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Viernes 15 de julio, día
mundial de las habilidades de la juventud. En cierto modo, el día de la
Empleabilidad. Llevamos 196 días en el año y faltan 169 para que acabe este
2016.
Hoy hace 18 años me
casé con la madre de Zoe. Fue una ceremonia preciosa, muy alegre, en Hortaleza,
en el palacete frente al Pinar del Rey y la celebramos, desde la comida hasta
la noche, en el Hotel Intercontinental con centenares de invitados. El fruto de
aquel enlace es una hija de la que nos sentimos inmensamente orgullosos.
Creo que la concejal que ofició la ceremonia
nos regaló aquel precioso texto del poeta Khalil Gibran, de ‘El Profeta’: “Nacisteis
juntos y juntos permaneceréis para siempre./ Estaréis juntos cuando las blancas
alas de la muerte esparzan vuestros días./ Sí: estaréis juntos en la memoria
silenciosa de Dios./ Pero dejad que haya espacios en vuestra cercanía,/ y dejad
que los vientos del cielo dancen entre vosotros./ Amaos uno a otro, pero no
hagáis del amor una atadura./ Haced del amor un mar móvil entre las orillas de
vuestras almas./ Llenaos uno al otro vuestras copas, pero no bebáis de una
misma copa./ Compartid vuestro pan, pero no comáis del mismo trozo./ Cantad y
bailad juntos y estad alegres, pero que cada uno de vosotros sea independiente./
Las cuerdas de un laúd están separadas, aunque tiemblen con la misma música./ Dad
vuestro corazón, pero no para que vuestro compañero se adueñe de él./ Porque
sólo la mano de la Vida puede contener los corazones./ Y permaneced juntos,
pero no demasiado juntos./ Porque los pilares sostienen el templo, pero están
separados./ Y ni el roble crece bajo la sombra del ciprés ni el ciprés bajo la
del roble.”
Algunos creemos
que, en la empresa como en la vida, el tándem es la unidad mínima de Liderazgo.
La palabra “tándem” proviene del latín y significa “al fin, por fin”. Como en
el discurso de Cicerón a Catilina: “Quousque tandem Catilina, abutere patientia
nostra?” (Ya al final, Catilina, ¿hasta cuándo abusarás de nuestra
paciencia?”). De ahí, la “disposición en tándem”, en serie, un@ tras otr@ y con
función similar, en un remolque o en una bicicleta. Se llega más lejos, se
llega mejor.
De la
complementariedad del tándem a lo que mi admirado Agustín Martín, presidente de
Toyota, llamaría “la ilimitología”: sin límites. Como escribió Pablo de Tarso
en su primera misiva a los Corintios, “Ambicionad los carismas
mejores. Y aún os voy a mostrar un camino excepcional./ Ya podría yo hablar las
lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo Amor, no soy más que un
metal que resuena o unos platillos que aturden./ Ya podría tener el don de
profecía y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener fe como
para mover montañas; si no tengo Amor, no soy nada./ Podría repartir en
limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo Amor, de nada
me sirve./ El Amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se
engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal;
no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad./ Disculpa sin
límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites./ El Amor no
pasa nunca. ¿El don de profecía?, se acabará. ¿El don de lenguas?, enmudecerá.
¿El saber?, se acabará./ Porque limitado es nuestro saber y limitada es nuestra
profecía; pero cuando venga lo perfecto, lo limitado se acabará. Cuando yo era
niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando
me hice un hombre acabé con las cosas de niño./ Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces
veremos cara a cara. Mi conocer es por ahora limitado; entonces podré conocer
como Dios me conoce. En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el Amor: estas
tres. La más grande es el Amor.”
El Amor en todas
sus formas, desde el cariño hasta el deseo. Así se forma un Tándem. Volviendo a
Khalil Gibran en ‘El Profeta’: « Cuando el amor os
llame, seguidlo./ Y cuando su camino sea duro y difícil,/ y cuando sus alas os
envuelvan, entregaos./ Aunque la espada entre ellas escondida os hiera./ Y
cuando os hable, creed en él. Aunque su voz destroce nuestros sueños tal como
el viento norte devasta los jardines./ Porque, así como el Amor os corona así
os crucifica./ Así como os acrece, así os poda./ Así como asciende a lo más
alto y acaricia vuestras más tiernas ramas, que se estremecen bajo el sol, así
descenderá hasta vuestras raíces y las sacudirá en un abrazo con la tierra./ Como
trigo en gavillas él os une a vosotros mismos./ Os desgarra para desnudaros./ Os
cierne, para libraros de vuestras coberturas./ Os pulveriza hasta volveros
blancos./ Os amasa, hasta que estéis flexibles y dóciles./ Y os asigna luego a
su fuego sagrado para que podáis convertiros en sagrado pan para la fiesta
sagrada de Dios./ Todo esto hará el Amor en vosotros para que podáis conocer
los secretos de vuestro corazón y convertiros, por ese conocimiento, en un
fragmento del corazón de la Vida./ Pero si, en vuestro miedo, buscáis solamente
la paz y el placer del amor, entonces, es mejor que cubráis vuestra desnudez y
os alejéis de sus umbrales, hacia un mundo sin primaveras donde reiréis, pero
no con toda vuestra risa, y lloraréis, pero no con todas vuestras lágrimas./ El
Amor no da más a sí mismo, no toma nada más que de sí mismo./ El Amor no posee
ni es poseído./ Porque el Amor es suficiente para el Amor./ Cuando améis no debéis
decir: “Dios está en mi corazón”, sino más bien: “Yo estoy en el corazón de
Dios”./ Y pensad que no podéis dirigir el curso del Amor porque él, si os
encuentra dignos, dirigirá vuestro curso./ El Amor no tiene otro deseo que el
de realizarse./ Pero, si amáis y debe la necesidad tener deseos, que vuestros
deseos sean éstos:/ Fundirse y ser como un arroyo que canta su melodía a la
noche./ Saber del dolor de la demasiada ternura./ Ser herido por nuestro propio
conocimiento del Amor./ Y sangrar voluntaria y alegremente./ Despertarse al
amanecer con un alado corazón y dar gracias por otro día de amor./ Descansar al
mediodía y meditar el éxtasis de amar./ Volver al hogar con gratitud en el
atardecer./ Y
dormir con una plegaria por el amado en el corazón y una canción de alabanza en
los labios.”
Mi gratitud a
quienes, como Ricardo o Leopoldo, nos enseñaron el camino del tándem sin límites.