Jornada en Valencia. Por la mañana, reunión
de “atracción de talento” con una de las consultoras de RR HH más reconocidas
en la Comunidad Valenciana. Con Rafa Díaz (Right Management), preparación de
propuesta, almuerzo en la Cámara de Comercio y posteriormente encuentro con el
DRH de una empresa industrial en el Polígono de Paterna. Y sesión de coaching
estratégico con el CEO de una empresa global que ha venido a la ciudad del
Turia a tal propósito (con un delicioso café en el patio interior del Palau de
la Mar, con una temperatura al aire libre exquisita). Mi gratitud a tod@s ell@s
y al equipo de nuestra oficina en Navarro Reverter: Yolanda, María José,
Silvia, etc.
La lectura de hoy ha sido el nuevo libro de
Luis Castellanos, ‘Educar en lenguaje positivo. El poder de las palabras
habitadas’. Como sabes, mi amigo Luis Castellanos es pionero a nivel mundial en
el lenguaje positivo. Su texto anterior, ‘La Ciencia del lenguaje positivo’,
publicado en marzo de 2016, va por la sexta edición. En este, nos explica paso
a paso cómo las “palabras habitadas” mejoran nuestra vida a partir de un
proyecto educativo que salva historias (relato) y salva vidas porque crea
prosperidad compartida. “Ama tus palabras, porque diseñan tu vida”.
Luis nos enseña que las palabras no nacen de
ti, sino que nacen en ti. Abre el libro con testimonios de chic@s de 13-14 años.
Sus palabras habitadas son “libertad”, “amor”, “sonrisa”, “constancia”,
“actitud”. Al transformar nuestro lenguaje, transformamos nuestras vidas. “El
lenguaje positivo es más que una mirada a todo lo bueno por venir, es la
esencia de la creatividad de nuestra historia”. El lenguaje positivo aporta
determinación, “esa memoria de futuro”, esa pasión y amor por construir, por
educar lo mejor posible. Porque para Luis “educar es atender a los sueños de
los demás” (y con ello, a los nuestros propios).
El libro se divide en tres partes:
1. El poder de las palabras en la
educación. Es la importancia de las palabras (esenciales en el
funcionamiento de nuestra vida, porque la “enfermedad del lenguaje” es
invisible). El autor repasa las aportaciones de Seligman, Ekman, Barbara
Fredrickson y Alice Isen (Cornell) sobre el impacto del lenguaje en las
emociones. La influencia del lenguaje en la actividad cerebral es innegable. El
lenguaje es “intercambio de energía y tiempo” y puede ser nuestro fiel aliado
(o uno de nuestros mayores enemigos, con las “palabras del miedo”). Debemos
educar el cerebro (Luis nos recomienda el TED de John Koenig, “Hermosas
palabras nuevas para describir emociones oscuras”). “El valor de las personas
también está en el valor de sus palabras” (importante al recordar que el
talento es precisamente la puesta en valor de lo que sabemos, queremos y
podemos hacer). “Cambia tus palabras, cambia tu historia”. Dada la plasticidad
del cerebro, el lenguaje positivo es una herramienta poderosa. El método de las
“palabras habitadas” incluye acciones habitadas, entrelazamiento lingüístico,
factor de falseo y empatía temporal. Tenemos “trastornos del lenguaje” como el
TDA (Trastorno de déficit de autenticidad), TDCV (Déficit de la “chispa de la
vida”), TDET (Déficit de Empatía Temporal) o TDAE (Déficit de Alegría y
Esperanza).
2. El Proyecto “Palabras Habitadas”. Entrenar
el futuro en cinco pasos:
a. Toma consciencia de tu lenguaje.
b. Regula tu lenguaje.
c. Alcanza la autonomía de tu lenguaje.
d. Construye las habilidades de tu lenguaje.
e. Vive las competencias de tu lenguaje para
la vida y tu bienestar.
