Los contextos (geográficos) de la genialidad

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Hoy domingo es Santa Cristina, el santo de mi hermana y mi sobrina, entre otras. Cristina de Bolsena fue una mártir del siglo III, hija de un rico magistrado llamado Urbano, que se convirtió al cristianismo y fue torturada por su propio padre y murió a la octava tortura (la de las lanzas). Sus reliquias se conservan en la catedral de Palermo. Cristina significa “fiel seguidora de Cristo” y al parecer las Cristinas son fuertes, responsables y de una gran belleza interior.
Anoche llegamos Zoe y yo de La Vera con un montón de preciosas vivencias entre amigos. Localidades enigmáticas como Garganta de la Olla (“ad Fauces”) en la Edad Media, con su iglesia de San Lorenzo, su museo de la Inquisición, su “casa de las muñecas” y su leyenda de la “serrana de la Vera”; Yuste, siempre Yuste, con Pablo (Pawel Stepkowski), el prior, su compañero paulino (Orden de San Pablo Primer Eremita) Krzysztof Andrzej (el padre Cristóbal), su maravillosa capilla inspirada en los iconos de Jerzy (Jorge) Nowosielski, pintados por Magdalena Bielecka y su lema: “Cuida de tu alma, ésa es la única limitación”; el Museo Pecharromán, presentado por el propio artista, Ricardo Pecharromán, en Pasarón de la Vera; los almuerzos en La Abadía de Cuacos (con Isabel, Bea y Carlos) y en K’ Leti Jarandilla de La Vera (con el gran Alfonso Pitarch, uno de los mejores empresarios extremeños y ganador del Challenge EBS); la gala solidaria en Jaraiz y la cena con los hermanos Tello (Ángel, Mónica, Raquel, Beatriz); las 46 gargantas de las comarca, piscinas naturales… Momentos inolvidables. Ojalá el DG de Turismo de Extremadura, D. Francisco Martín Simón (“Paquino”, para sus paisanos) sepa poner en valor una de las regiones más hermosas de Europa.
En el viaje, he estado leyendo ‘The geography of Genius’ (La Geografía del Genio) de Eric Weiner. El autor define a una persona genial como alguien con “la capacidad de expresar ideas nuevas, sorprendentes y valiosas” (Margaret Boden). La pregunta que debemos hacernos no es “¿qué es la creatividad?”, sino “¿dónde se encuentra?”. Porque l@s genios no surgen por generación espontánea, sino que se agrupan geográficamente (Keith Simonton, Universidad de California Davis). Eric nos presenta los 8 escenarios más creativos:
- Atenas: el genio es simple. En 186 años, entre dos guerras que duraron un cuarto de siglo, está la Grecia clásica. ¿Qué tuvo de especial? “La creatividad no puede separarse de su reconocimiento” (Csikzentmihalyi). Polis (“las personas alcanzan mayor potencial si pertenecen a estados independientes, aunque sean pequeñas”, la ley de Danilewky). Pensadores peripatéticos (que andaban mucho; l@s caminantes son más creativ@s: Marily Oppezzo y Daniel Schwartz, Stanford). La Acrópolis como punto de encuentro. Incertidumbre. Cierta competencia (Teresa Amabile, Harvard; “Supérate respecto a los demás”, Homero). Magnetismo (Pericles como líder, el sistema democrático). Sócrates como “compadre”. Aspasia, mujer de Pericles, como “ayudadora”. El symposium (“beber juntos”; Torsten Norlander, psicólogo sueco, ha demostrado que el alcohol facilita la etapa de incubación de las ideas). Genio y virtud (areté) como elementos inseparables. Apertura para el logro. Y consciencia sobre la muerte (Christopher Long, Dara Greenwood: casi la mitad de los genios perdieron a su padre antes de cumplir los 20).
- Hangzhou: el genio no es nada nuevo. China, dinastía Song, 969-1276. Una explosión artística y tecnológica. Cultura del te (lleva a pensamientos más profundos), higiene, capacidad de sorprenderse, competitividad, profusión, honor a la tradición (lo nuevo necesita de lo viejo), mucho humor, sistema educativo apropiado.
- Florencia: el genio es caro. 25 de enero de 1504; en Florencia, a la vez, dos docenas de artistas de la talla de Leonardo, Miguel Ángel, Botticelli, etc. “Lo que se honra se cultiva” (Platón). El mecenazgo de los Medici, con gran gusto artístico (“no toleraban innovación, la exigían”). Los talleres (bottega). Solucionadores de problemas (como Verrochio o Leonardo). Esfuerzo de equipo. Sprezzatura (lo que separa lo bueno de lo inolvidable). Procesos significativos y “ayudadores” como Bichellini. En lugar de una gran universidad (como Bolonia), compartir conocimiento. Dos generaciones después de la “peste negra” de 1348. Lorenzo el Magnífico como “el compadre”. Equilibrio: las justas proporciones. El genio como la ilusión de la inmortalidad (sus obras quedan).
- Edimburgo: el genio es práctico. La sorprendente capital de Escocia, con su voluntad de ser diferente a los demás. David Hume, Adam Smith, Arthur Conan Doyle. Una prestigiosa escuela de medicina. Pensamiento janusiano (las dos caras, los pros y contras, la ambigüedad). Lugares pequeños para lanzar preguntas abiertas. Dos o más ideas disparatadas en el mismo espacio (“pensamiento homospacial”, según el psiquiatra Albert Rothenberg). Para Schopenhauer, “el talento alcanza la diana que nadie puede; el genio alcanza una diana que nadie ve”. Tolerancia. Buenos bebedores (estimulación mental mutua).
- El genio es caótico: Calcuta. Una ciudad fea, de una fealdad adorable. Vida pública. Rabindranath Tagore como el “David Hume” de Calcuta, del renacimiento bengalí. La creatividad colabora con el caos (“el corazón es caótico e irregular”, Ary Golderberger, cardiólogo). Deidades. Sagacidad. Reacciones al reto.
- El genio no es intencional: Viena musical. Mozart y Freud, las dos caras del genio vienés. Música (mucho más que entretenimiento). Beethoven: estímulo y aislamiento. “Robar el fuego de los dioses, como Prometeo”. Relación del organismo vivo (la ciudad) con la naturaleza. Schnapps. “La representación del caos” (Haydn).
- El genio es contagioso: Viena en el diván. Cafeterías, psicoanálisis. “El negocio de Viena es la vida”. La interpretación de los sueños. Experiencias diversificadoras. Las pasiones freudianas: fumar, viajar, hacer colecciones. Síntesis intelectual y aplicación práctica. Tándem (el Sancho Panza de Freud fue Wilhelm Fliess, médico y numerólogo).
- El genio es débil: Silicon Valley. La imagen (icónica) de Steve Jobs. La reputación de zona tecnológica. Bill Hewlett y Dave Packard, creando en un garaje, estudiantes de Stanford. El rector Fred Terman como “hombre práctico”, con su instituto de investigación. La diversidad de California. Como una sinfonía de Mozart o una peli de Pixar, operar a dos niveles (personas y procesos). Vínculos débiles que les hacen fuertes. El fracaso como “fertilizador”. Mitos que inspiran, como la “ley de Moore”. Lo pequeño es hermoso y creativo.
La creatividad como intersección entre persona y lugar. Un libro que ayuda a reflexionar sobre el poder de los contextos.