En Aliter, la
Escuela de Negocios especializada que tan sabiamente dirige Martín Hernández,
he tenido la fortuna de impartir una clase sobre Coaching en el Programa de
Mujer y Liderazgo (el más longevo de nuestro país sobre esta temática). Decenas
de mujeres profesionales y ejecutivas de las más distintas organizaciones,
interesadas y ocupadas en mejorar su propio Liderazgo. Un placer y un
privilegio que les agradezco mucho haber compartido aprendizaje con ellas.
Me sigue sorprendiendo
que, a pesar de que oímos hablar de coaching por todos lados (programas
televisivos sobre niños rebeldes, adolescentes agresivos, cocineros poco
centrados, negocios ruinosos, cantantes en ciernes; artículos de entrenadores
deportivos, políticos, comerciales; libros de coaching de todo tipo), en
realidad se sepa poco del concepto. He compartido con las alumnas de Aliter que
se trata de un proceso de acompañamiento (un proyecto sería más preciso, puesto
que consta de principio y fin; suele durar unos seis meses, para que los
hábitos se afiancen), que el término es húngaro y procede de la localidad de
Kocz (entre Viena y Budapest, donde se creó un carruaje), que se atribuyó
inicialmente a profesores particulares (en la Inglaterra victoriana) y a entrenadores
deportivos (desde los años 50 del siglo XX), y que se diferencia el coaching
vital (life coaching, cercano a la psicología) del directivo (executive
coahcing). Un servidor se ha especializado, como sabes, en Coaching
Estratégico, de Desarrollo del Liderazgo.
¿Requiere la
mujer de un coaching distinto del que necesita el hombre cuando busca
desarrollar su liderazgo? El Liderazgo es un tipo de Talento: el talento para
influir decisivamente en otras personas. Desde su origen, significa marcar la
pauta, hacer equipo e infundir energía, y por tanto no entiende de distinciones
de género.
Sin embargo, el
liderazgo para salir adelante en estos tiempos VUCA (de Vulnerabilidad,
Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad), el liderazgo “patas arriba”
(“Leadership is upside down” es el título del esperado libro de Silvia Damiano,
que se publicará en febrero) requiere de cuatro “I”. Ha de ser inspirador,
integrador, imaginativo e intuitivo.
¿Sois las mujeres
más inspiradoras? Sí, en el sentido de protectoras. Tal vez no tanto desde la
autoconfianza (culturalmente, al talento femenino se le ha “enseñado” que no
podía alcanzar lo que deseaba). Hay una gran oportunidad en el liderazgo
femenino, en general y con excepciones muy notables, en desarrollar su
autoestima y autodignidad, los dos pilares de la seguridad en una misma.
¿Sois las mujeres
más integradoras? Sin duda, y de nuevo en líneas generales, el liderazgo
femenino es más integrador que el masculino. Posee más empatía, mayor
orientación a l@s demás, mejor comunicación y relación. La capacidad de
integrar en los equipos es una ventaja fémenina.
¿Sois las mujeres
más imaginativas? Sí, en la medida que os “dais permiso” para salir de la
rutina y conectar piezas hasta ahora no combinadas. Es, una vez más, una
cuestión cultural y se hace necesario para desarrollar el liderazgo femenino
salir de la zona de comodidad y atreverse a dar el paso.
¿Sois las mujeres
más intuitivas? La respuesta es positiva, claramente, por la diferencia entre
el cerebro femenino (que posee más conexiones de cuerpo calloso entre los dos
hemisferios cerebrales) y el masculino. La intuicion, como pensamiento no
consciente, es una ventaja de criterio (de análisis para la toma de decisiones)
que favorece a las féminas.
Tras la clase, he
tenido la oportunidad de conversar brevemente con la abogado Ana Rosell,
profesora del Curso Superior de Gestión Deportiva (RFEF-FIFA-CIES) que tanto
está haciendo por elevar el nivel del fútbol femenino. Su labor es muy
importante, porque cada vez hay más jugadoras de fútbol (entre ellas, mi hija
Zoe) que practican este deporte con una enorme ilusión y pasión. El fútbol
femenino es una tendencia del presente y futuro; como ejemplo, el nuevo
presidente del Deportivo de La Coruña, que en su programa lleva la creación de
un equipo de fútbol femenino que forme parte del club.
El coaching es un
proceso de gran ayuda para las líderes, para mejorar su convicción (creer en
sus posibilidades), para no darle demasiadas vueltas a las cosas (“lo pasado,
pasado está”), para aprovechar mejor su sentido del humor, para no caer en el “síndrome
de la superwoman” (quererlo hacer todo muy bien, con un nivel de exigencia
extenuante)…
Mi gratitud a las
buenas coaches y a las directivas que desarrollan su talento como líderes.