Deliciosa
la comida hoy al aire libre (pescados y arroces) en la explanada de Alicante
entre amigos. Viernes de reuniones comerciales y con el DG de una de las
organizaciones más interesantes de la provincia. Mi gratitud a todas las
personas con las que me he reunido y disfrutado hoy.
La
lectura, ‘Cómo se hizo Donald Trump’, por David Cay Johnston. El autor, nacido
en San Francisco en 1948, es periodista y ganó el premio Pulitzer en 2001 por
una investigación sobre vacíos legales en el sistema fiscal estadounidense.
David
ejemplifica su maestría en los dos primeros párrafos del libro: “Cuando en
junio de 2015 Donald Trump bajó por la escalera mecánica del vestíbulo de la
Trump Tower para anunciar que emprendería la carrera para presentarse a la
presidencia, un acto retransmitido en directo por televisión de ámbito
nacional, casi todos los periodistas consideraron que su candidatura era un
proyecto nacido de la vanidad. Yo no.
Soy
periodista de investigación desde los 18 años. Llevo desenterrando hechos,
viendo cambiar las leyes y, en general, causando muchos problemas por informar
haciéndolo para el San José Mercury News, el Detroit Free Press, Los Angeles
Times, The Philadelphia Enquirer y, al final, The New York Times.”
Lo
que nos cuenta David Cay Johnson es la historia de un tramposo y de un jeta, de
origen alemán (la familia cambió el apellido Drumpf for Trump), cuyo abuelo
entró ilegalmente en Estados Unidos (falsificó cierta información) y cuyo padre
se dedicó a la especulación inmobiliaria en Queens.
En
este texto no se habla de los primeros años de Donald (su formación como
interno en la Academia Militar de Nueva York, que disfrutó como pocos; su
“conocimiento” de las mujeres a través del Playboy, su escaso aprovechamiento
de la preparación universitaria). Sí de que ha presumido de “comprar
voluntades” de políticos para recibir favores, que hundió (para crear la Trump
Tower de la Quinta Avenida de Nueva York) un edificio con piezas de art déco
que prometió donar al MOMA (con una brigada polaca que pagó ilegalmente), que
presume de no pagar impuestos, que no se sabe a ciencia cierta si es
multimillonario o está quebrado (los bancos no han dispuesto de sus estados
financieros), que su vida es en realidad “una huida hacia delante”…
Que
estamos ante un pieza de cuidado lo podíamos imaginar. La investigación del
premio Pulitzer demuestra que es un “fuera de la ley”, antisistema, aupado por
los medios de comunicación que critica y por un programa de televisión (‘El
Aprendiz’) que le ha otorgado un aura de empresario de éxito que seguramente no
es tal.
Cómo
ha conseguido Trump llegar a ser el 45º presidente de la nación más poderosa de
la Tierra es una incógnita que aún no ha sido revelada, por mucho que en su
país haya un polarización, desigualdad y descontento sin precedentes, haya perdido
ante su rival (la candidata del establishment, Hillary Clinton) por unos tres
millones de votos y su “amigo” Vladimir Putin haya hackeado el sistema. Si
talento es ponerse en valor, no cabe duda de que Donald Trump tiene talento…
veremos talento para qué y hasta cuándo. De momento, pintan bastos.
Quisiera
destacar además el agradecimiento que David le hace a su mujer, con el que
concluye la obra: “Como siempre, pese a las obligaciones de mi esposa Jennifer
Leonard, como Consejera Delegada de la Fundación de Rochester y a su incansable
defensa de quienes han nacido en circunstancias difíciles, me ha ofrecido sus
críticas sin adornos, como ha hecho siempre, durante un maravilloso matrimonio
que después de 34 años aún no ha sido lo bastante largo”.
Gracias,
David, por presentarnos al personaje. Lo curioso es que, en esta sociedad del
espectáculo, con la crisis de partidos y las nuevas tecnologías (Trump suele
decir que Twitter es como The New York Times pero sin sufragar las pérdidas),
un personaje sin pasado de gestión pública, que no es el “rey Midas” que quiere
presentarse, dirija los destinos de un gran país.
La
canción de hoy, precisamente, ‘The Time of my Life’, del musical ‘Dirty Dancing’:
www.youtube.com/watch?v=WpmILPAcRQo Será
el tiempo de nuestras vidas.