Ya en Madrid, tras el periplo de Bogotá y el
premio Líder de Excelencia, que tanto me enorgullece haber recibido. Creo
firmemente que Colombia es uno de los países del mundo con mejor presente y un
futuro más prometedor. La educación, cordialidad y calidez de sus gentes, su
foco en la educación, el progreso y la paz, la convicción de que la Marca
Colombia es fruto de la labor de l@s propi@s colombian@s (el proyecto “Soy
Capaz”, al que se han adherido numerosas organizaciones, es claro ejemplo de
ello)… Maravillosas evidencias de un gran país que, como dice el lema de su
Cámara de Comercio, “convierte sueños en empresas”.
Ya sabes que cuando cruzo el Atlántico de
oeste a este (de Europa a América) no duermo en absoluto y cuando, como anoche,
es al revés, ceno en el aeropuerto y trato de dormir todo lo posible en el
avión. Así minimizo en ambos casos (con la hora de destino), los efectos del
jet lag, porque hoy me esperaban un montón de cosas que hacer en Madrid. El
Human Age Institute, como habrás visto en los medios, se lanza el próximo
jueves 25 y la tarea es muy importante.
Estuve leyendo antes de tomar el avión de
Iberia Panamá-Madrid un artículo titulado “Toxic Talent Management Habits”
(Hábitos tóxicos en la Gestión del Talento) de Tomás Chamorro-Premuzic,
profesor del University College de Londres, publicado por Harvard Business
Review y distribuido por The New York Times. Se trata de hábitos dañinos que
afectan la eficiencia y productividad de una organización.
Los hábitos tóxicos son:
1. Las fantasías sobre la Cultura
Corporativa. En general, una cosa (sobre la Cultura, “el modo en que se hacen
las cosas”) es lo que piensa la Alta Dirección y otra lo que piensan los
empleados de a pie. “Vistas desde la base, las organizaciones no parecen tan
grandiosas”. Transformar una Cultura Corporativa (acercar la actual a la
idónea, más allá de la deseada) es una labor que requiere de escuchar muy bien
a todos los profesionales de la organización y actuar en consecuencia.
2. Confundir el compromiso del empleado con
su felicidad. “Aunque el compromiso del empleado merece toda la atención del
mundo, este concepto ha sido mancillado por la industria de la autoayuda”.
Efectivamente, hay profesionales comprometidos infelices y profesionales
felices poco comprometidos. Y ambas cosas son muy importantes. El Compromiso es
energía (física, mental, emocional y espiritual) y se obtiene mediante
proyecto, autonomía y responsabilidad, aprendizaje (maestría), los grandes motivadores
internos. Además, hemos de pasar de jefes a gefes (generadores de felicidad), a
través de las 12 actividades deliberadas (Lyubomirsky). Y no confundir
sentirnos felices con estar comprometidos (implicados, “enganchados”).
3. Ignorar el efecto dañino de la “política”
en la empresa. Todas las compañías son organizaciones políticas y por ello en
muchas ocasiones los intereses a las que sirven no son los más nobles.
4. Malinterpretar el Liderazgo. “Existe una
gran diferencia entre lo que las organizaciones dicen respecto al Liderazgo y
lo que deberían hacer”. “Los líderes carismáticos suelen ser tan narcisistas
que anteponen sus intereses por encima de los de sus equipos y de la
organización”. Hoy en día, el Liderazgo (inspirador, integrador, intuitivo e
imaginativo, según nos ha enseñado Silvia Damiano) debe ser Liderazgo de
servicio, no maquiavélico (Frank Underwood, el personaje que interpreta Kevin
Spacey en la serie ‘House of Cards’, me parece emblemático en ese sentido).
5. Confiar en la Intuición en lugar de en la
información. Para el autor del artículo, éste es el más perjudicial. “¿Cómo
puede uno gestionar adecuadamente el talento sin saber qué talento tienen
realmente sus empleados?”. La ignorancia es muy atrevida, y todos (en especial
los directivos) creen saber quién tiene o no talento. “Permitir que la
(supuesta) intuición prolifere sin medición ni chequeo provoca que los
prejuicios de todo tipo florezcan en tanto que el verdadero talento se
menoscaba”.
Disonancias culturales, confundir compromiso
con “happiness”, ignorar el efecto dañino de la política en la empresa, malinterpretar
el liderazgo y seleccionar (y fidelizar/desarrollar) poco rigurosamente el
talento. Cinco hábitos tóxicos, muy dañinos.
Mi gratitud a Tomás Chamorro-Premuzic, que es
además VP de investigación e innovación de nuestros socios de Hogan Assessment
Systems y autor del libro ‘Confidence: Overcoming low self-esteem, insecurity
and self-doubt’ (Confianza: Cómo supera la baja autoestima, la inseguridad y
las dudas). Una aportación muy valiosa desde el pragmatismo.