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Estupendo el día en Barcelona. Anoche cené en
‘El 3 Focs’ con mi amiga Teresa y hoy, almuerzo en ‘La consentida’, junto a la
Plaza de Sarriá, con la coach y buena amiga Meritxell Obiols. Dos mujeres líderes
impresionantes.
Esta tarde, reunión con María José Martín, DG
de Right Management y ManpowerGroup Solutions, y mis compañeros mentores del
Human Age Institute Álex Rovira y Fernando Trías de Bes, autores de ‘La buena
suerte’. A un servidor los martes y 13 le traen, precisamente, buena suerte.
En La Vanguardia, Mayte Rius se refería a una
serie de errores de madres y padres en el inicio del curso escolar:
- Estudiar con ellos. Ser madre y maestra a
la vez crea conflictos y dependencia.
- Resolvérselo todo. Solventar sus descuidos
dificulta su maduración.
- Focalizar todo en el estudio. Hacer de la formación
el eje de la vida familiar daña la relación.
- Querer genios. Sobreestimular a menudo
provoca el efecto contrario.
- Premiar las notas. El estímulo material
desvirtúa y puede aumentar la frustración.
- Disfrazar la vagancia. Buscar trastornos detrás
de los fracasos retrasa la madurez.
- Ejercer de detectives. El control absoluto
de sus tareas suscita desconfianza.
- Usar el estudio como peaje. Las tareas
escolares acaban entendiéndose como un castigo.
- Proyectarse en los hijos. Las expectativas
no siempre se adecúan a las capacidades.
- No respetar la línea escolar. El modelo de
los padres no garantiza el éxito hoy.
Puente aéreo de vuelta a Madrid. A medio
camino, por tormenta y cierre de Barajas, hemos regresado a Barcelona. Todo un
cisne negro.
He estado leyendo ‘La carne’, la última
novela de Rosa Montero. Audaz, sorprendente, una de las más personales de la
autora.
Comienza con: “La vida es un pequeño espacio
de luz entre dos nostalgias: la de lo que aún no has vivido y la de lo que ya
no vas a poder vivir. Y el momento justo de la acción es tan confuso, tan
resbaladizo y tan efímero que lo desperdicias mirando con aturdimiento
alrededor”.
Y nos regala frases como: “La mayoría eran un
poco horteras, con pinta de guapos de discoteca o de animales de gimnasio”, “Nadie
muere en realidad de amor (…) Sólo se muere de amor en las malditas óperas”, "Tal vez ella estuviera a punto de hacer el ridículo", “Al
final todo acaba por desembocar en el amor. Y en el daño”.
Gracias por una novela tan especial.