La soledad en la cima puede ser un mito del Liderazgo


Hoy se ha iniciado el  48º Congreso Nacional de AEDIPE, en Kinépolis, con la intervención del futurólogo australiano Mike Walsh (www.mike-walsh.com). Mañana se presenta en el mismo Congreso el Human Age Institute, con Raúl Grijalba, su presidente, y varios de los mentores de áreas, como Álex Rovira, Juan Mateo, Mario Alonso Puig o un servidor.
Marion Chamberlain, coach, formadora y conferenciante, ha escrito en ‘The Huffington Post’ sobre ‘Uno de los mayores mitos del Liderazgo: la soledad en la cima’.
La autora comienza con una cita de Goethe: “Todo lo que puedas hecer o soñar, comiénzalo. La ingenuidad posee genio, poder y magia” (creo recordar que un servidor incluyó esta sentencia en ‘La sensación de fluidez’). Hay mucha gente, opina Marion, que no persigue su papel como líder porque cree que acabará aislada. Que ser líder significa ser perfect@. ¿Y si no fuera verdad?
La profesora Chamberlain no considera a nadie líder por su cargo, jerarquía, edad, experiencia o salario. Los líder son “game changers” (quienes cambian las reglas del juego). Son agentes del cambio. Les lleva un propósito. Retan el status quo. Aman la vida. Entusiastas. Innovadores. Estrategas creativ@s. Hacedores.     
¿Por qué “la soledad del poder” es un mito, uno de los mayores mitos del Liderazgo? El auténtico Liderazgo tiene ver con el poder de las conexiones (con la credibilidad, la autoridad moral, la percepción de sus seguidores).
Un/a líder:
1. Sabe y puede demostrar por lo que apuesta. Sus valores le guían. Los miembros del equipo lo saben porque practica lo que predica.
2. Tiene una misión, algo a lo que dedica su vida. Quiere dejar un legado.
3.   Se centra en el “nosotros” en lugar de “yo”. Sabe que no es nada sin su equipo. Quiere comprobar cómo impactan sus acciones en la comunidad.
4. Muestra que su propósito vital no está atado a lo que hace, sino a lo que es. Pregunta cómo se comporta y si se siente un orgulloso de quién es.
5. Está centrado de dentro a fuera y no al revés. Es resiliente a la crítica y no cae en la trampa de falas opiniones.
6.  Asume la responsabilidad plena por sus acciones. No cae en la mentalidad de víctima. Sabe que tiene el poder de cambiar las cosas.
7. Se focaliza en las fortalezas en lugar de en las debilidades.
8. Abraza el cambio. Entiende que su energía impacta en el equipo. Se forja como líder espiritual (valores), mental, emocional y físicamente. Está abierto a mejorar.
No hay soledad, si el/la líder es de verdad. El Liderazgo es, por el contrario, una experiencia plena. Tanto las empresas como la sociedad en su conjunto necesitan de líderes para cambiar a mejor.                             
Estoy plenamente de acuerdo con Marion Chamberlain. Esta mañana he pasado un par de horas con uno de los mejores líderes empresariales de nuestro país, y una de sus claves es precisamente no aislarse en soledad.
Por otro lado, esta tarde he ido a ver después de trabajar ‘Relatos salvajes’, la película argentina del año. Un conjunto de historias tremendas, con actrices y actores magníficos y un guión de Damián Szifron (director de la cinta) que te impacta de principio a fin.
De este director me encantó ‘Tiempo de valientes’ (si no la has visto, no te la pierdas). Andrés Segovia le entrevistó en B-Side Magazine:
“El film destapa la faceta más animal del ser humano en seis relatos independientes sobre la rebelión ante lo socialmente aceptado, la venganza, el enfado, el desahogo, y la injusticia social. Su efecto es realmente terapéutico para la gran mayoría de nosotros, espectadores cuyas vidas no pueden escapar, desafortunadamente, a cierta frustración. Szifrón encuentra una suerte de solución en la desobediencia y la catarsis. Por si este enérgico retrato del hombre de a pie y sus impulsos no involucrase al público suficientemente, la presencia de actorazos como Ricardo Darín, Erica Rivas, Leonardo Sbaraglia, o Darío Grandinetti, termina de convencernos.
El padre de la criatura, cuyo guión y dirección transmiten un gran cariño y comprensión por sus personajes -y los seres humanos en general- a través del humor, contestó a las preguntas de B-Side en el marco del Festival de Sitges donde, por supuesto, triunfó, como antes en San Sebastián, Toronto, etc.
- Relatos Salvajes trata ante todo del placer de perder el control y desahogarse. ¿Crees que nos vendría bien a todos explotar más a menudo como hacen tus personajes?

- Sí, pero también creo que si existiesen los canales para expresar nuestras insatisfacciones, si pudiésemos manifestar lo que no nos gusta, y pudiésemos cambiar las cosas, no sería necesario que estallásemos. Pero si eso ocurriera, los que hoy se benefician del mundo tal y como es no ganarían tanto y sería un problema para ellos.
- Es un planteamiento político muy claro, ¿estas hablando en particular de Argentina o te refieres a todo el mundo?

- Estamos gobernados por el mismo sistema en todo el mundo. Lo que sucede en un hemisferio repercute en el otro. Durante la promoción, estoy llevando la película a muchos países y la universalidad del tema se nota en cómo reacciona la gente. Es una experiencia catártica para las audiencias de todas partes, todos nos sentimos frustrados de forma similar.

- ¿Cuando creaste las historias que componen la película, te pusiste algún límite a la hora de dejar a los personajes desenfrenarse?

