Jornada entre Madrid y Lleida. Esta semana pasaré un par de días en
Catalunya (mañana, en Barcelona). Por la mañana, reuniones con l@s compañer@s
de Right Management de cara al final de temporada en este ejercicio récord. Por
la tarde, con los alumni de ESADE, participo en la presentación de ‘¡Vamos!’ en
la ciudad natal de la autora, Marta Grañó. Un honor y un placer, dado que este
texto resulta enormemente para desarrollar la iniciativa emprendedora. Ya sabes,
código ESEM: Las Empresas sin Emprendedores Mueren. Emprender, Aprender,
Sorprender… para Vencer.
De la prensa de ayer domingo, comienzo una vez más con José Antonio
Marina, que sigue analizando las “palabras pervertidas”. En este caso,
“negociar”. Como bien señala JAM, “una palabra sin prestigio en la cultura
española”. Etimológicamente el “no-ocio” es el trabajo, la ocupacio.
“Indebidamente se reservó para la actividad comercial”. El negociante trata de
obtener benficio; el negociador resuelve conflictos. Marina propone enseñar el
arte de la negociación desde la escuela. Cuatro principios básicos: no todo se
puede negociar (por ejemplo, delitos de sangre); para negociar hay que usar un
lenguaje común; dos posturas vician la negociación: ceder antes de tiempo y
encastillarse en posiciones inamovibles (ni la cobardía ni la temeridad del
fanático funcionan, lo que me ha recordado el “justo medio” aristotélico
respecto a la valentía); la buena negociación es un juego de suma positiva
(beneficio mutuo). Por eso es un arte,
que depende de la creatividad.
Nuño Domingo se preguntaba ‘¿Qué ha ido mal en la investigación? Según un
informe de la Comisión Europea (marzo 2017), dos tercios del crecimiento de la
economía española entre 1995 y 2007 se deben al I+D+i. Sin embargo, el
presidente del gobierno tardó tres años en pisar un centro de investigación, el
CNIC amenaza con perder el 7% de su plantilla y el CNIO el 10%. Los principales
países de la UE han aumentado considerablemente la inversión en I+D: Gran Bretaña,
39’3%; Alemania, 37’9%; la media de los 28, 27’4%; Francia, 13’6%; Italia,
12’5%. España ha caído un 9’1%. Afortunadamente, las colaboraciones
internacionales son el 46% y por eso nuestro país es el octavo en producción
científica. La UE invierte el 2’03% de su PIB
y España la mitad, el 1’19%. Maravilloso.
Pablo Pardo, desde Washington, nos presentaba un día en la vida del
presidente Trump. Duerme 5 horas, bebe 4’3 litros de Coca Cola (12 latas, el
equivalente a 11 cafés), no practica deporte (a excepción del golf: 79 veces
desde que llegó a la Casa Blanca, uno de cada cuatro días), ve 4-8 horas de
televisión (se pone de buen o mal humor según vea la Fox o CNN), tuitea como un
poseso, mantiene una relación ártica con su esposa Melania, destaca por su
falta de concentración y mantiene el nivel de popularidad presidencial más bajo
de la historia.
Juan Carlos Sanz, desde Jerusalén, analizaba los siete años desde la
“primavera árabe”. De la frustración al silencio. Túnez es la cara y Egipto, la
cruz. En Libia hay vacío de poder, Siria está “expulsada del futuro”, Yemen ha
tratado de fraguar una alianza imposible, Bahrein sufre la represión sectaria,
Argelia vadea la crisis como puede y Marruecos ha vivido una marcha atrás. Una
lástima.
La historiadora canadiense Margaret McMillan (Toronto, 1943) acaba de
publicar ‘Las personas de la historia. Sobre la persuasión y el arte del
liderazgo’. La entrevista Emilia Mendiluce: “Sólo Trump y Xi Jiping serán
decisivos en la historia”. Distingue cinco tipos de personajes: persuasivos,
arrogantes, osados, curiosos y observadores. “La Historia ayuda a moldear
nuestra identidad”, “La importancia de los líderes se aprecia en Cataluña. Con
otros líderes sería más fácil buscar un acuerdo”, ¿líderes españoles? Pizarro,
Cortés, Franco, Carlos V, Isabel y Fernando. “Los conquistadores españoles
ayudaron a forjar un nuevo mundo. Crearon los cimientos de una nueva sociedad.
Dejaron la lengua, claro. Y el hecho de que la mayoría de los iberoamericanos
sean católicos es una prueba de que la principal motivación de la conquista era
religiosa”.
Ian Bruma, director del ‘The New York Times Review of Books’: “El miedo
va ganando en un mundo cada vez más polarizado”. Sobre Donald Trump (“perro
ladrador y poco mordedor”), opina que está organizando un esfuerzo para
debilitar la democracia.
‘La riqueza que se pierde por la desigualdad de género’, por María
Fernández. La discriminación le cuesta a la UE más de 3 billones de euros, el
triple del PIB español. Joaquín Estefanía escribía sobre las paradojas
económicas: la “paradoja de Kaldor” (los países que elevan sus exportaciones
también elevan sus costes laborales), la “paradoja de Lucas” (el capital no
fluye de los países desarrollados a los países en vías de desarrollo, a pesar
de sus menores niveles de capital por persona), la “paradoja de la austeridad”
de Keynes (si todo el mundo ahorra, la demanda total cae y el ahorro total será
más bajo), las “retóricas de la intransigencia” de Hirschman: la perversidad
(las acciones delibradas para mejorar el orden político lo empeoran), la
futilidad (las tentativas de transformación no sirven) y el riesgo (las
promesas tienen un coste demasiado alto respecto a los logros conseguidos),
además de la “destrucción creativa” de Schumpeter y el “dilema de prisionero”.
Citando a Víctor Hugo, “toda realidad encierra, en el fondo, una paradoja”.
Xavier Vidal-Folch se plantea ‘Cómo crear 280.000 empleos’: el acuerdo
UE-Japón (8 de diciembre) que abarca al 40% del comercio mundial. Entrará en
vigor el primer semestre de 2019, con unas exportaciones adicionales hacia el
país del sol naciente de 20.000 M € (el 24% de los actuales 86.000 M €
anuales). El principal beneficiado será la industria del automóvil.
Gregorio Belinchón escribía sobre Robin Wright (la protagonista de ‘House
of Cards’). Una de las 100 personas más influyentes del planeta, luchadora contra
la desigualdad salarial entre hombres y mujeres.
Finalmente, ‘La vida pasa por unas siete empresas’, por Ramón Oliver.
Parte de quien fuera presidente del Banco Central, Alfonso Escámez (1916-2010),
que entró en la entidad a los 12 años. Entre los “baby boomers” (nacidos entre
1946 y 1964), lo normal era 3 empresas a lo largo de su carrera profesional. En
los Milenials serán unas 7 empresas. En el artículo se cuenta el caso de Héctor
Martínez, director de marketing y captación de Securitas Direct, que entró hace
19 años en la tecnológica especializada en protección. En opinión de Álvaro
Vázquez, DRH de Securitas Direct, “siempre damos prioridad a nuestra gente”.
Un servidor, en más de 30 años de carrera profesional, ha pasado por
nueve empresas: la UIMP (Universidad Internacional Menéndez Pelayo), Honeywell
(Minneapolis), Arthur Andersen, Coopers & Lybrand, Areté, HayGroup,
eurotalent, IDEO y ManpowerGroup. Dos tercios de ellas ya no existen; así es la
tasa de mortalidad corporativa.
Etiquetas: Carrera, I+D, Japón, Negociación, Talento