Entre jóvenes pesimistas y alcaldes acogedores


Jornada entre Madrid y Barcelona, donde pasaré la mayor parte de la semana. Mañana se presenta en Cataluña el Human Age Institute, la mayor iniciativa del talento en nuestro país, con mentores como Álex Rovira, Silvia Leal, Jorge Carretero, Imma Puig o un servidor, y centenares de directivos de las principales empresas catalanas. Por la mañana, Talento en Acción, con centenares de jóvenes para mejorar su empleabilidad.
Hablando de jóvenes y de su situación laboral, Vodafone ha publicado un estudio basado en una macroencuesta a 6.000 personas de entre 18 y 30 años de seis países europeos (Reino Unido, Alemania, Italia, Holanda, Chequia y España). ¿Los jóvenes más pesimistas de Europa? Los italianos (41%) y los españoles (49%). A la pregunta “Creo que las oportunidades en mi campo son mejores en otros países”, el 34% está completamente de acuerdo y el 38% algo de acuerdo; un 18% algo en desacuerdo y un 10% completamente en desacuerdo. Un 58% planea trabajar en el extranjero (solo un 25% lo ha hecho ya). Solo un 29% espera una vida mejor que la de sus padres (por un 43% de los alemanes). Un 40% cree que puede encontrar un empleo acorde con su capacitación (por un 66% de los germanos y un 59% de los británicos). Entre los motivos para elección de trabajo, los jóvenes de los seis países valoran especialmente la vocación, pero en el caso de los españoles “evitar el desempleo” es un motivo más poderoso que un salario digno.
Ya sabes lo que pienso sobre el desempleo y la emigración. La variable que más correlaciona con la falta de trabajo es la escasez de educación: más de la mitad de nuestros desempleados dejaron de formarse a los 14 años. No necesariamente debe ser formación universitaria (un 25% de los ninis son licenciados), pero el mal llamado “fracaso escolar” es una losa para nuestro país.
Pasar algunos años en el extranjero está muy bien (particularmente, me siento muy orgulloso de haber trabajado en varios países europeos, iberoamericanos y en Estados Unidos), siempre que nuestro talento regrese, más preparado, más competente y aún más comprometido. Creo que la emigración bien entendida es beneficiosa, cuando se trabaja en empresas preferidas, con auténticos líderes, en condiciones laborales adecuadas. Una vez es tratada con dignidad, la gente no quiere trabajar para tiranos.
Las condiciones de expatriación deben señalarse (abandonar toda esperanza es estar a las puertas de infierno) y cumplirse. A la vuelta, el talento se habrá desarrollado.
Sí, es un serio problema que muchas empresas no contraten a profesionales con los que pueden obtener una plusvalía (debido a su preparación, actitud y compromiso). Es el drama de nuestro tiempo, y según los informes tardaremos un cuarto de siglo en recuperar los niveles de empleo de antes de la crisis.
Hay un 40% de jóvenes españoles que se declaran emprendedores: manifiestan querer poner en marcha su propio negocio. Tal vez no se percatan del “mito del emprendedor”; lo difícil no es tener una idea genial, por extraño que parezca. Lo difícil es mantener tu empresa a flote contra viento y marea, para lo que hace falta Estrategia, Euipo, Empeño, Emociones, Equilibrio y Ética (de esas 5+1 E hablábamos la Dra. Leonor Gallardo y JCC en ‘Liderazgo, Empresa y Deporrte).
Entretanto, alcaldes como el de la Ciudad de Panamá, José Ismael Blandón, que está de gira por Madrid, Barcelona, Santander y Málaga, declara que “los profesionales cualificados serán recibidos con los brazos abiertos”. En Panamá hay 400 empresas españolas, con contratos por valor de 5.000 Millones de dólares, y una inversión neta acumulada de 874’5 M €. En 2013 creció el país un 8’4% y el turismo (2 M de visitantes) ya genera más ingresos que el Canal. Se va a ampliar el aeropuerto, se proyecta la línea 2 del metro (2.500  M €), se va a modernizar el mercado de San Felipe Neri y hay otros muchos proyectos pendientes.
Las empresas y los países de futuro hablan de proyecto, de reto, de crecimiento, de ilusión, de posicionamiento. Las comunidades humanas mezquinas pierden el tiempo en invenciones del “pequeño Nicolás”, encarcelamientos a tonadilleras y tonterías similares.