Hoy
he tenido el honor de abrir en Málaga el Programa de Coaching Deportivo y de
Coaching Ejecutivo de la Universidad, celebrado (acto de entrega de diplomas de
la promoción 2012-2013 y discurso de apertura de la 2013-2014) en la
Confederación de Empresarios de Málaga. Me parece una excelente noticia que la
institución académica por excelencia de la provincia y la asociación de
empresarios compartan esta iniciativa. Me agradecimiento a la Rectora (y
presidenta de la CRUE), Adelaida de la Calle; a la Dra. Ana Mª Castillo, que
tanto hace por la UMA; a Javier González de Lara, Presidente de la CEM,
apasionado del coaching y del desarrollo del liderazgo, y a Raquel Casero, que
desde el coaching y desde el deporte tanto está haciendo por la ciudad natal de
Picasso, su generosa invitación.
He
hablado de Aprendizaje experiencial y
desarrollo del liderazgo. Citando a Albert Einstein, aprendizaje y
experiencia vienen a ser una misma cosa, porque como decía el científico más
renombrado del siglo XX, “El aprendizaje es experiencia. Todo lo demás es mera
información”. Vivimos, en este paso del
Capitalismo al Talentismo, tiempos de datos e información cada vez más
accesibles, y de conocimiento y sabiduría (talento) cada vez más escasos y
valiosos. El aprendizaje, experiencial, es la respuesta.
De
hecho, es el origen de la sostenibilidad. Como nos enseñó Reg Revans
(1907-2003), “la sostenibilidad de cualquier organismo vivo depende de que la
tasa de cambio sea igual o mayor a la del entorno”. Un entorno
híperglobalizado, conectado, de desarrollo tecnológico exponencial.
La
experiencia (del latín “experiri”, comprobar) se refiere a “haber sentido,
conocido presenciado alguien algo”. Como tituló el poeta chileno Pablo Neruda
en sus Memorias, “Confieso que he
vivido”. En términos metodológicos, me he referido al modelo de “experiential
learning” de David Kolb (nacido en 1939 y actualmente profesor en Case Western
U con Richard Boyatzis): de la experiencia concreta (emociones) a la
observación reflexiva (escuchar/observar) a la conceptualización abstracta
(pensar) a la experimentación activa (hacer). Desde la diversidad intangible
(formas de aprender en la práctica) somos más asimiladores, divergentes,
convergentes o adaptadores. Esencial para complementarnos como equipo.
Sentido
común (la necesidad de aprender desde la experiencia), pero no práctica común.
Según el Foro Económico Mundial con sede en Davos, somos el país 88º en
formación continua (y, no lo olvidemos, el 51º en calidad directiva, después de
haber caído 8 puestos en el último año). Citando a la premio Príncipe de
Asturias Martha Nussbaum, ““Estamos en medio de una crisis de proporciones
masivas y grave significado global. No me refiero a la crisis económica que
comenzó en 2008. Al menos, en este caso el mundo sabe que existe y muchos
líderes mundiales trabajan desesperadamente para encontrar soluciones. Me
refiero a una crisis que está pasando desapercibida, como un cáncer, una crisis
que puede ser, a largo plazo, mucho más destructiva para el futuro de la
democracia: la crisis mundial de la educación”.
Ejemplo
práctico de cuando las cosas se hacen bien, la Bundesliga. Christian Seifert,
CEO de la liga alemana, la clave está en la experiencia, en ir al estadio. En
1ª y 2ª división, la tasa de ocupación de los estadios a lo largo de toda la
temporada es del 91%. Solo la supera la NFL. ¿Cómo lo han logrado? Precios
asequibles, sin palcos, transporte público gratuito el día de los partidos,
solidaridad entre los equipos…
He
hablado también de Dan Coyle y de sus “52 consejos para elevar tu talento”, al
que me referí en este blog el pasado 16 de octubre.
El
segundo bloque es el del Liderazgo, que entiendo como “talento para influir
decisivamente en los demás”. Esencial en la atracción, fidelización, desarrollo
y rentabilización del talento. Un ejemplo del impacto lo podemos leer en el
reciente libro Anatomía de una crisis,
de Aristóbulo de Juan, Francisco Uría e Íñigo de Barrón, que achaca
acertadamente la crisis a la mala gestión. Ya sabes, liderazgo proviene de la
palabra “guía” en sajón: marcar la pauta, hacer equipo e infundir energía. Algo
complejo (9 variables, en términos intelectuales, emocionales y viscerales),
pero no complicado, que se debe desarrollar a conciencia.
El
tercer bloque ha sido precisamente el de desarrollo del liderazgo. ¿El/la líder
nace o se hace? Ya sabes que ni una cosa ni la otra. El liderazgo necesita de
voluntad (es voluntario, vocacional) y de dedicación (ciclos de 10.000 horas).
El/la líder se forja, se cultiva. Por ello el coaching es tan eficaz (se
cumplen los objetivos, cuando están bien formulados, en más de un 85%). Un
directivo sin coach es como un deportista autodidacta: no puede competir en la
élite, no puede ganar.
Finalmente,
he puesto como ejemplo, el paracaidismo (le agradezco la metáfora a Irene
Martínez, creadora del concepto de “Marca Profesional” y codirectora de varios
programas de Coaching Estratégico). Aunque te supieras las reglas, ¿te
lanzarías en paracaídas a la primera? No, necesitas un monitor (coach), con el
que te lanzarías, y un equipo adecuado. No hay otra.
En fin,
en este fin de la recesión podemos –y seremos- la nueva China o la nueva
Alemania. Realmente, las dos cosas. De nosotros depende ser talento (creciente,
valioso) o ser un recurso cada vez más barato y menos valorado. Tú eliges (si
estás leyendo este blog, muy probablemente has elegido ser talento, ser marca,
ser líder).