Despertad al Diplodocus, por José Antonio Marina. Una conspiración educativa para despertar la escuela... y la sociedad


Sábado mediterráneo de descanso y buen tiempo. Me hacía falta después de la intensa semana de Barcelona (IL3, AfterWork, reuniones) y Madrid (TAC de LifeScience, Estilo Directivo). La que viene Galicia, Castilla-La Mancha, con Coaching de equipo directivo (el CD de una de las mejores empresas del mundo), Coaching Estratégico (una CEO y Desarrollo del Talento de todo un Comité de Dirección).
Tal como adelanté ayer, tocaba libro importante: ‘Despertad al Diplodocus’, de José Antonio Marina. El maestro nos propone un programa de transformación educativa en tan solo cinco años.
El título parte de un bello microrrelato de Augusto Monterroso (“Cuando me desperté, el diplodocus seguía dormido”) y el libro lo dedica JAM a Aylan Kurdi, el niño que murió ahogado cuando su familia trataba de llegar a las costas de Turquía. Su imagen nos persigue y genera una profunda tristeza. Un símbolo de lo que más nos falta por aprender, la humanidad.
El maestro Marina nos introduce en la “learning society” (sociedad del aprendizaje) a través de la “learning explosion” (me ha evocado el símbolo del Human Age Institute). La revista Forbes indica que el negocio de la inteligencia superará el billón de dólares. Ray Kurzweil (Google) enuncia la “ley de la aceleración tecnológica”: lo que pensábamos que tardaría 50 años en conseguirse, se logra en 5.  Y es que, en un mundo VUCA, la clave es la pasión por aprender.
¿Cómo iniciar un proceso de transformación? Creyendo que es necesario, queriendo hacerlo y sabiendo hacerlo. John Kotter (Harvard) piensa que el principal error es la falta de consenso sobre su sentido de urgencia. ¿Se trata de “clases magistrales”? Rosalind Picard (MIT Media Lab) ha demostrado que la actividad cerebral frente a un acto así es más baja que cuando estamos dormidos. Para el 16% de los alumnos, la escuela es “hostil al cerebro”. Y eso que nuestra cultura soporta cada vez peor el aburrimiento.
El objetivo del cambio, para JAM, es reducir el abandono escolar al 10% (como recomienda la UE), esto es, un 90% de éxito educativo; subir 35 puntos en PISA, al nivel de Finlandia (Navarra ha subido 20 en 3 años); aumentar los excelentes y reducir la distancia entre mejores y peores; favorecer en niñ@s y jóvenes el máximo nivel de desarrollo personal; fomentar la adquisición de habilidades del siglo XXI. “No podemos dar soluciones, sino despertar las fuerzas que las encuentren” (Antoine de Saint Exupery). “En una sociedad del conocimiento, la gestión de los procesos de aprendizaje es más importante que los saberes” (Daniel Inerarity). “El mundo está en ebullición. Y no podemos quedarnos al margen por temor a quemarnos”.
Cinco motores de cambio:
1. La Escuela. Con la Fundación Trilema Marina ha puesto en marcha un ‘Club de la Excelencia Educativa’. Y aporta la idea de un ‘Manual de pedagogía para dummies’ (Buena idea. El de Management –Ana Mª Castillo y un servidor- sale en 15 días). Creencia limitante: el 97% de los profesores de secundaria cree que está suficientemente formado para su profesión” (no es una buena base que anime seguir aprendiendo). Debe haber colaboración entre profesores (aprendizaje mutuo) y equipo directivo de verdad, que sepan liderar. Marina recuerda el trabajo que hizo HayGroup con los headmasters en la época de Tony Blair. La escuela debe generar alianzas en comunidades de aprendizaje. Cita a Carol Dweck: las creencias sobre la inteligencia y el desarrollo del talento (mentalidad fija o de crecimiento) determinan la actitud hacia el aprendizaje. Y a Ken Robinson: los profesores deben comprometerse (engage), capacitar (enable), tener altas expectativas (expect) y empoderar (empower). 4 E decisivas.
