Primero
de los cuatro días que estaré en Galicia esta semana. Reuniones con el alcalde
de A Coruña, fantástica comida con mis compañer@s de IDEO Business, gente
extraordinaria, conferencia mañana sobre “el componente emocional de la venta”
en el Cluster del Libro y, el jueves y viernes, intervendré en el MBA Executive
de la Escuela de Negocios de NovaCaixaGalicia para impartir Coaching y
Desarrollo de Personas. Además, variar reuniones comerciales y de proyecto.
Galicia es especial, sin duda, y me siento profundamente gallego de corazón.
Te
pido que veas el anuncio (si aún no lo has hecho) y lo disfrutes, porque es
emotivo, elegante, exquisito… y llega al alma.
Efectivamente,
en esta maravillosa tierra que siento tan dentro de mí, lo único que no se
nubla nunca es nuestra alegría. Con la que está cayendo, debemos apelar a la
firmeza de nuestro carácter y a la alegría de vivir, porque la actitud
sanamente optimista es la más valiosa.
Galicia
puede ser el fin de la tierra (Fisterra) y el centro del universo (Compostela).
Mi gratitud a l@s compañer@s de IDEO, mayoritariamente galleg@s.
En
el capítulo deportivo, hemos de reconocer el impresionante talento del joven
Marc Márquez (20 años), campeón de MotoGP, de Rafa Nadal (que acaba el 2013
como número uno del mundo, a pesar de perder la final del torneo de maestros
contra Djokovic) y de Fernando Verdasco y David Marrero (que vencieron en el
mencionado torneo a los Bryan, la mejor pareja de la historia). Es el talento
español que admira el mundo.
Y
en el empresarial, la buena noticia del crecimiento de beneficios de Abengoa
(13%) y las declaraciones del presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri,
en su comparecencia en el Parlament de Catalunya ayer. Dijo claramente que ha
habido entidades que han hecho bien las cosas y otras que las han hecho mal, y
que la diferencia entre unas y otras es que las primeras tenían gestores buenos
y las segundas, gestores malos. Efectivamente. Es la calidad directiva, que
supone el 60% de la competitividad y de la productividad. Por eso, como decía
Einstein, la verdadera crisis es la crisis de incompetencia.
Lo que
ocurre, evidentemente, es que los incompetentes no evolucionan positivamente
(en todo caso involucionan), en tanto que los más competentes lo hacen cada vez
mejor, porque desarrollan su talento y su liderazgo. La brecha se amplía, y el
coaching es voluntario.