Una
de las principales libreras de nuestro país me dijo que el libro Ha vuelto de Timur Vermes es en realidad bastante flojo. Pero
desde su publicación en Alemania en noviembre del año pasado, ha generado
muchísimo revuelo y ha vendido más de medio millón de ejemplares. Trata de
Adolfo Hitler, que aparece en un solar abandonado cercano a la antigua
Cancillería y se transforma en estrella de la televisión y fundador de su
propio partido político.
Los
germanos tienen el concepto de “Vergangenheitsbewältigung” (la superación del
pasado a través de la revisión permanente del mismo). En Ha vuelto (y al parecer, en la nueva historiografía alemana),
Hitler es un fino observador de la realidad social, de la que toma partido.
Timur Vermes escribe: “A la cabeza del país estaba una mujer fondona con el
poder de irradiación optimista de un sauce llorón, una mujer que se
desacreditaba ella misma por haber participado en la pesadilla bolchevique del
este alemán durante 36 años sin que su entorno hubiese podido percibir en ella
el menor asomo de malestar”. Además de la falta de liderazgo, evidente, de la
Sra. Merkel, el escritor Patricio Pron ha escrito que Ha Vuelto demuestra que “los medios de comunicación masiva y la red
son el ámbito natural para el pensamiento totalitario, ya que –como reconoce
admirativamente el antiguo Führer- ambos han normalizado la delación, el
engaño, la vigilancia y el control de los individuos que fueron parte
fundamental de sus políticas de 1933 a 1945 con las trágicas consecuencias por
todos conocidas”.
La
Sra. Merkel ha ganado con holgura las últimas elecciones generales (los
rentistas alemanes están muy agradecidos con esta Europa a dos velocidades en
la que el sur paga con intereses elevados su deuda) y se prepara a crear una
“gran coalición” con los socialdemócratas. Sin embargo, en el vecino país de
Francia, Marine Le Pen (Frente Nacional) figura en las encuestas como ganadora.
“El partido continúa labrando su fama a costa de otros: ayer, de la derecha clásica;
hoy, de la izquierda en el poder” (Sami Naïr). En 30 años, Jean Marie Le Pen se
convirtió en eurodiputado y el pasado domingo, hace apenas una semana, ganó en
Brignoles. Desgraciadamente, tanto la derecha como la izquierda han hecho suyos
los valores de seguridad frente a la inmigración descontrolada del Frente
Nacional de Marine Le Pen y, dada la desigualdad, la brecha entre ricos y
pobres se amplía. Naïr concluye: “Los franceses tienen un inmenso sentimiento
de abandono, de injusticia, de opresión. Se trata de una crisis de
representación de la nación, de sus esperanzas, de su cohesión. Es esta
percepción la que manipula con destreza Marine Le Pen, dando para colmo la
imagen de una militante ¡republicana! Y es esto lo que hace de la Francia de
hoy el país más explosivo de Europa.”
El
más explosivo, pero no el único. Ya advertía en Del Capitalismo al Talentismo del auge de la extrema derecha en
Europa. Una mala noticia, consecuencia de la crisis de Liderazgo. Que la
hipotética vuelta de Hitler hay sido un éxito de ventas tendría que hacernos reflexionar
sobre lo que nos está pasando.
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