Compré
el otro día en Ámsterdam, en la célebre librería Waterstone’s, el último libro
de Daniel Levitin, ‘The organized mind’ (La mente organizada). El Dr. Levitin,
prestigioso psicólogo, estudió en Stanford y Berkeley; ha publicado dos
best-sellers sobre el poder de la música y la neurociencia y en la actualidad
es profesor en la Universidad McGill de Montreal. ‘La mente organizada’ está
avalada por genios como Daniel Gilbert (Harvard), los premios Nobel David Hubel
y Stanley Prusiner o Joseph Ledoux (New York University).
En
la introducción, Levitin parte del gran avance que supuso para la mente humana
la escritura, hace unos 5.000 años, como “externalización de nuestra memoria” y
divide el texto en tres partes:
I.
Demasiada información y demasiadas decisiones que tomar. La mente consciente
posee una capacidad de procesamiento de unos 120 bits/segundo. De ahí la
importancia del “filtro de atención” (por cambio e importancia). La atención es
un recurso de capacidad limitada (que se debe educar). Categorizar ayuda, y
mucho. Soñar despiertos (daydreaming), dejar que la mente vagabundee (mind
wandering) y el switch (la ínsula) son claves. La atención depende un
neurotransmisor llamado GABA. La memoria depende del potencial de cambio, de
las emociones (recordamos lo que nos impacta) y de su falibilidad.
II.
Organizar nuestras casas (“category management”, gestión de las categorías,
evitando la multitarea y con un enfoque proactivo), nuestras relaciones
sociales (está comprobado que las parejas suelen ser similares en edad, nivel
educativo y atractivo), organizar nuestro tiempo (los marcos temporales son
escenas; el tiempo de sueño es esencial y las madrugadoras “alondras” suelen
ser más productivas que los “búhos” nocturnos, la ecuación de Piero Steel, de
la Universidad de Calgary, es procrastinación = tiempo para terminar la tarea x
distractibilidad / autoconfianza x valor de la tarea, la creatividad está ligada
a la fluidez), organizar la información para tomar las decisiones más difíciles
(cálculo de probabilidades en una matriz de 2x2), organizar el mundo
empresarial (desde la creación de valor: sistematización, desde el primer
organigrama de Daniel McCallum en 1854, redes y toma de decisiones a través de
la jerarquía; el impacto del liderazgo).
III.
Qué enseñar a nuestros hijos para mejorar su futuro (“Los medios no son periodismo,
sino información. Periodismo es lo que hacemos con ella”, C. J. Chivers; de los
datos a la sabiduría). “Organizarnos puede llevar a nuestras vidas al siguiente
nivel”.
‘La
mente organizada’ incluye un apéndice para crear tu matriz de decisión y 84 páginas
de notas con toda y cada una de las investigaciones que soportan las
aseveraciones del libro. Muy de agradecer.
Entre
mis buenos propósitos del año está el de mejorar en la organización:
organización de las finanzas, de las casa, de mi agenda, de mi nutrición y ejercicio
físico. Una mente organizada es una mente más poderosa.