Viernes lluvioso en Madrid, con un tráfico
especialmente denso por el extra de quienes utilizan el coche como paraguas y
quienes aprovechan el último día de la semana laboral para salir de la oficina
a la hora de comer.
Esta mañana he tenido la última sesión de
Coaching Estratégico con la Directora Comercial de una empresa muy importante.
Se trata de una directiva intuitiva, audaz e impulsiva, que ha mejorado en
estos meses en Serenidad (algo que ahora lleva muy presente) y en perspectiva,
entre otras. Ella misma reconoce que se acerca a la mejor versión de sí misma y
por eso, tras un breve paréntesis, vamos a seguir con el Coaching a principios
del 2015.
Se da la circunstancia de que con la
Directora General con la que he terminado el proceso de acompañamiento el
martes pasado ocurre lo mismo: que desea continuar con el Coaching Estratégico,
lo que me invita a un par de reflexiones. La primera es que el Liderazgo
Femenino es más práctico y está ahondando en las posibilidades del Coaching, lo
que es una magnífica noticia. La segunda es la responsabilidad del coach en no
caer en “coach-dependencia”, en el llamado técnicamente “síndrome de Svengali”.
Svengali es un personaje de ficción de la novela de George du Maurier, ‘Trilby’
(1895), que fue muy popular a principios del siglo XX. Svengali era un judío de
la Europa del Este que seduce, orienta y explota a la joven británica Trilby,
hasta convertirla en una gran cantante. El término ha quedado en inglés como
sinónimo de persona manipuladora y maquiavélica. ‘Trilby’ fue llevada al teatro
en Londres por Herbert Beerbohm Tree y en Estados Unidos por Wilton Lackaye. Se
han producido versiones cinematográficas en 1927 (cine mudo alemán, por Paul
Wegener), 1931 (por el gran actor John Barrymore), 1954 (ya en Techicolor, con
John Wolfit), 1983 (para la televisión, con Peter O’ Toole y Jodie Foster) y
2012 (por Derren Brown).
Ya sabes que el Liderazgo es en más de un 90%
pura Inteligencia Emocional, la capacidad que tenemos de gestionar nuestras
emociones y la relación con las emociones de l@s demás. La Inteligencia
Emocional (y la Inteligencia ejecutiva, como diría el maestro Marina, la
capacidad de poner en valor lo que sabemos, queremos y podemos) se debe
cultivar, desde la semilla del deseo. Por eso el Coaching es insustituible para
desarrollar el Liderazgo.
Ray Williams escribió en ‘Psychology Today’
el artículo ‘Por qué todos los CEOs necesitan un coach’: www.psychologytoday.com/blog/wired-success/201208/why-every-ceo-needs-coach.
El trabajo de un/a Consejer@ Delegad@ es más estresante que nunca. “Nadie
necesita más que él/ella escuchar la verdad, y la obtiene menos de sus emplead@s;
nadie está más en el foco de las críticas cuando las cosas van mal; nadie más
es el/la decisor/a en las decisiones difíciles; y por último, nadie más recibe
el estatus y reconocimiento de celebridad y de casi-héroe”, escribe Williams.
Por eso, el 30% de l@s CEOs dura menos de 3
años (hace 20 años, duraban en el cargo, de media, 9’5 años; hoy, 7’6 años). El
40% de l@s nuev@s CEOs fracasan en los primeros 18 meses (investigación
publicada en la Harvard Business Review). Su fracaso no tiene mucho que ver con
la competencia, la experiencia o los conocimientos técnicos, sino con el ego,
la soberbia y un estilo de dirección trasnochado. El 82% de l@s nuev@s CEOs que
fracasan, lo hacen por una mala relación profesional/personal con sus
colaboradores y sus pares. Sydney Finkelstein, autor de ‘Por qué los ejecutivos
fracasan’, analizó durante 6 años multitud de casos para concluir que el
denominador común es un ego desmedido. David Dolich y Peter C. Cairo, en su ‘Los
11 comportamientos que pueden descarrilar tu camino a la cumbre y cómo
gestionarlos’, nos hablan de soberbia, ego y falta de inteligencia emocional (“creer
que no necesitan ayuda de nadie, que lo saben todo”).
La diferencia entre el éxito y fracaso de la
Dirección, como demostraron Kelly See, Elizabeth Wolfe Morrison y Naomi Rothman
en un estudio publicado en ‘Organizational Behavior and Human Decision’, está
en la Autoconfianza, pilar de la Inteligencia Emocional. El problema es cuando
l@s lideres no desean ayuda ni feedback (paradójicamente, eso es falta de
seguridad en un@ mism@). El estrés suele producir ansiedad, miedo y debilidad
física.
La crisis del Liderazgo es la disonancia
entre cómo l@s líderes se ven a sí mism@s y cómo les ven los demás. Cuanto mayor
sea la distancia, mayor es la resistencia al cambio. Por eso la
auto-consciencia (self-awareness) es esencial… y el Coaching ayuda mucho.
Sí, l@s grandes líderes son apasionad@s,
comprometid@s, hosnest@s, fiables. Y eso hay que construirlo día a día frente a
las presiones diarias. Un estudio de
Right Management de 2004 constataba que el 86% de las empresas utilizaba el
Coaching en sus programas de desarrollo del Liderazgo (diez años después, en
España el dato está en el 40%).
Eric Schmidt, CEO de Google, ha dicho que el
mejor consejo que puede dar a sus colegas es que cuenten con un coach. Como
Barack Obama, como los deportistas de élite.
Jonathan Schwartz, que fuera CEO de Sun Microsystems, está en la misma
línea. Steve Bennet, ex CEO de Intuit, ha declarado: “Al final, los que logran
mejores resultados, que siguen aprendiendo y mejorando, necesitan coaching”.
Mi gratitud a quienes, como tú y como las dos
líderes de esta semana, lo tenéis claro.