Jornada entre Madrid y Elche. Por la mañana,
reuniones del equipo de Right Management con Ian Symes, nuestro DG europeo. Ian
es una persona de amplia experiencia directiva, que procede del mundo del
marketing y que tiene unas ideas muy claras sobre el futuro del empleo y la
importancia de las carreras profesionales, que marcarán la diferencia (desde el
Liderazgo) en la PVT (Propuesta de Valor para el Talento). “La Marca Empleador
será decisiva en los próximos años para atraer, desarrollar y comprometer al
talento”, ha destacado. Ya sabes que la Marca es una “promesa de valor”. El
Liderazgo es el cumplimiento de esa promesa. En un país como el nuestro, en que
la Calidad Directiva ha descendido 32 puestos (del 27º al 59º) en Calidad
Directiva, esa promesa de las empresas atractivas suele quedar en agua de
borrajas. Habrá ganadores y perdedores. Mi gratitud a Ian. a María José y a todo el equipo.
En el AVE he estado leyendo un documento muy
interesante sobre la “Gig Economy” (la economía colaborativa). Gracias, Raúl,
por regalármelo. Se trata de “Gig Economy. The Uberization of Work” (Economía
Colaborativa. La Uberización del Trabajo) de la Confederación de Reclutamiento
y Empleo (REC, por sus siglas en inglés). En el prólogo, Kevin Green, CEO de
REC, señala que la economía colaborativa es una de las grandes tendencias y sin
duda va a afectar al mercado de 31.500 M de libras esterlinas de la selección
en el Reino Unido. Nuevas tecnologías, nuevas formas de trabajar, plataformas
digitales (las utilizan el 6% de los empleadores, pero afectarán a corto plazo
al 29%).
“El trabajo tradicional “de 9 a 5” ya no es
tan atrayente, en tanto que ser independiente lo es cada vez más”, Stephanie
Kasriel (Upwork). En términos de DAFO, la economía colaborativa ofrece
oportunidades para las empresas (velocidad, acceso global, eficiencia), las
empresas de selección (herramientas, acceso a clientes, profesionalidad) y los
candidatos (flexibilidad, precio, mercado global), pero también riesgos en los
tres agentes: sigue necesitando “screening”, regulación de protocolos y eleva
la vulnerabilidad de la marca empleador; amenaza al sector de la selección,
eliminado las actividades de bajo valor y pudiendo convertir el reclutamiento
en una mercadería (commodity); es insegura, sin las protecciones a los derechos
de los trabajadores y devalúa el empleo. Según McKinsey, en 2025 las
plataformas de empleo digital pueden añador 2’7 B $ o un 2% del PIB global,
añadiendo 72 M de FTEs. Unos 200 millones de personas se beneficiarán de esas
plataformas. Las pymes pueden resultar especialmente beneficiadas.
Definamos la economía colaborativa. “La gente
se refiere a nosotros como el EBay de los trabajos” (Joe Griston, Freelancers).
La economía colaborativa aprovecha la tecnología para generar espacios
digitales que no son intermediación sino plataformas (la traducción de “Gig” es
concierto o grupo). La economía Gig nació tras la crisis de 2009: un estudio de
Lawrence Katz (Harvard) y Alan B. Krueger (Princeton) estimó de 2005 a 2015 el
número de estadounidenses con “fórmulas de trabajo alternativas” se había
elevado en 9’4 millones. Una investigación de JP Morgan Chase estimaba que de
octubre de 2012 a septiembre de 2015 el 4’2% de los adultos de EE UU estaban
vinculados a la Gig Economy. En UK, se estima en un valor de 500 M de libras
(PwC) y será de 9.000 M en 2025 (ese año, sólo el 13% de los ingleses trabajará
“de 9 a 5”). El 31% de las empresas británicas las han empleado en el último
año. El mencionado estudio asegura que no se trata de una moda pasajera.
Impacto para las empresas. “El problema es
que algunos clientes finales no se dan cuenta de que contratar a un aficionado
es realmente mucho más caro que contratar a un profesional” (Chris Bryce,
IPSE). De momento, la fascinación por el “solucionismo tecnológico” ha ocultado
lo realmente relevante: lo que piensan los clientes (las empresas que
contratan). Para el 17%, es beneficioso, para el 20% es nefasto, el 28% no sabe
o no contesta. División de opiniones. Hay una serie de preocupaciones muy
serias:
1. Asegurar
a las empresas que acceden a talento de alta calidad. El 14% piensa que los
candidatos on line no tendrán tanto compromiso, el 12% que no tendrán tanto
compromiso y el 19% que serán más jóvenes (un 26% NSNC). “Obtienes por lo que
pagas”.
