Jornada de paseo por La Coruña, la ciudad en
la que nadie es forastero. Visita al estadio de Riazor, Plaza de María Pita,
jardines de Méndez Núñez, Torre de Hércules, etc. Comida en Tiro de Playa con
mis buenos amigos Mar y Enrique (unas vistas increíbles a la playa de Riazor en
uno de los mejores días de agosto, un besugo para tres espectacular, un diálogo
muy gratificante) y partido a las 5 de semifinales entre el Orzán y el AR10 en
los campos de la Torre. Ha ganado el equipo de mi hija Zoe por 0-3.
Me ha dado para reflexionar la actitud de la
portera del equipo rival durante la segunda parte. Todo indicaba por su postura
corporal que esta jugadora (una niña de 13 años) había salido al campo sin la
seguridad en sí misma de su predecesora en el partido. En una cesión cogió la
pelota (a la pobre nadie le dijo que no lo hiciera) y se convirtió en una
jugada peligrosa, que finalmente no fue gol. En el córner siguiente, un
lanzamiento alto al que no pudo llegar y se lo tomó como un error personal. En
otra jugada, rechazó el balón y una jugadora del AR10 estuvo atenta para
marcar. Y casi al final, disparo desde lejos que tocó pero no desvió. La chica
salió del campo entre lágrimas.
Ya sabes que la diferencia entre un error y
un fracaso es que del error aprendes (y, como fuente de aprendizaje, lo
corriges) y el fracaso te hunde, en una espiral negativa, un círculo vicioso.
Me gusta el concepto de Autoeficacia. La
creencia (es un modelo mental) de que eres capaz de lograr algo como paso previo
para hacerlo). En Liderazgo, Warren Bennis lo llamó “factor Wallenda”: si crees
que te caes, te caes. El entrenador Unai Emery, vigente campeón de Europa
League con el Sevilla, lo llama “mentalidad ganadora”. Primero ganar en la
mente para después ganar en el campo.
Albert Bandura colocó la Autoeficacia en el
centro de su Teoría Cognitivo Social. Mi buen amigo Santiago Vázquez, en su
estupendo libro ‘La Felicidad en el trabajo… y en la vida”, que tuve el honor
de prologar, coloca la Autoeficacia en el “yo conmigo”, tras el
autoconocimiento. “Cada un@ es responsable de su propia felicidad”. ¡Qué gran
verdad, querido Santi!
Después del partido, he tenido tiempo para ir
a ver en los cines del CC Cantones, ‘El Niño’ de Daniel Monzón. Una estupenda
película sobre las redes de narco tráfico en el Estrecho de Gibraltar. La
solvencia de actores como Luis Tosar, Eduard Fernández, Sergi López y Annie
Lennie, la pareja romántica de Jesús Castro y Miriam Bachir, la aportación de
Jesús Carroza (“el compi”) y Moussa Maaskri (Rachid), el guión firmado por
Monzón y Jorge Guerricaechevarría tiene un ritmo trepidante y nos hace pasar un
rato muy entretenido.
Al protagonista le llaman “El Niño” porque se
divierte jugando. Tiene una seguridad en sí mismo (con la moto de agua por el
Estrecho, en las situaciones difíciles, defendiendo a su compi) que le hacen
atractivo. Es un peón en esta partida de ajedrez en el que se mueve mucho
dinero; sin embargo, sabe lo que quiere y cómo lograrlo. Autoeficacia.
‘El Niño’ será un éxito comercial por su
calidad, su distribución (Mediaset) y su concepto (una peli de polis a la
española). Estoy convencido de ello.
Mi gratitud a Ana, Manuel, el equipo técnico y los padres de las
jugadoras que han venido a La Coruña y a los anfitriones, el Orzán de fútbol
femenino, que nos están haciendo pasar un fin de semana delicioso.