
pasional o un amor que me da seguridad?
- ¿Cierro mi negocio
o sigo adelante?
Y nos recomienda que,
sea cual sea la opción elegida, seamos consecuentes con ella. Protagonistas y
no víctimas. Frente a las inseguridades, la serenidad y la autoconfianza (que,
por supuesto, se desarrolla).
Si Hamlet, el
príncipe de Dinamarca, hubiera contado con un/a coach como Cristina, mejor le
habría ido. Para muestra, el ‘Because you loved me’ de Céline Dion: www.youtube.com/watch?v=VMCTpQYqDLI
“My world is a better place, because of you”.
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