Ayer
por la tarde, ya en Madrid, disfruté mucho con un programa de Canal + titulado Epílogo. Es una entrevista a un todo un
personaje, que se emite una vez que éste ha fallecido. Ayer (nº 48 de la serie)
fue la gran Amparo Rivelles, una de las damas por excelencia de la escena, el
cine y la televisión. A lo largo de 55 minutos nos dejó perlas como "Fui
una persona que trato de vivir como quiso, a veces no lo pude conseguir, pero
casi siempre lo conseguí", "He sido una señora muy normal",
"He tenido muchos pretendientes para casarme, pero todos querían
retirarme", "Creo que la amistad es la forma de amor menos
egoísta que hay", "Yo no he sido feminista nunca porque he
sido el hombre de mi casa y no he dependido nunca de nadie". Admirable
Dña. Amparo Rivelles, como actriz y como mujer libre y decidida.
Y
esta mañana he ido con mi amigo Martín a ver Séptimo, película protagonizada por Ricardo Darín y Belén Rueda
(ambos están magnífico). La historia de dos separados cuyos hijos secuestran en
Argentina antes que vuelvan con su madre a España. Un thriller con giros
inesperados, que nos ha gustado tanto a Martín como a un servidor.
He
estado leyendo La forja del héroe, de
Gerardo Castillo. Se trata del ejemplo de once héroes y heroínas que superaron
la adversidad y se elevaron sobre las circunstancias. El Dr. Gerardo Castillo
es profesor emérito de pedagogía de la Universidad de Navarra y ha escrito 30
libros, entre ellos 21 matrimonios que
hicieron historia y 14 líderes
inesperados.
Las
heroínas y héroes en cuestión son:
-
Temístocles, líder de la batalla de Salamina (480 a. C.) entre la Liga de Delos
y el imperio persa.
- Aníbal frente al
Imperio Romano. Un líder carismático, un héroe y un estratega militar.
- Fernando Magallanes y la primera
circunnavegación de la Tierra. Elcano le sucedió y llegó a Sanlúcar de
Barrameda en 1521. Magallanes fue un gran marino, valiente y responsable
respecto a su tripulación.
-
Francisco de Orellana y el descubrimiento y exploración del río Amazonas. De
niño soñador a valiente soldado, con la lealtad como decisión. Un héroe no
autócrata sino democrático.
-
Juan de Austria y la gran batalla de Lepanto (1571). Un éxito mal gestionado, con
un héroe de grandes ideales.
-
Blas de Lezo y la defensa de Cartagena de Indias (1741). Realizó grandes
servicios en función de verdaderos valores.
-
Mariana Pineda, convicción y silencio hasta el cadalso. Un símbolo de la
libertad.
-
Thor Heyerddahl y la expedición del Kon-Tiki. 4.000 millas marinas a través del
océano en una balsa prehistórica. Disposición para afrontar adversidades,
capacidad de tomar decisiones y de enfrentarse a emergencias.
-
Edith Stein, judía y conversa durante la II Guerra Mundial. Desde la
universidad como medio, su libro Causalidad
Psíquica, su conversión al cristianismo y su solidaridad en la guerra.
Estaba convencida de que le deparaba algo grande.
-
Tatiana Góricheva y el descubrimiento de Dios tras el telón de acero. “No es el
heroísmo sino la humildad lo que le da fuerzas y le libera del miedo”.
Fidelidad absoluta a sus ideales.
-
Irena Sendler y el socorro a los judíos confinados en el gueto de Varsovia.
Esposa y madre, se tomó la audacia como servicio. No se consideraba una
heroína, y no se atribuyó mérito por sus hazañas.
En
la introducción, Cómo se forja el héroe,
el autor nos recuerda que en la Grecia clásica el heroísmo estaba considerado
como una virtud esencial del ser humano y que se llamaba héroe a quien estaba
dispuest@ a protagonizar, con sobreesfuerzo, unos hechos nada corrientes. Se
trata de hacer sacrificios personales por la dignidad humana. “Educar es
liberar. Liberarse es autoposeerse, es quitar trabas para llegar a realidades
más plenas. No basta quitar trabas; hay que abrir caminos. No basta eliminar la
ignorancia, el temor o la debilidad. Es preciso que el conocimiento, el valor,
la fortaleza, conduzcan a una mayor plenitud y autoposesión” (M. Yecla, Educación y libertad).
Gerardo
Castillo concluye su libro con estas palabras: “La forja de héroes tiene algo
en común con la forja de metales. El arte de la forja –dar forma al metal
usando calor y presión- ha evolucionado con el paso del tiempo en sus técnicas,
pero sin renunciar a la meta de la excelencia. Esta última requiere valores
permanentes encarnados en el trabajo bien hecho de cada artesano. Los héroes de
diferentes épocas llegaron a ser arquetipos de la excelencia no por caminos
trillados, sino por los que ellos hicieron al andar”.
Ya
sabes que el/la líder no nace (no es genético, inmutable) ni se hace (si
él/ella no quiere), sino que se forja, desde la voluntad y la dedicación (la
“práctica deliberada”, en ciclos de 10.000 horas). El liderazgo es un tipo de
talento (talento para influir decisivamente en l@s demás), que se cultiva desde
la semilla de la pasión, de la voluntad, del querer, del “elemento”. Admirar a
heroínas y héroes como l@s que nos presenta el Dr. Castillo resulta de gran
utilidad para el aprendizaje. Una sociedad sin admiración es una sociedad sin
inspiración, y por tanto una sociedad decadente.
Tomo
un término de mi admirada María Graciani en su Motidiario: EXCEPCIONAL, EXCElencia Personal: CImiento de hOmbres
que Nunca Abandonan). Así es. Las personas excepcionales nunca abandonáis, por
dura que sea la tarea. Mi profunda gratitud a ti, por lo excepcional que eres.
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