Maravilloso sábado, el penúltimo del
año, entre La Coruña y Santiago de Compostela, dos ciudades a las que adoro.
Tras la estupenda cena de navidad de anoche (gracias, Enrique, Mar y a todo el
equipazo de IDEO, Atelier y Agrotec), que algunos acabamos a las 2 de la
madrugada (los jóvenes, imagino que más tarde), desayuno tranquilo en el hotel
Meliá María Pita, enclavado en un lugar privilegiado de “la ciudad en la que
nadie es forastero” y lectura del último libro de Mikel Urmeneta frente a la
playa de Riazor (abrigadito, eso sí). Comida en casa de Mar y Enrique (con la
famosa tortilla de patatas, una de las mejores del mundo), tarde de fútbol
(Deportivo de A Coruña – Numancia a las 6 de la tarde, en el estadio de Riazor,
con Enrique y Felipe) y, ya en Santiago, cine. Mañana participo en un programa
de la TVG (televisión gallega) con motivo de la lotería de navidad. Mi agradecimiento
a Mar, Enrique y Felipe por el día de hoy, tan especial.
La creatividad supera la fricción. Una semana en el cerebro de Kukuxumusu, se titula el último libro de Mikel
Urmeneta, con ilustraciones de Txema Sanz, un extraordinario dibujante sin el
cual esta marca no se entendería (es el dibujante principal de las colecciones
de Kukuxumusu durante los últimos diez años). “Este libro es un regalo para los
que creen que la imaginación es la mejor herramienta para ser felices. Para los
que creen que el humor es imprescindible para enfrentarse al día a día. Para
los que utilizan la creatividad como estrategia de cambio. Para los que piensan
que se fracasa no por falta de recursos sino por falta de fantasía. Para los
que se empeñan en ser positivos. Para los que relativizan. Para los que se
guían por su subconsciente.”, reza en la contraportada. Una semana, 7 días, 168
horas, un dibujo (de Txema) por hora, un comentario (de Mikel) por dibujo. Para
hacernos sonreír, estimularnos y darnos ideas. ¿Qué más se puede pedir?.
Mikel nos cuenta que “todos somos
ovejas, todos fueron ovejas, desde Einstein hasta Marilyn” (aunque algunas
“ovejas” estemos como cabras, ¿verdad, Mikel?), que “la imaginación es algo que
hay que cultivar (como el talento) porque las ideas nunca vienen solas”, que
“la curiosidad y la necesidad generan ideas”; “lo desconocido tiembla cuando
está en manos de nuestra capacidad de imaginar”, “es importante tomarse el trabajo
con optimismo”, “la libertad es un pensamiento, una intención”, “¿no veis que
cuando queremos somos capaces de inventarnos mundos y escapar de nuestros
problemas, ser felices y darnos placer?” (sí, se refiere a eso), “el sexo en
cualquiera de sus variantes es lo que crea los dibujos animados de la vida”, “consumo, luego desaparezco”, “el consumo y el
hambre: dos armas gemelas”, “la cocina es parte esencial de nuestra evolución
como especie y lo sigue siendo”, “siendo un rebaño de ovejas, cualquier comportamiento
diferente a la mayoría del rebaño se ve como extraño, peligroso”, “como hormiga, me gusta la teoría de que
somos información, y no materia y energía”,
El miércoles de madrugada y hasta las
12 de la mañana se lo pasa el autor pensando en una campaña para una empresa de
huevos y pollos, hasta que encuentra el ¡eureka!: “las ideas tejen las mejores
alfombras”, entre el sueño y la realidad. Critica las “corbaratas”, los cajeros
automáticos (para Mikel, un maravilloso truco del capitalismo para gastar lo
que ganas o lo que no tienes), las multas, presenta a todo tipo de animales
copulando, las compras, las fiestas (“con unas copas de más, a todos nos da por
hacer el mandril”), la cama (“qué gran pérdida de tiempo, si no fuera por los
sueños”), los humanos (“una especie con el poderoso don de crear. Y de echar
siestas”), el cortejo (“ella es la que marca los ritmos. La que manda, de buen
rollo”), hacer el amor (“hacer el amor es un concepto de peluches. Se folla
amando o sin amar y punto”), el amor (“el amor es lo mejor y lo peor del mundo.
Como el desamor”), la televisión (“casi siempre pienso que lo que veo en la
tele es irreal. No puede ser verdad que haya tanta crueldad y tanta mediocridad
a nuestro alrededor”) y los medios de comunicación (“detrás, las podridas
sombras del poder y la pasta”), las cumbres (“todos nosotros debemos tener
nuestro propio ochomil”), la vida (“la vida te pasa por encima, pero con humor
es mucho más llevadera”), crecer (“hemos nacido para volar. Otra cosa no vale”)
y la propia Kukuxumusu (“Una marca que en realidad es un equipo de cronistas y
humoristas gráficos de la actualidad”).
Entre los amigos de Mikel Urmeneta
que aparecen en el libro, Fernando Sánchez Dragó (con quien habla de
escarabajos), José Andrés (uno de los muchos cocineros que conoce bien), Andreu
Buenafuente, América Valenzuela, Juan Luis Arsuaga, Pello Ruiz Cabestany,
Vicente Madoz (su psiquiatra), Edurne Pasaban, Pablo Carbonell, Raquel Sánchez
Silva.
Un libro estupendo, muy ameno, para
estas navidades. “Para ser feliz hay que proponérselo” (Mikel Urmeneta). No
conozco todavía a Mikel (sí a parte de su equipo de Kukuxumusu, con el que
estuvimos a punto de hacer cosas de organización en 2011), pero me parece un
tipo libre con criterio, que ya es mucho en los tiempos que corren.