Coaching de Equipo hoy martes y mañana miércoles en Fuenterrabía, en
el Hotel Jaizkibel (magnífico remanso de paz, con una gastronomía sensacional)
con el equipo de dirección de una empresa muy innovadora del sector aeronáutico.
Soy un apasionado del Coaching, y considero que el Coaching de Equipo
(convertir un comité de dirección en un equipo de alto rendimiento, con una
metodología eficaz, seria y rigurosa) es enormemente rentable. Todavía me
sorprende que la mayor parte de los llamados “equipos” en la empresa no lo sean
realmente; que improvisen, y por tanto obtengan antisinergias (resultados
peores que cada uno por separado).
Admiro mucho a Luis Conde, sin duda uno de los mejores head-hunters de
nuestro país y a nivel internacional. He tenido la fortuna de asesorar a la
firma de la que es presidente, Seeliger y Conde, desde hace muchos años, tanto
en Barcelona y Madrid como al otro lado del Atlántico. Luis Conde es un
excelente profesional y una gran persona. Creo que Esperanza Aguirre, ex
presidenta de la Comunidad de Madrid, hizo muy bien al incorporarse a su
organización y me consta que fue la intuición de Luis la que provocó que
Esperanza Aguirre aceptara la propuesta.
Hoy he recibido de Pau Hortal, uno de los mayores expertos en
recolocación de España, un artículo sobre la fórmula del Talento de Luis Conde:
T = (c+v) * a. El Talento es la suma de conocimientos y valores multiplicado
por la actitud. Como dice Pau en su newsletter Alius Modus, “es evidente que si falta alguno
de los tres ingredientes es imposible que exista el talento, de la misma forma que solo con grandes
conocimientos y/o determinados valores no es suficiente.” Luis Conde dio una
conferencia el martes pasado en Nueva Economía Forum en la que explicó
su fórmula relativa al talento (un servidor, como tantos otros, había tenido de
escuchar su fórmula del Talento en la Convención de APD de Valencia).
Me gustaría
precisar algunos puntos sobre el Talento. En primer lugar, el Talento es
“Capacidad por Compromiso”, siguiendo a Dave Ulrich, uno de los mayores
expertos mundiales en Recursos Humanos. La Capacidad es Aptitud (Conocimientos,
Habilidades) + Actitud (Comportamientos). Sabemos también por la gestión por
competencias (David McClelland y Lyle Spencer, principalmente) que la Actitud
se compone de autoimagen (cómo nos vemos a nosotros mismos), rasgos de
personalidad, valores y motivaciones personales. Por tanto, los valores
(vividos, no enunciados) están ahí, pero solo los tenemos en cuenta a través de
comportamientos observables (de actitud, en definitiva). En puridad, no podemos
multiplicar los valores por la actitud porque la actitud es consecuencia de
determinados valores.
Falta el
Compromiso, que es la energía que le ponemos a lo que hacemos. Una combinación
de cuatro energías: física (rendimiento), mental (concentración, foco),
emocional (ánimo) y espiritual (de coherencia de valores). Personas muy capaces
pero poco comprometidas muestran poco Talento.
Respecto a
la definición de Dave Ulrich, me gusta completarla: “El Talento es Capacidad
por Compromiso en el Contexto adecuado”. El entorno, el contexto, es esencial
(es, por ejemplo, el “efecto Lucifer”, que nos convierte en lo mejor o en lo
peor, como ha demostrado Phillip Zimbardo). El contexto son 4 C: Cultura
corporativa, Clima laboral o ambiente de trabajo, Compensación (más allá de la
retribución) y el grado de Cooperación.
El Talento
es complejo (hasta diez variables), pero no es complicado. Si lo definimos
bien, podemos atraerlo, fidelizarlo y desarrollarlo adecuadamente, que es la
clave de las organizaciones de éxito.
Como nos
recuerda Pau Hortal en la mencionada newsletter, Luis Conde lanzó varios mensajes
de interés, que comparto. “Mensajes referidos a los retos que hoy tenemos por
delante: La salida de la crisis, la necesidad de nuevos liderazgos y el
incremento de la productividad.” “La productividad hoy es hacer más cosas, con
menos gente y de forma diferente”, “Líder es todo aquel optimista que tiene un proyecto, y lo sabe
comunicar”, “Las crisis sirven
para mejorar”. Y especialmente(en este punto sintonizo con Luis y
difiero de Pau), sus comentarios sobre
la “fuga del talento”. El mundo es hoy suficientemente permeable y no
debemos preocuparnos por el hecho de que nuestros jóvenes busquen alternativas
profesionales fuera de nuestro entorno. La experiencia internacional está
siendo ya un activo fundamental para el crecimiento personal y para el
desarrollo de una trayectoria directiva. Para
un servidor no es “fuga de talento”, sino la consecuencia de la globalización.
Nuestros jóvenes volverán (antes o después; mejor que sea antes) y habrán
experimentado buena calidad directiva. Lo que es bueno para todos.
Mi gratitud a Luis Conde y su equipo, a Pau
Hortal y a los directivos con los que estoy trabajando hoy y mañana.