- La verdad es que no, dejé que cada uno hiciese lo que sentía que tenía que hacer.
- En esta película te alineas con el hombre corriente y le permites liberarse y saltar a la aventura, algo parecido pasaba en ‘Tiempo de Valientes’, donde un terapeuta se veía envuelto en una película de acción. ¿Hay siempre una historia de aventuras en tus películas? ¿Te gustaría trabajar este tipo de género?

- Absolutamente. Yo amo el género de aventuras y pienso que la aventura es una necesidad para el ser humano, por eso a los niños les gustan los filmes de aventura. También, para mí, el viaje de hacer una película es una aventura en sí misma. A veces se las trata de domesticar y se convierte en turismo-aventura. La experiencia se estanca cuando emprendes un proyecto que conoces demasiado, que está catalogado, sabes exactamente cómo termina, qué tipo de film es, etc. Pienso que en cualquier experiencia humana, cuando hay algo de descontrol y se asumen riesgos, se convierte en mucho más rica.
- El film tiene un muy marcado humor negro, pero tratas problemas muy serios. ¿Te pondrías más dramático o grave en un próximo film?

- Sí lo haría, y además te diría que ya me tomé estos temas de forma muy seria. Pero el humor está presente en la vida real y opino que no hay que dejarlo de lado. Es una forma de expresión muy natural en nosotros desde que somos pequeños. Pienso que es más inteligente y expresa mucho más, por ejemplo, la ironía que la seriedad porque la incluye dentro de sí misma pero con una mirada más distanciada. Ofrece un enfoque más interesante. Pero en cuanto a géneros me gustan prácticamente todos y de hecho mezclo casi siempre un poco de todo lo que me gusta: el drama, lo policiaco, la acción, la comedia, etc. El proceso creativo de esta película fue algo cercano a esas experiencias más puras que a veces envidias de pintores o músicos
- Con el éxito de Relatos Salvajes, probablemente te pidan que repitas fórmula. ¿Volverías a hacer una antología?

- Volvería a hacer pero no por exigencias de otros sino porque disfruté mucho con la brevedad, encontré un espacio de libertad ahí. Estaba trabajando en muchos proyectos de largometrajes simultáneamente, y empezaron a saltarme estas ideas cortas. En dos días desarrollé un episodio, en una tarde otro, así casi sin darme cuenta y de forma indolora, tenia un nuevo largometraje. El proceso creativo de esta película fue algo cercano a esas experiencias más puras que a veces envidias de pintores o músicos, esa cosa de la inmediatez que el escritor no tiene porque convive mucho más tiempo con sus relatos. Un par de trazos y creas algo, es una experiencia liberadora, es lo que sentí con estos relatos. Me dio mucho placer y yo creo que ese placer se traslada a la audiencia. Además el ejercicio era dejarlas bien magras, son pura fibra. A veces los largos son cuentos demasiado estirados, en contraste estas historias las compacté en términos de tiempo. Dejé en lo mínimo posible las elipsis. Salvo en el episodio de Darín, son situaciones que se extienden en un solo tiempo y espacio. Todo esta muy acotado. De hecho en mi mente tengo un pequeño mundito donde se suceden todas estas historias, tengo en mi cabeza el mapa con el parador, el restaurante de carretera, una ciudad con una explosión al fondo… Pero igual que he disfrutado con la brevedad, me gustan los largometrajes, y calculo que lo próximo que haré será un largo.

- A la hora de crear una obra episódica, fragmentada, ¿te influyó tu época televisiva pasada con ‘Los Simuladores’, o las influencias son otras?

- Sí, pero en aquel caso eran nuevas aventuras con mismos personajes, aquí cada relato presenta nuevos personajes y establece nuevas reglas para cada uno. Por eso la sentí más vinculada a ‘Cuentos Asombrosos’, la serie producida por Steven Spielberg, a ‘Alfred Hitchcock presenta’, ‘la Dimensión Desconocida’, en la película hay una impronta asociada a ese tipo de series. Hay en la forma algo que remite a esos episodios breves que se emitían cada noche o semanalmente. También lo veo cercano a libros de cuentos o recopilaciones de relatos cortos de Salinger, Poe, Truman Capote, Casares…
- En la película hay planos mucho más elaborados que en tus filmes pasados, ¿es el film más cinematográfico que has hecho hasta este momento?

- Sí, siento que es así, que por haber hecho tanta televisión al principio adquirí ciertas herramientas hechas para el ritmo televisivo. Tenía que tomar decisiones rápidas, para rodar cosas inmediatamente en un set que conocía desde cinco minutos antes, con un actor que me acababan de presentar, sin ensayos ni nada por el estilo… Estaba muy acostumbrado a dirigir mientras escribía lo de la semana que viene y montaba lo de la anterior. Era capaz de hacerlo y me gustaban los resultados alcanzados, pero según entras en el proceso fílmico, esta herramienta se convertía en un defecto. Como director de cine, comencé a planificar mucho más cada escena, cada plano. Cada imagen tiene que tener un valor individual por separado al film que pertenece. Por eso frené mi actividad laboral, que era muy vertiginosa, y me dediqué a escribir una buena cantidad de años. Al filmar también quería estar centrado en una sola cosa y no hacer mil al mismo tiempo. A veces como director y guionista es difícil separar las dos esferas, pero lo hice. Trabajé muchísimo en la preparación, dormí en las localizaciones, las transité como si fuera un personaje, hay una inmersión que creo que se percibe en el film. Creo que es una de las claves de su éxito.
Mi gratitud a Damián y el equipo de ‘Relatos salvajes’, a Marion y a l@s líderes que comparten con sus equipos y que no están aislad@s en la cima.