En la mente de Rafa Nadal. El poder de los entrenadores en el estado de ánimo


Este fin de semana he visto dos películas en el cine. Ayer por la tarde, La ladrona de libros, basada en el libro del mismo nombre escrito por el australiano Markus Zusak. Una historia ambientada en la Alemania de la II Guerra Mundial. Un matrimonio (Goffrey Rush y Emily Watson) cuida de una joven y esconde a un chico judío, Max. Buenas interpretaciones, exquisitamente ambientada (poco creíble que el trío protagonista sean germanos) pero sin generar la emoción que pretende transmitir. Una lástima.
Y esta mañana hemos ido a ver La gran revancha, con Silvester Stallone, Robert de Niro, Allan Arkin y una bellísima (a sus 61 años) Kim Basinger. 30 años después, dos boxeadores que han sido campeones del mundo se retan. Una especie de “Rocky Balboa” contra “Toro Salvaje”, realizada con enorme dignidad. Entretenida, simpática y con valores. una película que merece la pena para pasar un rato más que agradable.

He estado leyendo en El País Semanal, “Rafa Nadal. En la mente del campeón”, de Juan José Mateo. Pensaba que lo había escrito mi amigo John Carlin (que escribe como los ángeles y ha hecho un libro codo a codo con el propio Rafa Nadal), pero bueno.
Juan José Mateo considera a Rafa “el competidor definitivo”. Campeón de 13 títulos del Grand Slam, ha vuelto a lo más alto tras su grave lesión. “En mi cabeza hay dudas siempre, ese es mi sentimiento. No soy una persona segura de sí misma en ninguna cosa de la vida. Me cuesta mucho tomar decisiones… pero cuando juego, en los momentos importantes, tengo la determinación de hacer algo”. E insiste: “Mi cabeza, en los momentos de presión, me ha respondido bien la mayoría de las veces. Hablemos claro. Mi cabeza me ha permitido jugar de la manera que yo creía que tenía que jugar.”
Determinación,  y también autocontrol. “Así evitas perder puntos, juegos… y moral. Cuando pierdes los nervios, el otro te ve mucho más débil. Con el autocontrol dejas de regalar partidos”.
“Tanto el tenis como en el póker requieren de una estrategia. Uno puede tener un estilo de juego determinado, pero tienes que estar preparado para cambiarlo, porque los dos son juegos vivos que evolucionan sobre la marcha, es necesario reevaluar constantemente la situación, y la capacidad de adaptarse al rival es quizás una de las claves del éxito de ambos”.
La historia de Rafael Nadal no se entiende sin su tío Toni, “un mago que podía convocar a la lluvia si se acercaba la derrota, interrumpiendo así el partido para que ésta no llegara”. Le propuso jugar como zurdo a pesar de ser diestro, le enseñó los fundamentos y cómo transformarlos. “La voluntad se educa”, explica su coach. “Por una parte está el carácter de Rafael, que es dado a la obediencia, la disciplina y el dejarse guiar”. Humildad para escuchar y aprender.
“La capacidad mental de Rafa me sorprendió desde un principio, tiene una memoria magistral” (Alfonso Cardalda). Rafa es un maestro en lo que Kobasa, Maddi y su equipo de la universidad de Chicago llamaron “Dureza mental”: rendir en situaciones de estrés. Para el psicólogo deportivo  José Mª Buceta cuenta con tres componentes: compromiso, reto y control. “Se compromete con el objetivo de volver a ser el mejor. asume su regreso tras la lesión como un reto. Se centra en su fortalezas para percibir control”.
Cada vez me impacta más la labor de los entrenadores, en el deporte, la empresa y la vida. Ha aparecido un nuevo término, “cholismo” (la filosofía del Cholo Simeone como entrenador del Atlético de Madrid). Ayer demostró su eficacia con el empate ante el FC Barcelona (entrenado por otro argentino, el Tata Martino). Un tercer coach compatriota suyo, Pizzi, ha comenzado a entrenar al Valencia CF, con un meritorio empate frente al Atleti en la ida de la eliminatoria copera. Entrenadores que generan un estado de ánimo especial, una “mentalidad ganadora”, como diría –y practica- Unai Emery.
En La gran revancha, Stallone y De Niro lo primero que hacen para preparar su combate es buscar un entrenador, que se encarga de su preparación física, de sus motivaciones, de su fortaleza mental, de vivir de acuerdo con sus valores. No queda otra.

Ya sabes, un profesional sin coach es como un deportista de élite autodidacta. El coste de oportunidad es enorme.  

Mi gratitud a l@s buen@s coaches, que consiguen que sus pupil@s puedan dar la mejor versión de sí mism@s.
Se inicia una semana apasionante. Trataremos de dar el nivel.