Jueves entre Barcelona (reunión en la
sede de ManpowerGroup con Montse Moliner, Directora de Comunicación y
Responsabilidad Corporativa), Madrid y el País Vasco (Comité de Dirección de M
Torres en Zarauz). Y en el AVE, seguimiento de procesos de Coaching Estratégico.
Hace unos días, mi buen amigo
Antonio, al que hacía bastante tiempo que no veía y le noté en plena forma, me
regaló el best-seller “The art of thinking clearly” (El Arte de Pensar con
Claridad), de Rolf Dobelli. Un texto muy interesante sobre un centenar de
errores cognitivos (como dice el autor, no pretende incluirlos todos, porque
hay muchos más) que influyen de forma importante en la toma de decisiones. Voy
a dividirlos en cuatro entradas en el blog. Los primeros sesgos son:
- El sesgo de supervivencia: las
personas sistemáticamente sobreestimamos nuestras probabilidades de éxito (y
sin embargo, por ada autor/a hay centenares que no logran publicar sus libros,
por ejemplo). Moraleja: conviene visitar los cementerios.
- La ilusión del cuerpo del nadador:
tienen esos cuerpos no porque entrenan mucho, sino que son buenos nadadores por
su físico. Harvard es Harvard porque recluta a los mejores y no al revés.
- La ilusión del clustering
(reconocimiento de pautas en hechos aleatorios, como ver formas en las nubes).
Cuidado con pasarnos de susceptibles (en el fondo, es superstición).
- La prueba social o el instinto de
la manada. “Una estupidez es una estupidez, aunque la repitan 50 M de personas”
(W. Somerset Maugham). Ser el más popular no te hace mejor.
- La falacia de los costes incurridos
(sea la guerra de Vietnam o una relación prolongada). No abandonar por lo ya
invertido es un error.
- La reciprocidad: no aceptes bebidas
gratis. La venganza es el lado oscuro (el que la hace, la paga).
- El sesgo de confirmación: para
convertir la excepción en regla (un caso aislado lo tomamos como habitual).
- El sesgo de autoridad: Stanley
Milgram, 1961. La autoridad influye en la decisión.
- La falacia VEAM (Voy a Empeorar
antes de Mejorar).
- El sesgo del relato: incluso las
historias reales se cuentan como “cuentos de hadas” (omitimos las
dificultades).
- El sesgo del recuerdo (con el
tiempo, lo reelaboramos). Por eso deberíamos llevar un diario.
- El efecto de exceso de confianza.
Sistemáticamente sobreestimamos nuestros conocimientos y capacidades.
- El conocimiento del chófer de
Einstein (Dobelli lo cuenta respecto a Max Planck tras recibir el Nobel de
Física en 1918). No confundamos la fama del ponente con el contenido de su
exposición.
- La ilusión de control: la tendencia
de creer que podemos influir en sucesos que escapan de nuestro poder. Es una
continua lección de humildad.
- La tendencia al incentivo por la
super-respuesta (Charlie Munger). Las personas respondemos a incentivos por lo
que es más adecuado a nuestros intereses.
- El engaño de la regresión a la
media: los extremos se equilibran.
- El sesgo del resultado: no juzgues
nunca una decisión por sus consecuencias. Hay factores externos que pueden
resultar decisivos.
- La paradoja de la elección (Barry
Schwartz): cuando hay demasiadas opciones, nos cansamos.
- El sesgo de atracción: cuanto más
nos gusta alguien, más le ayudamos.
- El efecto posesión (consideramos
las cosas más valiosas cuando son nuestras).
- La pura coincidencia: hay cosas que
inevitablemente suceden.
- El “pensamiento de grupo”
(Groupthink), de Irving Janis: es la calamidad de la conformidad; decisiones
asnales tomadas por un conjunto de personas con talento.
Hemos de tenerlo muy en cuenta para
no caer en la trampa (o caer lo mínimo posible). Gracias, Antonio, por el
libro, y a ti, Montse, por tu tiempo y talento.