El pasado fin de semana, el Real Madrid le remontó a la Real Sociedad
(que había marcado en el primer minuto), el FC Barcelona le remontó al
Villareal (que se había puesto por delante en el marcador dos veces) y el
Sevilla CF le remontó a su “bestia negra” en la Copa, el RCD Espanyol. El
colombiano Bacca, al final de este último encuentro, aludió a la MENTALIDAD
GANADORA, que es precisamente el título del libro de su entrenador, Unai Emery,
y un servidor.
Se trata, ya sabes, de “Mindset”, de Mentalidad. La Dra. Carol Dweck, una
de las mayores expertas en Talento, nos habla en su libro del mismo título
(aquí traducido por ‘La Actitud del Éxito’) de la diferencia entre mantienen el
paradigma de talento fijo (se tiene o no se tiene) frente a quienes creemos que
“el talento que no se aprecia, se deprecia”). Es el poder de las creencias,
aplicado al desarrollo del talento: www.youtube.com/watch?v=NWv1VdDeoRY. Cuando
a los niños se les reconoce su inteligencia, prefieren pruebas más fáciles;
cuando lo que se aprecia es su esfuerzo, se atreven con pruebas más difíciles.
Ante un test realmente difícil, los reconocidos por su esfuerzo llegan más
lejos y más tiempo. Y cuando se vuelve a una prueba fácil, los “inteligentes”
caen un 20% y los “esforzados” aumentan un 30%. “La mentalidad ganadora tiene
un enorme impacto en los resultados”.
He estado leyendo una entrada de Allison Stephens en su blog sobre
Reflexiones de Liderazgo y Aprendizaje, a propósito de lo contagiosas que son
las mentalidades. La educadora había estado pensando sobre la mentalidad de
crecimiento, porque había sido el tema de la newsletter de Google EDU y del
SAVMP (School Admin Virtual Mentor Program): http://savmp.edublogs.org/2014/12/03/growth-mindset-savmp-for-december/
Allison recordaba que su padre le decía que la educación era la clave del éxito
y que ser lista merecía la pena. “En cierto sentido, mi padre estaba elevando
mi mentalidad cuando yo era joven”.
La
autora quería diseñar y construir su casa en el bosque, y aunque su marido le
decía que era imposible, le convencí como mi padre hizo con ella. “En mi carrera,
he visto cada oportunidad como una experiencia de aprendizaje”. Las
mentalidades son contagiosas. Para lograrlo:
- Marcar objetivos ambiciosos y
realistas.
- Dejar de pensar que la organización
es una isla y buscar conexiones con la comunidad y el mundo.
- Considerar toda nueva oportunidad y
experiencia.
- Comunicar que incluso l@s mejores
tienen oportunidad de crecer. Quienes se ofenden por ello deberían revisar sus
propias creencias.
Efectivamente,
no son las ideas las que se contagian, sino las emociones. La mentalidad
ganadora se contagia cuando los miembros de un equipo (un grupo humano que
genera sinergias, que obtiene más juntos que cada un@ por separado) comparten
una visión, una forma de pensar y de sentir, una manera de actuar. Es la misión
del líder conseguirlo.
Volviendo
a Carol Dweck, preguntarnos si hemos tenido éxito o si hemos fracasado no tiene
sentido. Lo que vale es cuestionarnos si nos hemos esforzado, si hemos puesto “toda
la carne en el asador”. Por eso, “becoming is better than being” (convertirse
es mejor que ser). En un equipo, no
juzgues, trata de compartir lecciones, porque la vida es una oportunidad de
aprendizaje.
Mi
gratitud a Carol Dweck, a Allison Stephens y a quienes vivís desde la
mentalidad ganadora.