Liderazgo en la incertidumbre: los 7 pecados capitales de la (mala) calidad directiva


Jornada en Asturias. Vuelo a las 7,40 de la mañana y vuelta por la tarde.
He tenido el honor de dar una conferencia para el Club Asturiano de Calidad (Club de Excelencia en la Gestión en el Principado) y Oviedo Emprende con el título ‘Liderazgo en la incertidumbre’. Mi propósito para los centenares de personas que han participado era triple: valorar el impacto real de la incertidumbre, definir apropiadamente el Liderazgo de nuestro tiempo y establecer una hoja de ruta para avanzar.
Estamos en un mundo loco (en la semana de la Asamblea General de Naciones Unidas) con un dictador en Corea del Norte y la amenaza del presidente Trump de destruir el país, de elecciones (el próximo domingo) en Alemania, de baja popularidad del presidente Macron en Francia, de Brexit, de referéndum ilegal en Cataluña… ¡Qué extraños personajes dicen “gobernarnos”! Yendo más allá, las cuatro megatendencias presentadas en el Foro Económico Mundial de Davos son la revolución tecnológica (el tsunami, como diría Silvia Leal), la individualización (Ulrich Beck: todo a medida), el cliente con superpoderes (atención al nuevo libro de Adolfo Ramírez, DG del Santander, que saldrá en octubre sobre Transformación Digital) y la caída demográfica (España lleva 37 años con tasas de natalidad que no permiten la reposición). Isabel Aguilera, una de las mejores directivas de nuestro país, nos ha enseñado la metáfora del “conejo de Alicia”: ¿por qué siempre llega tarde? La respuesta la da su jefa, la reina de corazones (“Que le corten la cabeza”) en ‘Alicia a través del espejo’: porque el suelo se mueve bajo sus pies. Es  como correr en una cinta de gimnasio, con la particularidad de que la velocidad se va a multiplicar por 6 en los próximos tres años. Pasaremos de ir a 7’5 kilómetros por hora (andar a buen ritmo) a 45 Km/h (la velocidad de Usain Bolt en los 100 metros). ¿Tenemos la capacidad de asumirlo?. El nombre del juego es la Empleabilidad.
La respuesta a esta cuarta revolución industrial, según Davos 2017, es el liderazgo responsable e inclusivo, el liderazgo innovador. Me gusta definir el Liderazgo como “el Talento para influir decisivamente en los demás”. He desgranado lo que es el Talento, la influencia, y los colectivos (la regla de Dunbar), así como las tres claves del Liderazgo: Estrategia, Equipo y Energía.
Loa siete pecados capitales de la (baja) calidad directiva son:
1. La empresa no es suficientemente atractiva (en términos de “imán de talento”). En este desajuste de talento, si tu empresa no es excelente (según en Modelo Europeo, EFQM), Top employer y una de las mejores empresas para trabajar según Actualidad Económica, tiene margen para la mejora.
2. No se selecciona bien: por aptitud (conocimientos, habilidades), actitud (entrevista de incidentes críticos), compromiso y encaje cultural. Somos el país 135 del mundo en selección y desvinculación. Si no seleccionamos lo mejor, la productividad sufre.
3. La empresa no cuenta con un Modelo de Liderazgo Propio. Entonces las iniciativas de formación y desarrollo tienen un ROI cercano a cero (Michael Beer, 2016).
4. La gestión del desempeño de los colaboradores es poco profesional. No hay reconocimiento, ni un clima de alto rendimiento, ni compensación adecuada. Los jefes deben ser Ge-Fes (Generadores de Felicidad) y por tanto han de hacer posible un clima de alto rendimiento.
5. Falta meritocracia en la promoción. Los ascensos ocurren “a dedo”, sin abrir las vacantes, sin un perfil del puesto, sin gestión por competencias. Atención a l@s emplead@s boomerang: se van de la compañía, aprenden, crecen y vuelven si y sólo si hemos mantenido el vínculo con ell@s.
6. El desarrollo es escaso. La formación (teniendo en cuenta que el 12% del presupuesto al que tienen derecho las empresas no se utiliza) es condición necesaria, pero no suficiente. Ha de combinarse con la E de exposición (poner en práctica lo aprendido) y la E de experiencia (nuevos hábitos, consolidados).
7. No se desvincula elegantemente. El outplacement en España brilla por su ausencia; no resulta del interés de los propios empleados, de los sindicatos ni de la dirección de la compañía. Sin embargo, reduce considerablemente el tiempo de búsqueda activa de empleo (porque se hace profesionalmente). Cuando se despide mal, está comprobado que el coste reputacional es el doble que la inversión en ser una marca de confianza, atractiva.
Después del turno de preguntas, hemos tenido un vino español. Gracias a mi amiga Marta Fernández por estar allí.
Y almuerzo con la junta del Club de Calidad de Asturias, con su presidente, Francisco, a la cabeza. Hemos mantenido una charla muy entretenida sobre Liderazgo, Talento y la situación actual.
Mi gratitud a Francisco, a Marino (una amistad desde 2008) y a todo el equipo del Club, a Susana Fábregas (en la distancia, a Ignacio Babé que hoy estaba en Barcelona en otro acto) y a todos los participantes. He disfrutado mucho y siempre llevo a Asturias en mi corazón, por varias razones.

La canción de hoy, del asturiano Rodrigo Cuevas, que canta en las fiestas de San Mateo 2017, mañana en la Plaza de la catedral a las 21 h. Verdiciu: www.youtube.com/watch?v=4JiPw2YHyjU “Y dicen neña: ¡qué guapa yes! Tienes el ritmu, ritmu de Verdiciu” Un fantástico “agitador folclórico” que ha reinventado las canciones tradicionales. Si te has quedado con ganas de más (confieso que no conocía a Rodrigo hasta ahora), la entrevista de Andreu Buenafuente: www.youtube.com/watch?v=QFahGcBk4Ac    

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