MANAGEMENT PURO Y DURO. El malabar


He estado leyendo el libro MANAGEMENT PURO Y DURO. El malabar, de Antonio Alemán. Antonio, licenciado en matemáticas, es uno de los mejores líderes-coaches que conozco. Ha trabajado para multinacionales tecnológicas como Hewlett-Packard, Lucent o Vodafone. Comenzó de vendedor, estuvo en comercial, marketing y finanzas y ocupó los puestos de CEO de Lucent Techonologies y Director General de Vodafone. Te agradezco mucho, Antonio, este libro en el que generosamente compartes tu experiencia y sabiduría.
Con prólogo de Vicente del Bosque, en el que nos habla del arte de dirigir (ser tolerante sin perder autoridad), MANAGEMENT PURO Y DURO trata de situaciones reales (nada de clases teóricas) y de personas con confianza y fortaleza (no superhombres). Se basa en la exigencia, la superación y el rigor (en eso el Management es “duro”), en prever unos objetivos y alcanzar los resultados deseados. La trama, como dice el autor, es: “El trabajo bien hecho es el camino hacia los resultados, y para ello se requiere el mejor equipo profesional posible. Este equipo será el fruto de un mánager que fije una estrategia y una dinámica de funcionamiento desde la autoconfianza y el espíritu ganador. Persiguiendo rodearse de talento, ejecutando con exigencia y buscando la contribución individual y dejando espacio para que su equipo crezca en responsabilidad ayudado por planes de desarrollo individuales. El mánager ganará credibilidad mediante la coherencia y su línea previsibles de actuación.” Puro y simple.
Antonio Alemán distingue entre mánagers de negocio (que dirige mánagers) y mánagers de gestión (que pone su esfuerzo en la ejecución). Todo negocio, pequeño o grande, debe tener un mánager de negocio, con un plan de negocio (que a su vez parte de un modelo, de un proyecto) y decisiones de negocio. “El emprendimiento es cosa de valientes y requiere de un análisis antes de iniciarlo”, aclara Antonio Alemán.
El equipo profesional. “Un buen mánager debe asumir que el valor de su equipo es el valor de sus componentes”. Se trata de contar con una hoja de ruta para llegar al equipo deseado, de seleccionar talento, de la promoción interna (Alemán siempre ha sido un gran partidario de la promoción como política motivadora), de la exigencia y de dejar espacio para que cada uno desarrolle su responsabilidad. Comunicación fluida, planes de desarrollo individuales como base para el crecimiento profesional.
“El mánager tiene que llegar a ser un experto en la valoración de gente, y para ello debe tener una estructura clara de análisis de las habilidades”, escribe Antonio. Las cuatro fuerzas de el malabar son sentido de negocio, el mejor equipo profesional, ejecución y coherencia.
El autor no es partidario de lo que llama “coaches de alquiler”. Sin embargo, escribe: “He tenido una única experiencia como coachee, que aunque tuvo lugar en un momento muy cercano al final de mi etapa ejecutiva, tengo que decir que fue tremendamente satisfactoria. Esto es debido a que me permitió conocer y charlar con un excelente coach que hacía que nuestras conversaciones fuesen muy interesantes”. Antonio Alemán considera el coaching una herramienta fundamental para el desarrollo personal, y cree que desde ser proporcionado por el propio mánager y on the job. Lo que algunos llamamos el líder-coach.
El trabajo bien hecho. Se trata de poner a trabajar a la estrategia, generar confianza, cumplir objetivos (una obligación inexcusable), los planes de incentivos y su correcta administración y lo que Antonio llama “esfuerzing”.
Antonio Alemán no es nada partidario del ranking de vendedores, con toda razón. Nos habla de “la cofradía del santo reproche” y de la inutilidad del “inglés sin esfuerzo”.
Y finalmente estructura “las edades del management” en términos de preparación (background), técnicas de management, people management y experiencia. Los profesionales primero son mánagers potenciales, nuevos mánagers, mánagers en evolución ascendente, mánagers en plenitud, mánagers maduros y mánagers caducados.
MANAGEMENT PURO Y DURO de Antonio Alemán es un libro importante, fruto de la experiencia del autor como mánager. Me ha gustado mucho leerlo y creo que los directivos profesionales deben tomar nota de esos ejercicios de “malabarismo” (con varias pelotas en el aire a la vez) para ser coherentes y lograr los objetivos sin excusas posibles.