5 grados esta mañana en Madrid y soleado en el Mediterráneo. AVE a Barcelona a
las 9,30 horas, reunión de 90 minutos en la ciudad condal sobre proyectos de
consultoría ligados a uno de nuestros más prestigiosos chefs, almuerzo de
trabajo y participación en la Convención de una de las principales
multinacionales de nutrición. El tema: “Superorganismos y el espíritu de los
Mosqueteros”. El DG de esta gran empresa es un culé fan de Pep Guardiola y le
encantó el libro Los mosqueteros de
Guardiola que no hace mucho escribimos la Dra. Leonor Gallardo (en estos
días, por Medellín) y un servidor.
El Capitalismo ha
sido esencialmente individualista y ha favorecido, incluso mitificado, la
inteligencia individual, el talento del “llanero solitario”. El Talentismo, por
el contrario, aboga por la inteligencia colectiva, por el talento sinérgico del
tándem, del quinteto, del equipo, del superorganismo.
Por ello, en esta
nueva época debemos ser precis@s con el lenguaje. Un equipo es un grupo humano
que genera sinergias, resultados mayores que cada un@ por separado (si un grupo
no es un equipo, lo que ocurre en el 80% de las ocasiones, el resultado es la
anti-sinergia, y por tanto es un anti-equipo, sea una comuna o un clan). Los
equipos pueden ser de dos personas (tándem), de cinco (quinteto), hasta de
nueve personas para que funcione eficazmente (cuantas más personas forman parte
del equipo, más complejas las interrelaciones y por tanto menor probabilidad de
eficacia). Los equipos de alto rendimiento están adecuadamente configurados (se
sabe quién pertenece y no pertenece al equipo), evolucionan (desde sus inicios
hasta su fin, pasando por la “catarsis”, en la que el equipo se atreve a ser
más sincero por el bien del mismo, por aprendizaje) y sus resultados son la
consecuencia natural de su comportamento.
Cosa distinta son
valores organizativos como la colaboración, la empatía, el servicio a l@s
demás, que definen a las empresas ganadoras. Por ello, un equipo de fútbol es
el que está en el campo (los once que compiten contra otros once, y que más
allá del valor de cada jugador, consiguen vencer al rival o caer derrotado ante
éste). Una plantilla se compone de 23 jugadores y en un torneo como la Copa del
Rey, la Liga o la Champions, todos son decisivos. Su identidad, su espíritu, es
el que les hace ganar o perder el campeonato.
Me gusta el
concepto de “superorganismo”, creado por el entomólogo Edward Lorenz. Es la
“swarm inteligence” (la inteligencia del enjambre), la que poseen hormigas,
termitas, abejas… Cada una individualmente considerada, vale muy poco. Juntas,
son capaces de proezas increíbles. No disponen de lenguaje (algo privativo de
los seres humanos, puesto que se encuentra en el neocórtex, en el cerebro
racional), pero sí de comunicación (a través de feromonas, por ejemplo). El
proceso de selección natural (la supervivencia de l@s más apt@s, no
necesariamente l@s más fuertes ni l@s más individualistas) ha posibilitado que
los “enjambres” prevalezcan. Algo que debería hacernos reflexionar a las
personas.
En el proceso de
investigación para escribir el mencionado libro Los Mosqueteros de Guardiola, nos dimos cuenta que el proceso de
creación de los Mosqueteros (que describe magistralmente Alejandro Dumas en sus
obras), similar al de Barça de Guardiola, nos permite saber los principios que
nos guían para convertir nuestra organización en un “superorganismo”. La
llegada de David Villa, “el Guaje”, del Valencia CF al FC Barcelona y su
relación con “los tres mosqueteros”: Iniesta, Xavi y Messi, nos servía de
paralelismo. Tod@s sabemos que
finalmente Villa –el nuevo D’Artagnan- no “cuajó” en el Barça. Ignoramos qué
habría ocurrido si Guardiola hubiera estado más años como coach del club y
confiamos en que Simeone logre que el tándem de Villa con Diego Costa siga
fructificando.
Pero vayamos con
los “siete principios de los Mosqueteros” para configurar un super-organismo:
A. El triunfo
del Honor. Del latín Honor, honoris, el Diccionario de
la Real Academia de la Lengua Española lo define como
1. m. Cualidad
moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes respecto del
prójimo y de uno mismo.
2. m. Gloria o
buena reputación que sigue a la virtud, al mérito o a las
acciones heroicas, la cual trasciende a las familias, personas y acciones mismas
de quien se la granjea.
5. m. Acto por el
que alguien se siente enaltecido.
6. m. dignidad
El Honor incluye 5 V: Valores, Virtud (areté: potencial), Voluntad,
Valentía (coraje) y Visibilidad.
B. Altruismo y generosidad. Atraer talento que se preocupe por los intereses de l@s demás tanto
o más que por los suyos propios. El altruismo es un término creado por el
sociólogo Auguste Comte como antónimo del egoísmo.
C. La tranquilidad del alma. Es la serenidad, al modo estoico, que exhibió Pep Guardiola en sus
años como entrenador del FC Barcelona.
D. La Compasión.
Entendida no como caridad, sino como “virtud entre iguales”, como sintonía
emocional, como empatía afectiva y efectiva (en la acción, no solo en el
discurso).
E. El Optimismo vital, u optimismo inteligente. Está comprobado que las personas optimistas
viven 12 años más que las pesimistas, y que nos educan en la “indefensión
aprendida” (learned helplessness). Debemos analizar, medir y desarrollar
conscientemente nuestro nivel de optimismo responsable.
F. El espíritu de aventura. Una sociedad acomodada como la nuestra, aversa al riesgo, ha dejado la
“aventura” para los parques temáticos o para ciertas actividades deportivas
extremas. Sin embargo, la vida debe ser una aventura y deberíamos disfrutarla
como tal.
G. Formar parte de un todo. Es el “holismo”. La ciencia está avanzando en la consideración de que
tod@s estamos interconectad@s. En un sistema vivo, cada unidad está implicada
en el conjunto.
Estos siete PM (Principios de los Mosqueteros) concuerdan con las 3 S
de Jack Welch, ex CEO de General Electric, considerado el mejor directivo del
siglo XX: Self-confidence (autoconfianza), Simplicity (simplicidad) y Speed
(velocidad). ¿Muestra tu organización seguridad en sí misma –en sus conductas
cotidianas-, es simple en su modelo de negocio y veloz en sus decisiones y
actuaciones? De no ser así, ¿en qué puede mejorar?
Un superorganismo humano destaca en las 24 fortalezas características
(a partir de las seis virtudes universales) de Seligman y Peterson. Algo
imposible en un solo individuo.
Puedes diagnosticar tu empresa en relación a estos siete principios
(honor, altruismo, serenidad, empatía, optimismo, aventura y holismo) y generar
un plan de acción para aprovechar las oportunidades.
No me cabe duda de que las organizaciones ganadoras de nuestro tiempo
se parecen a superorganismos, tienen “inteligencia del enjambre” y las que
perecen disipan su energía en conflictos internos y en lentitud o consensos
excesivos.
Mi gratitud al Dr. Lorenz, a los buenos coaches como Pep Guardiola y a
quienes practican el liderazgo colectivo propio de los superorganismos.