Domingo de lluvia y frío, como corresponde a la estación otoñal en la que nos encontramos (el invierno está a cuatro semanas), al menos en Madrid.
El gran Guy Kawasaki, el que fuera “evangelista en jefe” de Apple y uno de los más influyentes gurús del marketing, me ha puesto en aviso en Facebook de un muy interesante artículo de Martina McGowan, “12 Most Self-Absorbed Ways to Destroy your Credibility” (http://12most.com/2013/11/01/ways-to-destroy-credibility/?utm_source=feedly) Martina es madre, abuela, bloguera y durante 30 años ha practicado la medicina.
En este artículo se refiere a la fragilidad de la Reputación (cuesta años crearla y puede desvanecerse de un plumazo) y nos propone doce vías para no perderla, evitando:
1. La falta de respeto al tiempo de los demás. Como “el tiempo es dinero”, todas aquellas personas que llegan tarde sistemáticamente, que son impuntuales en las reuniones, que cancelan sus citas a última hora, que son un desastre con la gestión de su tiempo se vuelven poco creíbles.
2. La escucha no sincera. Aquell@s que no prestan atención a lo que se les dice, que no miran a los ojos, que escuchan a medias o nada en absoluto, tiran su reputación por los suelos. Es una cuestión de claridad y de responder amablemente.
3. La inacción. Cuando se trabaja en equipo, hemos de cumplir lo que nos comprometimos a realizar. L@s líderes han de pasar tiempo en las trincheras, ayudando a su gente con los trabajos menos glamurosos.
4. La práctica de la microgestión. En lugar de delegar adecuadamente, meternos en los pequeños asuntos cotidianos.
5. Ignorar las promesas y los acuerdos. Cuando se promete algo, hemos de llevar a cabo un plan de acción para cumplirlo. La gente que falta a su palabra pierde su credibilidad.
6. Poner excusas. Hay todo un catálogo: “se me olvidó”, “es que creía que…”, “lo entendí mal”, “es que no tuve tiempo”. Quien se excusa, queda expuesto.
7. No apoyar a las personas. Cuando nos presentan una idea o una propuesta, más allá de decir (con mayor o menor honestidad) que es magnífica y dejarla “en caída libre”, hemos de apoyarla de verdad si creemos en ella.
8. Asegurar que tú eres el más importante. Ponerte medallas, buscar el protagonismo, evidenciar que tú eres mejor… La falta de humildad se paga.
9. Echar la culpa a los demás. Cuando las cosas no salen, culpabiliza al resto del equipo y trata de salir “de rositas”. Te ganarás una fama de egoísta, individualista e incluso traidor.
10. Abusar de tus relaciones. Habla solo con tus contactos cuando tengas que pedirles algo, ve directo al grano… Las relaciones han de partir de la generosidad, o “se te verá el plumero”.
11. El abandono de los proyectos. Elige solo proyectos estrella, que te hagan “quedar bien”. Y si la cosa se tuerce, déjalo y ve a otra cosa. Este tipo de conductas minarán tu credibilidad al máximo.
12. No aceptar la crítica. Cuando alguien, de confianza, te diga honestamente en qué cree que tiene que mejorar, no le escuches, pon justificaciones, olvídalo. Sin mejora, tu ego quedará fortalecido y tu credibilidad se hundirá.
En el fondo, como casi siempre, las doce propuestas de Martina McGowan son sentido común. Sin embargo, evitarlas no es, desgraciadamente, práctica común. No está de más repasarlas, autodiagnosticarnos respecto a cada una de ellas, ser conscientes de aquellas que hacemos bien y de las que debemos sentirnos orgullos@s (sin bajar la guardia) y trabajar con esfuerzo en las que reducen nuestra credibilidad y podemos, debemos y queremos corregir (si es posible, con la ayuda de nuestr@ coach).
Mi gratitud a la autora, Martina; al “conector”, Guy Kawasaki, a quienes fortalecen su credibilidad día a día (y también, ¿por qué no?, a las personas que no tienen credibilidad y están a nuestro alrededor, porque nos enseñan lo que no debemos hacer).