2. Asegurar
la lealtad de los candidatos. Temas de reputación, de continuidad.
3. Asegurar
que los empleados están protegidos. La “nueva economía” no puede ser una
excusa para que los profesionales pierdan sus derechos. Confianza, seguridad y
garantías.
Impacto para los reclutadores. “Cada
plataforma y tecnología debe servir para acelerar lo que hacemos, no para
esconderlo” (Simon Connington, BPS World). ¿Reducirán las tecnologías la
necesidad de reclutadores? Un 42% de las empresas británicas cree que sí. Esto
nos lleva a otras preocupaciones: asegurar que la “Gig Economy” no amenaza el
relevante papel de los reclutadores y asegurar que no amenaza los estándares de
la calidad (por un bajo precio, eliminar la excelencia). “Si pensamos en la
Uberización del trabajo, nos podemos encontrar en la misma situación que Uber:
hacen la misma actividad sin el mismo marco regulatorio” (Kevin Green, REC).
Impacto para los candidatos. “El riesgo es:
flexibilidad, ¿a qué precio?”, Emma Stewart, Timewise. Las preocupaciones son:
asegurar que los “trabajadores gig” tiene un estatus de empleo clario y los
derechos asociados, asegurar que a esos trabajadores el sistema no les devalúa
(el coste real de la flexibilidad) y que la economía colaborativa sirve para
todo tipo de “free-lances”.
Muy interesante el impacto de la Economía
Colaborativa. Tirando de este hilo, creo que desde el Talento hay una serie de
aspectos que aclarar:
- El Talento se compone de Capacidad,
Compromiso y Contexto. Las aplicaciones de empleo pueden discriminar, en todo
caso, la Aptitud (siempre que el candidato lo demuestre) pero no la Actitud, el
Compromiso y el Encaje cultural, que requieren de una entrevista con un/a
profesional de la selección. Las máquinas no pueden conversar (Test de Turing).
Quienes seleccionan exclusivamente a través de una aplicación atraen a personas
independientemente de su actitud, compromiso y encaje en la organización.
- En la Unión Europea, en un contexto de
Estado del Bienestar, la tecnología no puede ser una excusa para que l@s
emplead@s pierdan sus derechos laborales. Ni es ético ni es inteligente volver
a la jungla.
- En el Talentismo, en esta nueva era, el
Talento elige (posee el 90% del poder de negociación con la empresa, cuando
antes tenía el 50%). El verdadero talento no admite el maltrato laboral (ni a
los jefes tóxicos, por cierto).
- La digitalización nos sirve para acceder
mejor y más rápidamente a la información, y contactar a l@s candidat@s con las
empresas, para poner en valor a ambas partes. Es un medio, nunca debe ser un
fin. La tecnología es un trampolín de talento.
- En la Nueva Economía, los contenidos marcan
la diferencia. En este caso, la sabiduría para atraer talento, discriminarlo,
comprobar su learnability (aprendibilidad), favorecer su compromiso. “High
Tech, High Touch” es un viejo lema cada vez más actual.
- Economía colaborativa, Responsabilidad
colaborativa, no alienación tecnológica.
Me considero un firme partidario de Cabify (y
lo digo en plena jornada de huelga de taxis; como escribía hoy en El
Confidencial Juan Ramón Rallo ‘Publicidad gratuita para Uber y Cabify: https://blogs.elconfidencial.com/economia/laissez-faire/2017-11-29/huelga-taxis-publicidad-gratuita-uber-cabify_1485119/).
Porque resulta cómodo y seguro (teniendo una hija de 16 años, esto es
importante), porque la atención es exquisita, los detalles (el agua, el wifi,
la emisora) marcan la diferencia… y además es un 20% más barato (sin la
desconfianza de que te lleven por un camino más largo). Los taxistas, más allá
de huelgas contra sus clientes, deberían haber mejorado el servicio, los
detalles y demostrar sus conocimientos (el talón de Aquiles de Cabify es que el
navegador se equivoca mucho y los conductores, salvo excepciones, no conocen
las calles de la ciudad). Es una “guerra por el talento” en toda regla. Si el
taxi no aprovecha su conocimiento y sigue (de nuevo, salvo muy honrosas
excepciones) poco limpio, poco atento, poco detallista ante el cliente, tiene
las de perder. Los mercados se imponen a los oligopolios, tarde o temprano. En
un mercado donde el talento es lo que cuenta, las conversaciones son lo
relevante.
Etiquetas: Economía colaborativa, Gig Economy, Talento, Uberización