Radiografía del empresariado español


Semana intensa entre Galicia (Santiago y Pontevedra), Madrid, País Vasco (Bilbao y San Sebastián) y Zaragoza. Fin de semana de descanso antes de viajar a Andalucía, País Vasco, Cataluña y Galicia. Hoy Zoe ha tenido partido de fútbol con su equipo de juveniles, comida en casa de los abuelos paternos, Osasuna-Real Madrid en la tele y cine para niños (Free Birds. Vaya pavos) a una semana de la navidad.
He estado leyendo el libro Radiografía del empresariado español. ¿Emprendedores o apoltronados?  del periodista Miguel Ángel Noceda. Noceda ha trabajado en Mercado, Rapport Económico, Cinco Días, La Gaceta de los Negocios y El País (fue redactor-jefe de Economía 12 años). Fue presidente de la APIE (Asociación de Periodistas de Información Económica) y VP de la Asociación de la Prensa de Madrid.
El libro consta de tres partes. En la primera, Las organizaciones empresariales, Miguel Ángel Noceda nos habla de la CEOE. De “el gran patrón en prisión” (Gerardo Díaz-Ferrán, en su día presidente de la patronal, de cómo creó su imperio, de su ruptura con Zapatero y su caída en desgracia), la fundación de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales y sus cuatro presidentes. La CEOE es un mastodonte (así la define el autor) con más de 1’5 M de asociados, más de 5.000 asociaciones de base, 35.000 empleados y 130 directivos en la cúpula. “Rosell es consciente de que la organización patronal no monopoliza ya discurso alguno, sino que, en todo caso, compite con otros en el dominio de la inteligencia patronal” (Fabián Márquez, 30 años en la CEOE). La CEOE recibió en 2012 6’78 M € en cuotas y 7’66 M € en subvenciones, donaciones y legados. El actual presidente Rosell ha propuesto la reforma de la institución en cuatro frentes: modernización de la negociación colectiva, apuesta por la formación y el I+D+i (mejora del capital humano), reducción de la burocracia administrativa e internacionalización.
La segunda parte se llama La evolución de la empresa. Trata de las élites empresariales (“a lo largo de la historia económica, y no solo en España, el poder económico ha estado muy ligado al político, hasta el punto de que en ocasiones se han confundido”). Noceda nos habla del Círculo de Empresarios, del Instituto de Empresa Familiar (de las 1.000 mayores empresas españolas, 229 son empresas familiares), del Consejo Español de la Competitividad (nacido en febrero de 2011, con 18 compañías: Telefónica, Santander, BBVA, Caixabank, ACS, Acciona, Repsol, Iberdrola, Mapfre, Inditex, El Corte Inglés, Mercadona, Planeta y tres representantes del IEF: Barceló, Havas y Mango). La internacionalización (entre 2009 y 2012, crecimiento del 41%, superior a Alemania, Reino Unido o Francia). 137.000 empresas exportadoras, 36.890 de ellas por más de 50.000 €. “El tamaño es lo que importa” escribe el autor. En España, el 94’5% de las sociedades tienen menos de 10 empleados, el 4’6% entre 10 y 49 y más de 500 profesionales, solo el 0’05%. La polinesia (como la llama MAN) es una desventaja competitiva. “La estructura de costes que sufren las pymes ha frenado el aumento de las exportaciones. Una estructura parecida a la alemana habría permitido subir las exportaciones un 27% entre productos y servicios”. El grueso de la inversión directa en el extranjero se debe a las grandes empresas españolas, 10 de las cuales están en el Top 500 mundial. Las multinacionales españolas son una historia de éxito. El libro nos habla de Telefónica, Santander y BBVA, Caixabank, Sabadell, Repsol, Iberdrola, Gas Natural, ACS, OHL, FCC, Iberia, MAPFRE, Mutua Madrileña, Inditex, Puig, Viscofán, El Corte Inglés, Mercadona, CAF, MCC, Campofrío, Leche Pascual, Calvo, Freixenet, Codorniu, etc. también se refiere a la Marca España: “Lanzar una campaña de marketing cuando el producto está deteriorado no parece acertado porque nadie te va a comprar por mucho que digas que la Marca España es excelente” (García-Legaz, Secretario de Estado de Comercio). “Si no haces imagen, te la hacen; pero no puedes ir contra de los estereotipos, porque no es creíble, aunque sí puedes utilizarlos a favor dándoles la vuelta” (Emilio Lamo de Espinosa, presidente del Instituto Elcano).
La tercera y última parte es El desarrollo de la empresa. La necesidad de una política industrial (en España, la industria es el 16’9% del VAB, frente al 19’5% de la media europea y el 26’2% de Alemania). Los países con buena industria han resistido mejor la crisis. Necesitamos una “revolución industrial”.
Me ha parecido el tema más interesante del libro el de “la formación del empresario”. Se ha producido “un estancamiento en el grado de profesionalización de la función empresarial entre 1980 y 2005, medido a través de la relación entre directivos profesionales y empleadores. Esto explica el nulo crecimiento de la productividad de los empresarios (medido por el número medio de empleados bajo su dirección) y los tamaños relativamente pequeños de nuestras empresas” (Vicente Salas, Catedrático de Economía de la Universidad de Zaragoza).
Más capital humano en funciones directivas significa mayor tamaño de las empresas y más productividad. El también catedrático Emilio Ontiveros cita a William Baumol (NYU), experto en generación de productividad y eficiencia, en el sentido de que los países que más generan son los que consiguen que lo mejor de la sociedad asuma proyectos y emprenda.
Entre 1980 y 2011, según la EPA, el número de ocupados pasó de 11’895 M a 18’104 M de personas. Los empleadores, de 422.700 a 941.600 (del 3,55 al 5,20%). Los directivos, de 105.000 a 438.100 (un 2’42%) y los autónomos cayeron de 2’452 M a 1’879 M (20’5%). Respecto a las empresas familiares, el autor constata la excesiva dependencia de la herencia en la sucesión, la falta de confianza y escasa competencia en mercados de productos y la baja formación del empresariado (aunque contemos con Escuelas de Negocios excelentes). “El problema es la sucesión automática”, escribe Noceda. Y además, una compleja relación entre la universidad y la empresa y la escasa “financiación de la ambicion”, aunque se haya reducido la animadversión al empresariado.
Un libro muy práctico y útil para entender cómo son nuestras empresas y nuestra calidad directiva. Gracias, Miguel Ángel, por compartir con nosotr@s este análisis.
Ayer estuve leyendo la entrevista en El economista a mi admirado Javier González de Lara, presidente de la CEM (Confederación de Empresarios de Málaga) y candidato único a la CEA (Confederación de Empresarios de Andalucía). “Quiero cambiar el modelo y las personas en la patronal andaluza”. Abogado y empresario malagueño de mi misma edad (50 años recién cumplidos), ha declarado: “Busco una organización más dinámica, más activa y, sobre todo, más equilibrada territorialmente”. Javier González de Lara ha sido nuestro anfitrión en las presentaciones del Programa de Coaching de la Universidad de Málaga en 2012 y 2013. Apuesta por el talento, por el liderazgo, por la formación y por el coaching, no me cabe duda. Una gran noticia para Andalucía y para el conjunto de España su liderazgo de la CEA (compatibilizándolo con el de CEM) a partir del 23 de enero.