¡Cómo disfrutamos Zoe
y yo con el concierto de Gloria Gaynor (ella prefiere llamarlo “la fiesta con
Gloria”) en el Jardín Botánico anoche. Nuestra
gratitud a Sonia y Jacobo por la iniciativa y la compañía. Estoy seguro de que
repetiremos.
La creadora del ‘I
will survive’ allá por 1979 (presente en el vídeo inaugural y en el cierre) es
una artista total: www.youtube.com/watch?v=v8B87ExEjw8 A sus 66 años (y 15 discos, el próximo sobre Godspell), nos
hizo bailar durante hora y media sin parar. Interpretó temas propios (‘I am
what I am’, ‘Never can say goodbye’), de Donna Summer (‘Last dance’), Roberta
Flack (‘Killing me softly’) y con su maravillosa banda, de Barry White (‘My
first, my last, my everything’), Earth, Wind & Fire (‘September’) y The
Police (‘Every breath you take’). Fabulosa. 2.500 personas disfrutamos de este
Hyundai Park en directo, plena experiencia vital.
En el AVE de hoy a
Alicante (donde vamos a pasar un delicioso fin de semana entre amig@s), he
estado leyendo el número de julio-agosto de Harvard Business Review. En
portada: ‘Diversidad. La mayor parte de los programas no funcionan. Qué podemos
hacer al respecto’.
La tesis (probada) de
Frank Dobbin (profesor de sociología en Harvard) y Alexandra Kalev (Universidad
de Tel Aviv) es que los programas de diversidad son poco útiles porque se
centran en controlar el comportamiento de los directivos, y eso provoca mayor
reacción y mayor sesgo. En los 90, Morgan Stanley dedicó 54 M $ a luchar contra
la discriminación de género, con escasos resultados. Los mismo Smith Barney y
Merril Lynch (100 M $ cada una) en programas contra la discriminación sexual.
La formación en diversidad, los tests de selección, la gestión del desempeño…
son insuficientes. En su lugar, dicen los autores, debemos actuar: engagement
(implicación), contactos, responsabilidad social. Que las palabras sean
sustituidas por los hechos.
En la misma línea, la
entrevista a Iris Bohnet (directora del programa de políticas públicas para la
mujer en Harvard): “Para que cambien las creencias, deben cambiar primero las
experiencias”.
Lisa Burrell, editora
de la HBR, cita a la profesora Lauren Rivera (Northwestern University) y su
fascinante libro ‘Pedigrí’. La selección en las empresas de servicios
profesionales favorece a las universidades y escuelas de renombre, cuyos
alumnos pertenecen a las élites. Por debajo de la idea del mérito, tan loable,
está la del pedigrí. “Los estereotipos sirven como sistema navegador
inconsciente”. En los diálogos de selección, los profesionales “eliminan” a
quienes no son como ellos. ¿Hay lugar para la esperanza? Daniel Kahneman no da
mucho, la verdad. Ni John Beshears y Francesca Gino (Harvard), que lo han
investigado en profundidad. “Es extraordinariamente difícil reconectar el
cerebro humano”. Bueno, si un@ no quiere. Para eso está el coaching
(individual, de equipos), que siempre es voluntario. Y el esfuerzo práctico de
l@s líderes.
Además, el estrés y
el poder, por Sarah Damaske (Penn State). Hasta ahora se pensaba que el estrés
como respuesta era menor en los directivos de mayor responsabilidad. Su
investigación demuestra que tiene más que ver con las demandas del puesto. “Los
costes físicos, emocionales y cognitivos son más altos”.
Angelo Kinicki
(Arizona State University) y Chad Hartnell (Georgia State University) han
desafiado la creencia generalizada de que los CEOs encarnan la cultura de sus
compañías. Analizando a los Consejeros Delegados de 114 empresas, dividiendo su
estilo de Liderazgo y la Cultura Corporativa en mayor orientación a la tarea o
a las personas, han demostrado que los CEOs difieren de la cultura imperante en
lugar de alinearse a la misma (lo que genera retornos sobre activos –ROA- del
1% al 4% superior). No es choque, sino complementariedad, y ocurre en todo tipo
de sectores. La estrategia difiere de la ejecución. Muy interesante.
¿Se
puede salvar el Capitalismo? Varios libros muy recientes abordan el tema:
‘Elevar el suelo. Cómo una renta base puede renovar nuestra economía y relanzar
el suelo americano’, de Andy Stern; ‘Inequidad global. Un nuevo enfoque en la
era de la globalización’, de Branko Milanovic; ‘Salvar el capitalismo, para la
mayoría, no para unos pocos’, Robert B. Reich; ‘Enfrentarse al Capitalismo’, de
Phillip Kotler. La nostalgia no ayuda; bienvenidos al Talentismo.
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