El instinto animal en el Liderazgo


Esta mañana de sábado, primera de agosto, hemos ido a Faunia con mi hija Zoe, mi sobrina y mi padre. Este Parque Temático de la Naturaleza abrió sus puertas en julio de 2001 con el nombre de “Parque Biológico de Madrid”. Al año siguiente, en primavera, fue rebautizado como “Faunia” (el nombre se lo puso Fernando Bertrán, responsable de marcas como “Amena”, “Opencor” o “La Casa Encendida”). En julio de 2009, se integró en Parques Reunidos. Más que un zoo, Faunia es un espacio natural con cuatro ecosistemas y 13 áreas temáticas. 14 hectáreas (La Granja, el Ecosistema polar, el bosque templado, la noche, veneno, zona australiana, la jungla). 4.000 animales de más de 500 especies, 15.000 ejemplares vegetales de más de 1.000 especies. Como novedad de este año, los dragones de Komodo. Lo mejor de la mañana, la calidad de servicio de Susana, la responsable de la entrada. Ha abierto la tienda a las 2 pm para que Zoe y Adriana pudieran comprar los peluches que querían y ha mantenido un trato exquisito.
He estado leyendo ‘Yo, mono’, de mi buen amigo Pablo Herreros Ubalde. Pablo es sociólogo y antropólogo, dirige la sección ‘Yo, Mono’ de El Mundo y colabora con ‘Redes’, de Eduardo Punset, que es el prologuista. Dedica su libro a su madre, Pilar, y a su padre, Carlos (mi gran amigo Carlos Herreros de las Cuevas, presidente de honor de AECOP, como un servidor), además de a sus cuatro perros.
Me ha interesado mucho que los humanos nos parecemos al resto de los primates en nueve apartados (al fin y al cabo, como escribe Pablo,  el origen de la vida fue hace 4.500 M de años, y nos separamos de chimpacés y bonobos hace “apenas” 5 M de años; compartimos el 98% del ADN con ellos):
- La política, que es más antigua que la propia humanidad. “Los primates juegan a los mismos juegos de poder que los humanos”. Los chimpancés y bonobos viven en sociedades complejas y realizan maniobras políticas. “La actividad política parece ser una parte de la herencia evolutiva que compartimos con nuestros parientes más cercanos” (Frans de Waal).  Los primates exhibimos nuestro poder mediante rituales. “Los abrazos son un símbolo poderoso para todos los primates”. El autor recuerda que se metió en la zona de los papiones de Guinea en Cabárceno (Cantabria) durante sus primeras prácticas (quería conocer su jerarquía). Tan pronto se abrazaron, fueron a por él. Suerte que estaba cerca de la puerta. Son el símbolo de objetivos comunes. “Si los chimpancés tuvieran armas de fuego y supieran cómo utilizarlas, les darían el mismo uso mortal que los humanos” (Jane Goodall). Los chimpancés tienen fronteras y hacen prisioneros.
- Inteligencia social. Pablo nos habla del “bonobo” Obama y el “chimpancé” Romney, durante las elecciones presidenciales de EE UU. “La democracia nació en la selva”.
- Corrupción y engaño. “Los chimpancés realizan maniobras de distracción para robar comida o elementos a sus compañeros”. Las tácticas están en todas las interacciones sociales. “En los primates humanos y no humanos existe una fuerte lucha interior entre los impulsos que tienden a la formación de jerarquías estrictas y de un liderazgo autoritario, por un lado, y las fuerzas que nos conducen a la igualdad y a la democracia, por el otro”.
- Altruismo y cooperación. “Todo comenzó como una historia de amor” (Eduard Punset). La cooperación es un fenómeno universal. “Las huellas de los que caminan juntos nunca se borran”. Somos la herencia de seres supercooperadores. “Los individuos con un sentido de la justicia más desarrollado tienen más posibilidades de éxito en las interacciones de cooperación con otros porque buscarán compañeros que sean más justos en el reparto de las recompensas” (Ernst Fehr). Somos altruistas de nacimiento.
- Conflictos. “Sin conflicto no hay grupo” (más bien, no hay equipo, me permito añadir). Las reacciones que mostramos en los ascensores son la respuesta a la amenaza de agresión (Darío Mastropieri). Se ha detectado mediación en 13 especies de primates diferentes. “El orgullo representa un obstáculo para los humanos porque retrasa en exceso las reconciliaciones”.
- El juego. En el 80% de los mamíferos se ha detectado actividad lúdica. Jugando aprendemos de forma segura, nos controlamos y nos integramos socialmente. Somos tribus en los estadios y primates en las gradas. Tanto los niños de 4 meses (Jerome Kagan y Marcel Zetner, Harvard) como los chimpancés (Tasuku Sugimoto) distinguen los sonidos consonantes de los disonantes (ruido).
- Capacidad ejecutiva. Hay machos alfa en Wall Street (Carlos Herreros ha demostrado que en muchas ocasiones, el jefe ya ha tomado la decisión antes de la reunión con su equipo, y Wharton que el 44% de las reuniones son inútiles). Liderazgo situacional: entre los chimpancés hay buenos y malos líderes (Jane Goodall). “El verdadero liderazgo debe ser capaz de desentrañar metas “generosas”, es decir, metas que trascienden el ego” (Belén Varela). Hay “asimetría entre lo positivo y lo negativo” (Guido Peeters) e innovación en los primates (Goodall). Sí, la capacidad de innovar correlaciona con el tamaño del neocórtex (Louis Lefebvre, Universidad de Montréal).
- Sexo, drogas y rock & roll. Los humanos tenemos unos 300 pensamientos relacionados con el sexo al día (Universidad de Ohio). Todos los primates se masturban (tanto machos como hembras)… y tienen orgasmos (William Lemmon). En todos los primates, las hembras eligen (“han de invertir sus recursos para sacar adelante a su descendencia”). Los primates se automedican, y les encanta el alcohol (Pablo pone el ejemplo del “Anís del Mono”).
- Inteligencia emocional. Pablo nos recuerda que Darwin escribió ‘La expresión de las emociones en los animales y en el hombre’ hace más de 150 años, por lo que es “el abuelo de la IE”. Entre los mamíferos hay empatía (neuronas espejo, Rizzolatti); entre los primates, conocimiento de uno mismo (Gordon Gallup) e interés por los demás. Los chimpancés muestran interacciones prolongadas con los compañeros que han muerto (les abandonan cuando empiezan a descomponerse).
Como los monos, podemos ser generosos, podemos ser agresivos. Como conclusión, Pablo Herreros cita a su gran maestro De Waal: “Se puede sacar al mono de la selva, pero a no a la selva del mono”.
Hablando de Frans de Waal, tengo pendiente su último libro, ‘El bonobo y los diez mandamientos’. Su tesis es que en las manadas de mamíferos (primates, delfines, elefantes) hay comportamientos de empatía y colaboración, por el valor del grupo en su supervivencia. “El origen de la ética no es Dios, sino los simios”. De Waal opina que las religiones surgieron como una manera de implantar un comportamiento ético a una masa no relacionada íntimamente.
Mi gratitud a Frans, Pablo y a nuestros comunes amigos (Roberto, Belén, Javier).