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Anoche en el hotel
Zoe y yo estuvimos viendo, además del partido de Rafa Nadal y el de fútbol
femenino Suecia-EEUU en Río, la última versión cinematográfica de ‘Anna
Karenina’ (2012). Pocos escritores han conocido el alma humana como el gran
León Tolstoi. Sin embargo, hemos de advertir que la relación de Anna con Vrosky
no es una historia de amor, sino de maltrato psicológico (y por ello acaba en
drama, en autodestrucción de la protagonista). Much@s consideramos alienante
que una mujer haga lo que le pide su hombre en contra de sus creencias, en la
Rusia del siglo XIX como aquí y ahora. Eso no es gracioso, sino denigrante.
En otro orden de
cosas, he estado viendo un TED de cuatro minutos de Anthony Goldbloom que me
llegó el pasado martes 9: ‘The Jobs will lose to machines… and the ones we
won’t’ (Los empleos que perderemos a manos de las máquinas… y los que no) www.ted.com/talks/anthony_goldbloom_the_jobs_we_ll_lose_to_machines_and_the_ones_we_won_t
El ponente es uno de los mayores expertos en “machine learning” (aprendizaje de
las máquinas) y nos revela que desde los 90 las máquinas ya no realizan tareas
múltiples como distribuir el correo o evaluar el riesgo de crédito. Su
crecimiento es exponencial, y ahora pueden por ejemplo puntuar con eficacia los
ensayos de l@s alumn@s o diagnosticar enfermedades. En AFAV (actividades frecuentes
de alto volumen), las máquinas ganan.
¿Dónde está el
límite? Según este experto, que trabaja en la practica en el desarrollo del
aprendizaje de las máquinas, la frontera está y seguirá estando en las
actividades que son novedosas. Por ejemplo, una máquina nunca podrá crear el
microondas. Lo que se ha hecho antes, las máquinas pueden repetirlo más rápido
y eficientemente. Las innovaciones, no.
La mecanización, la
automatización, la transformación digital (con un impacto en los puestos de
trabajo que hoy conocemos de entre el 12% y el 47%) abre una importante brecha
entre lo que algun@s llamamos “empleo” y “trabajo”. Las máquinas, los robots,
se “comerán” las AFAV, el trabajo: repetitivo y de escaso valor añadido. Los
robots son los nuevos esclavos, los nuevos vasallos, los nuevos proletarios. L@s
profesionales hemos de dedicarnos a aportar valor desde la innovación, servicio
al cliente y el trabajo en equipo, los tres pilares del Talentismo en las
organizaciones supervivientes y ganadoras, que se adaptan adecuadamente al
entorno. En Talento está en las personas (en las que se comprometen realmente
con él) y no en las máquinas. “Hagas lo que hagas, haz cosas nuevas cada día;
si no, las máquinas te superarán”.
En esa misma línea,
el estudio europeo del SHARE (Salud, Edad y Retiro en el continente), con una
muestra de 6.000 personas nacidas de 1920 a 1956 en nueve países europeos, que
demuestra la rentabilidad de la educación en la misma línea que Mincer (1974),
Card (2001) y Heckman (2006): un año más de educación, 9% más de ingresos a lo
largo de la vida laboral; los niños sin libros en casa (un total del 40%)
ganaron un 21% menos que los que tenían al menos 10. Disponer de libros en casa
es un gran predictor de tu empleabilidad en el futuro.
Dos canciones para
este sábado: ‘Pa’lante’ de Alberto Plaza. Un regalo de la experta peruana en
Felicidad Muki Palacios, a la que conocí en A Coruña gracias a Santi Vázquez y
Belén Varela, y cuyo libro comenté en su día en este blog. “Pa’lante,
pa’lante”. Y ‘The way you are’, en la preciosa versión de Natalia Dicenta: www.youtube.com/watch?v=wgiOzxmzn_U
“Don’t go changing/ to try to
please me./ You never let me down before./ I don’t imagine,/ You’re too
familiar,/ and I don’t see you anymore./ I would not leave you/ in time of
troubles./ We’ve never given up this far./ I take the good times/ and take the
bad times./ I take you just the way you are./ I need to know that you’ve always
been/ the same old someone that I knew,/ What will it take till you believe in
me/ the way that I believe in you?/ I said I love you/ and that’s for ever;/
and there’s a promise from my heart./ Just can’t love you any better,/ I love
just the way you are./ I just need to know/ that you’ve always been/ the same
old someone that I knew./ What will it take till you believe in me/ the way
that I believe in you?/ I don’t want clever conversations,/ I never want to
work that hard./ Just want someone that I can talk to,/ I want you just the way
you are.”
El viaje por
Escandinavia ha continuado esta mañana desde Lulea (Laponia sueca) hasta Narvik
(Noruega), la ciudad más septentrional del mundo. A las 7’15 de la mañana, el
tren del Círculo Polar ártico. Toda una aventura de más de 8 horas (esta vez sin
wifi), en uno de los entornos naturales (bosques y lagos), más bellos del planeta.
Mi gratitud a Alberto
y Muki, a Belén y a Santi, y por supuesto a León Tolstoi por abrirnos los ojos
(si queremos; como escribí en 'La sensación de fluidez': "el cambio siempre es una puerta que se abre desde dentro").