El método incluye a los protagonistas (todos
los integrantes del proceso educativo), el enfoque, el formato (beneficio
universal), la duración (siete meses, en diez tramos de 21 días) y las claves
del éxito (universalidad, individualidad, metodología adaptable, diversión y
alegría e inversión valiosa). El punto de partida es el ALMA (Atlas Lingüístico
MAtriz), con 3 preguntas habitadas: ¿Qué historia de vida deseas para tus hijos
o alumnos?, ¿En qué mundo te gustaría que viviesen ellos?, ¿Qué quieres aportar
al futuro de tus hijos o alumnos? Luis nos regala “el paisaje del ALMA” en el
proyecto de un IES. Además, ¿Qué 3 palabras o 3 frases utilizan habitualmente
tus hijos o alumnos? (preguntas, quejas, negaciones, exclamaciones). “Piensa en
un momento feliz de tu vida y nárralo” (te recomiendo encarecidamente que lo
hagas). Es interesante leer las narraciones vitales de padres y profesores, y
las de los hijos y alumnos, porque son “la vida que albergan las palabras”. El
Plan de Acción previene el lenguaje que hiere y es contagioso, crea una red de
seguridad de las palabras, tiene la intensidad emocional y la solidez para
seguir adelante y permite medir resultados. Hay un Plan de Acción para los
educadores y para los alumnos, así como listas de comprobación del lenguaje
(desde los principios de simplicidad, amplitud de aplicación y mensurabilidad)
de los profesores, las familias y los alumnos. A partir de ahí, L+
(Entrenamiento en lenguaje positivo) con las familias y el profesorado: caja de
valentía y coraje (“¿en qué quiero ser valiente hoy?”), post-it positivo
(inicia el día con energía positiva), una pausa (el arte de recuperar la
sonrisa) y frases en la pizarra y en la cocina. Con los alumnos, el “cuaderno
de palabras habitadas”, “mi vida en 6 palabras”, la mencionada caja de valentía
y coraje, el post-it positivo, el diccionario de palabras habitadas, el
whatsapp positivo y las diez emociones para el futuro (Barbara Fredrickson):
Alegría, Gratitud, Serenidad, Interés, Esperanza, Orgullo, Diversión,
Inspiración, Asombro y Amor. No te sorprenderá que vienen a coincidir con las
“actividades deliberadas” para la Felicidad de Sonja Lyubomirsky. Luis nos
propone como ejercicios prácticos la sonrisa consciente, los tres
agradecimientos diarios, als preguntas generosas, la pausa consciente
(serenidad), la escucha habitada, los fotorrelatos de palabras, el
“afortunadamente” (esperanza), la “agencia secreta y muy especial” (orgullo),
el taller de emoticonos positivos, el concurso de relatos cortos con sentido
del humor, la carta a un@ mism@, el mural de admiración y asombro, el corazón
habitado (aprender a expresar nuestros sentimientos) y las palabras en las
zapatillas. Maravillosos ejercicios para generar hábitos lingüísticos más
saludables.
3. Los resultados sí importan. Los
tres superpoderes son el tiempo, la energía y la valentía para cumplir los
propios sueños. Hemos de “celebrar los fracasos” (el miedo a fracasar nos lleva
a llegar tarde). La obra incluye “relatos de motivación”, estadísticas vitales
(el índice U de Kahneman, el de alegría habitada, las utilidad percibida por
alumnos, padres, profesores) y unas reflexiones finales (¿cómo será el mundo en
2050?). Epílogo: nuestra noción del lenguaje necesita ser desafiada.
En el capítulo de agradecimientos, Luis
Castellanos generosamente escribe: “Llevar la inspiración a los líderes es una
hermosa tarea que Juan Carlos Cubeiro realiza con pasión. Gracias, Juan Carlos,
por tu acompañamiento creativo en mis proyectos para hacer del mundo un lugar
más amable y sabio”. Es un placer y un honor, Luis. Muchas gracias a ti, de
corazón.
Me gusta mucho la dedicatoria que Luis
Castellanos le hace a Olga, “mi corazón habitado”. La define como “su amor y su
admiración”, su coautora vital. Nada más importante.
Este magnífico libro me ha recordado el “Happy”
de Pharrel Williams. Como sabes, hay una versión de la canción precisamente de
la ciudad que me ha acogido hoy: www.youtube.com/watch?v=YvBW9UTMNcE
Etiquetas: Hábitos, Lenguaje positivo, Palabras habitadas, Talento