Canción para
iniciar el día, de Fangoria: ‘Dramas y comedias’ www.youtube.com/watch?v=2mVZvFZSCy4
“No quiero más dramas en mi vida,/ sólo comedias, entretenidas”. “Me cansa
estar triste,/ no me compensa”.
Esta mañana, de 9 a
14 h., ha tenido el privilegio de impartir la clase de clausura de la presente
edición del Master GESTA (Gestión del Talento) de la Universidad de Valencia,
dirigido por mi buen amigo Roberto Luna, presidente de AECOP y de AEDIPE. 15
profesionales de RRHH de los más diversos sectores (distribución, banca,
automoción, tecnologías, profesionales liberales) con alta expectativas sobre
la selección y atracción del talento, el liderazgo, el optimismo, la felicidad,
la innovación, etc. Muchas gracias, Roberto, por esta oportunidad, y a l@s
participantes, que habéis mantenido el interés y la atención durante las cinco
horas. He disfrutado muchísimo de esta mañana.
Y después almuerzo
en Molttó, uno de mis restaurantes favoritos de la capital del Turia (Plaça de
la Reina, 9). Un local de diseño, en un sitio emblemático de la ciudad, con
platos exquisitos. Toda una delicia.
Esta mañana hemos
estado compartiendo, jugando a una variante del 50 x 15 ‘¿Quiere ser
millonario?’ (¿Quieres ser talentos@?), los 10 mayores obstáculos para
detectar, fidelizar, desarrollar y comprometer el talento.
1. El Talento como
Inteligencia, tal como lo define el Diccionario de la Real Academia de la
Lengua. Siguiendo a Marina, y a Robert Sternberg, el talento es “inteligencia
triunfante”, el buen uso de la inteligencia. En el 80% de los casos los
conocimientos no se convierten en comportamientos, en hábitos, por falta de
atrevimiento, de valentía. Son ejemplos de inteligencia fracasada.
2. El Talento como
mera capacidad (aptitud + actitud). Se requieren conocimientos, que son
imprescindibles (“no hay nada más peligroso que un tonto motivado”, Emilio
Duró); la actitud es lo que marca la diferencia.
3. Confundir la
actitud con el compromiso. El compromiso es la energía (física, mental,
emocional y de valores) que ponemos al servicio del proyecto. El problema de
empleabilidad de nuestra juventud (50% de desempleo juvenil) tiene que ver con
falta de actitud (por falta de experiencia) aunque demuestre compromiso.
4. Concebir el
talento como algo fijo. Es el “tú sí que vales”. Nada más lejos de la realidad,
como ha demostrado Carol Dweck (Stanford). El Talento es móvil, y por ello el
talento que no se aprecia, se deprecia.
5. El Liderazgo
como carisma. El Liderazgo es el talento para influir decisivamente en l@s
demás, desde la credibilidad, el ejemplo y la autoridad moral. Se concreta en
un estilo propio (estilo de liderazgo) compuesto con siete actividades. Es difícil
de desarrollar sin un perfil propio de la empresa (coherente con la cultura y
los valores), assessment (valoración), desarrollo más allá de la formación y
coaching. El Liderazgo, la Calidad Directiva, supone más de 60% de la
productividad y competitividad.
6. La motivación
como algo externo (palo o zanahoria). Debemos distinguir la motivación de
inicio (ilusión) de la de mantenimiento (perseverancia). Los grandes
motivadores, que son intrínsecos, son el propósito, la autonomía y la maestría
(Daniel Pink, ‘La sorprendente verdad sobre qué nos motiva’).
7. Las personas con
talento encajan en cualquier empresa. No es cierto. El contexto (encaje
cultural) es tan importante en el talento (ponernos en valor) como la capacidad
y el compromiso. El contexto lo configuran la cultura, el clima, la compensación
y el grado de cooperación.
8. No es posible fidelizar
al talento. Es completamente falso. Hemos aprendido de John y Laura Gottman, de
la terapia de pareja, que depende de los momentos “aparentemente
intrascendentes” y del ratio de emociones positivas por cada emoción negativa. El
Liderazgo es en más del 90% pura Inteligencia Emocional.
9. El Liderazgo se
nace con él o se improvisa. En realidad, el Liderazgo, como todos los talentos,
se cultiva, se forja. “Se juega como se entrena”.
10. Los jefes no
tienen responsabilidad sobre la felicidad de l@s integrantes del equipo. Todo
lo contrario. Como nos ha enseñado maría Graciani, hemos de pasar “de Jefes a
GeFes, Gestores de Felicidad”. La Felicidad, “experiencia global de placer y
significado”, es en un 10% externa, en un 50% referencial (primeros años de
vida) y en un 40% voluntaria, tal como ha demostrado Sonja Lyubomirsky. En palabras
de Aristóteles de Estagira, mi coach favorito, la felicidad es el bien supremo,
el gran objetivo al que dirigimos nuestra vida. Debemos merecerla.
Canción para el
final del día, ‘Esclavo de tu amor’: www.youtube.com/watch?v=TgUyYhb03Cs El
gran Carlos Goñi, de Revólver. “Me la juego a cada instante, ganador o
perdedor/ por seguir siendo el esclavo de tu amor”.