2. La Familia. Es otro ejemplo de red que forma un sistema nuevo. Marina se refiere a la UP (Universidad de Padres), la más avanzada y ambiciosa de su tipo. Los padres educan por acción y por omisión: interactuando, con el ejemplo, de forma simbólica (Jerome Kagan). Shenk recomienda hablar a los niños temprana y frecuentemente, leer pronto y mucho, señalar altas expectativas, aceptar los errores como motor de aprendizaje (ya sabes, no es lo mismo error que fracaso), fomentar una “actitud de crecimiento”. Los estilos educativos, por exigencia y por calidez afectiva, son autoritario (rigor + frialdad), responsable (rigor + ternura), permisivo (laxitud + ternura), negligente (laxitud + frialdad). Y así serán los hijos: incompetentes sociales, con autoconfianza, inmaduros o incontrolados. “La implicación de las familias en la educación es un factor decisivo para el éxito escolar del niño”. Marina se refiere al “Capital cívico” (la confianza y reciprocidad dentro de las comunidades), que correlaciona, claro está, con el Capital Atractivo. Si los padres no colaboran, el fracaso escolar aumenta. En España, el 18% de los padres asisten a las AMPA y la participación en la organización es del 4%.
3. La ciudad (urbe, civis, polis) es motor de innovación. Efecto Medici. JAM se refiere a las “ciudades con talento” y a James Coleman, Robert Putnam y Francis Fukuyama. “En España, los municipios no tienen funciones educativas, y es una lástima”, si bien hay muchos proyectos de ciudad. Y como gran ejemplo, Medellín (Colombia), con Escuelas de Calidad. Entre 1991 y 2010 se redujo la criminalidad un 80%; en 2013 fue declarada la ciudad más innovadora del mundo. También se mencionan los casos de Alcalá de Guadaira y de UNICEF (Ciudades Amigas de la Infancia).
4. La empresa. Marina se refiere al Human Age Institute y a su Handbook of Talent: “el talento solo existe después de la educacion”; evidentemente, no es un don innato. Nos recuerda las cinco disciplinas de Peter Senge (la Dra. Leonor Gallardo y un servidor las aplicamos a La Roja, a nuestra selección de fútbol, en la Eurocopa de 2008). Y comenta las Universidades Corporativas, desde la pionera de GE (1956) a la de McDonald’s, Unilever, Apple, ArcelorMittal y, en España, Asepeyo, Santander, Ferrovial, Acciona, Telefónica o NH. Además hay grandes fundaciones educativas dependientes de empresas.
5. El Estado, la red de redes. JAM cita a Mariana Mazzucato (‘El Estado Emprendedor’, comentado en este blog). El gobierno es la “inteligencia ejecutiva” y también debe aprender, porque la politica “debe pasar de un estado normativo a cognitivo” (Inerarity). El Estado debe ser gente de cambio educativo, como ha demostrado Canadá con un plan que incluye un modelo contextual, el desarrollo humano, nueva política económica y valores cívicos compartidos. El Estado debe aportar financiación, diseñar la arquitectura escolar, integrar las energías educativas, fijar el currículo, criterios de evaluación (“La evaluación es imprescindible para la supervivencia”), selección y formación del profesorado y de los equipos directivos.
¡Qué gran libro para una Conspiración (“respirar juntos”) Educativa, alegre, resuelta, innovadora, éticamente intachable! ¿Conseguiremos despertar al Diplodocus entre escuelas (Trilema et al), familias (UP), ciudades (PEC), empresas (Human Age Institute) y Estado (a través de los partidos con responsabilidad de gobierno tras el 20D)? Nuestro futuro depende de ello.
Gracias, querido y admirado José Antonio, por liderar esta iniciativa mega-estratégica. No sé si, como piden much@s, quiero que seas Ministro de Educación gane quien gane las elecciones generales (la política, me temo, no está hecha para ti). Ahora bien, quienes declaren que seguirán esta noble ambición si llegan al gobierno de España ya cuentan con mi voto.