Ayer
tuve programa doble de cine, con dos grandes amigos, dos genios auténticos: Gravity de Alfonso Cuarón, con Sandra
Bullock y George Clooney (una peli muy interesante sobre la vida y los retos,
con el espacio exterior como silencioso escenario), que vi con Miguel Ángel; y Capitán Phillips, protagonizada por Tom
Hanks, que vi con Silvia Damiano. Una historia (real) de liderazgo, de la que
se pueden obtener múltiples enseñanzas. La Dra. Damiano presenta libro nuevo “El
Liderazgo patas arriba”, con su modelo i4 de Neuroliderazgo.
Steven
Berglas, profesor de psiquiatría de la Universidad de Harvard y médico del
Hospital McLean durante un cuarto de siglo, es uno de los principales coaches
ejecutivos y consultor empresarial en Los Ángeles. Suyo es el “sistema de
alertas” para saber cuándo el coaching ha de dar paso a la terapia. El 9 de
agosto de este 2013 escribió “Get the most out of executive coaching” (Obtén el
máximo del coaching ejecutivo) para la Harvard Business Review.
El
Dr. Berglas nos recuerda, para empezar, que el cambio siempre es voluntario y
no hay coach, por bueno que sea, que movilice a quien no quiere. Además, los
humanos nos “auto-boicoteamos” y por ello mantenemos algunas conductas
disfuncionales (ya sabes: “mejor lo malo conocido…”).
Los
psicólogos que han estudiado la motivación desde los 70 –y principalmente el
profesor Edward l. Deci- nos han demostrado que la motivación extrínseca
(premio o castigo) funciona a corto plazo. Si la motivación es intrínseca (la
persona quiere cambiar de verdad), ¿es útil contar con un/a coach? ¿Se puede
generar un compromiso con el coaching ejecutivo solo a través de la voluntad?
No. Pero se puede desarrollar un modo mental –un “funcionamiento automático-
que supere la resistencia al cambio.
Cinco
técnicas nos propone el Dr. Berglas:
1.
Pregúntate: “Cui bono?” (¿A quién beneficia?).
Cuando
el/la coach te da reconocimiento, piensa que te beneficia a ti. No hay nada
personal.
2.
Asegúrate de no contratar a un/a animador/a sino a un/a entrenador/a de verdad.
No se
trata de que “te jaleen”, te hagan la pelota, te alimenten el ego, sino que
obtengan los resultados que deseas.
3.
Aprende la diferencia entre participación e involucración.
Tras
30 años como psicoterapeuta y coach, Berglas nos asegura de que asumir el papel
de “participante en un proceso de cambio” no es lo mismo que involucrarse
personalmente en el mismo. No vale el absentismo, hacer de espectador. El
Coaching no sirve para cambiar si el/la pupil@ no se implica de verdad. Ya
sabes, la historia de los huevos con bacon. “La gallina participa; el cerdo se
compromete”.
Steve
Berglas recuerda el aforismo de Pogo, el personaje de cómic de Walt Kelly: “He
visto al enemigo, y somos nosotros”. “Si aceptamos este hecho de la vida, el
coaching como proceso de cambio es sorprendentemente visible”.
Mi
gratitud a Silvia, Miguel Ángel y el Dr. Berglas.
Y
hoy, conferencia sobre Jefes tóxicos en organizaciones saludables, en el
Palacio de Coromina, sede del CEU en Valencia. Pero de esto te hablaré mañana.