Viernes en Madrid (en principio, iba a estar presente en el inicio del
Programa de Coaching en el Entorno Laboral de la Universitat de Barcelona, pero
por problemas de agenda lo había postpuesto). Tras A Coruña, Vigo y Oviedo, he
decido tomarme la tarde libre después de comer con mis padres y mi hermana.
Ha sido muy curiosa la concesión del Nobel de Economía a tres
economistas norteamericanos como Robert Shiller, Eugene Fama y Lars Hansen, y
no porque no lo merezcan (no me siento capacitado para responder a esa
pregunta, aunque haya estudiado Ciencias Económicas), sino porque los dos
primeros defienden ideas radicalmente opuestas.
Eugene Fama, profesor de Chicago Booth, es el creador del concepto de
eficiencia en los mercados. Su modelo CAPM (en inglés, valoración de activos
financieros) se estudia en las Universidades y las Escuelas de Negocios.
Robert Shiller (de cuya cuerda me confieso) opina exactamente lo
contrario. Profesor de Yale, muy crítico con la supuesta eficiencia de los
mercados, el autor de Exuberancia
irracional, de Animal spirits (junto
con el también Nobel Akerloff), de El
estallido de la burbuja y de Las
finanzas en una sociedad justa, es uno de los padres de la “economía
conductual” (la teoría económica que se impone en el talentismo). Las personas
no somos tan racionales como nos creíamos, y los mercados, como comunidades
humanas, aún menos.
Lars Peters Hansen, profesor de la Universidad de Chicago, es un experto
en macroeconomía que ha estudiado la relación entre los mercados financieros y
el resto de los sectores económicos. Su modelo es el GMM o Modelo Generalizado
de los Momentos.
Esto me ha permitido reflexionar en dos planos.
Desde los contenidos, la elección de los Premios Nobel de Economía 2013
invita a parafrasear a Marx (Groucho): “Estos son mis principios, pero si
quiere… tengo justo los contrarios”. Se premia a un ferviente defensor de la
eficiencia de los mercados, al que preconiza la irracionalidad de los mismos y
a quien no entiende, en términos macro, los mercados financieros sin entender
el resto de la economía.
Desde el concepto de Marca (y específicamente, de Marca Profesional,
porque los tres economistas trabajan por cuenta ajena para instituciones
educativas), Fama, Hansen y Shiller son tres iconos, tres marcas muy poderosas,
tres buques insignias de Chicago y Yale. Nacidos en distintas décadas (Fama en
1939, Shiller en 1946, Hansen en 1952), lideran corrientes diversas. Si crees
en la eficiencia de los mercados, el Dr. Fama es tu ídolo; si te apasiona la
economía conductual, seguro que Shiller es uno de tus autores de cabecera (como
es para mí); si eres de la macro y aplicas el GMM, Hansen te resulta imprescindible.
Tres titanes en un mundo que necesita referencias.
Mi enhorabuena a los premiados y mi gratitud a las talentosas con las
que he compartido diálogos fructíferos hoy.
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