Delicioso fin de semana en
Venezuela, en Playa Grande, donde Nelson Ríos y sus amigos me han llevado para
disfrutar de la playa, del Yacht Club y de la deliciosa gastronomía de la
Comandancia. Y de ahí al aeropuerto de Maiquetía, para volar hacia Madrid. Ya
sabes, de vuelta a Europa procuro no comer nada en el avión y dormir desde el
minuto uno, porque mañana hay mucho que hacer.
He estado leyendo Quiénes son, qué piensan y cómo trabajan
nuestros emprendedores, un libro-investigación del periodista digital
Fernando García Mongay a partir de entrevistas con los miembros de la
Asociación de Inversores y Emprendedores de Internet (AIEI): Yago Arbeloa
(“Cuantas más veces fracasas, más cerca estás del éxito”), Ángel Asín (“Si el
modelo es bueno, acabará funcionando”), François Derbaix (“Es muy importante
pensar en un equipo pluridisciplinar y no en uno de clones”), Ismael Il-Qudsi
(“No quemes los puentes”), Jesús Encinar (“Hay que empezar por querer ser el
primero”), Gustavo García Brusilovsky (“Internet es quien ejecuta las ideas”),
Javier Martín (“Busca un socio, no vayas solo”), Luis Martín Cabledes (“El
éxito se produce cuando retorna dinero al inversor”), Joshua Novick (“Quise
vender como quería comprar”), Eneko Knörr (“El precio de los contenidos tiende
a cero”), José Antonio Paunero (“La vida del emprendedor es tan complicada que
no merece la pena tener más preocupaciones que una hipoteca”), Aquilino Peña
(“Twitter es un medio excelente para conocer y llegar a los inversores”) y
Alejandro Suárez (“El oro no es lo importante”). Solo por estos consejos, el
libro ya compensa, y mucho.
Como colofón de alto valor,
“Los diez errores más comunes del emprendedor español”, de mi admirado
Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña, que publicó el 12 de marzo de 2012 en El Mundo
(en su columna “Hay un gurú en mi sopa”). Me he permitido transformar esos
errores (en positivo) en aciertos para compartirlos contigo y poner comentarios
de mi cosecha:
- Formación en gestión
empresarial. Somos el país 51º del mundo en Calidad Directiva (una lástima para
la 12ª economía del planeta). La mayor parte de los emprendedores no poseen
estudios universitarios (es probable que sea así porque en la universidad
enseñamos “aversión al riesgo”). “Si bien es cierto que los self-made man
existen, no lo es menos que la formación minimiza el porcentaje de fracasos”,
escribía Alejandro. Estudia, aprende y serás mejor emprendedor.
- Motivación del promotor/a
del negocio. Hambre, voluntad, vocación, compromiso… “son el principal factor
de éxito de un emprendedor. Si no te apasiona lo que emprendes, no funcionará.
- Elegir l@s soci@s
adecuad@s. “Es difícil encontrar buenos compañeros de camino, pero también es
cierto que si quieres llegar lejos, es mejor ir solo. Si quieres llegar lejos,
ve bien acompañado” (ASSO). El emprendimiento es un deporte de equipo.
- Disponer de un gran equipo.
Es el gran talón de Aquiles (junto con la falta de financiación) cuando no
ocurre. Recordemos que un equipo de verdad es un grupo humano que genera
sinergias (el resultado es mayor que cada un@ por separado). Si no hay
sinergias, no hay equipo.
- Empezar con liquidez
suficiente. Alejandro escribe: “Muchas empresas que observo tienen problemas de
liquidez a los 6-12 meses debido a una mala previsión de gastos”.
- Estructuras ligeras, ágiles
y con un coste operativo fijo que no es un lastre. En un mercado pequeño y con
parón de consumo, una gran estructura (con frecuencia, fruto de un éxito
inicial) puede costar la vida de la empresa.
- Ser escéptico respecto al
producto, por bueno que sea. El marketing y la comunicación son
imprescindibles; el producto nunca “se vende solo”. Hay que llegar al
consumidor, no esperar que venga, nos enseña Alejandro.
- Ser globales en términos de
mercado. Cuidado con pensar –y actuar- solo en modo local. “Si la solución no
está en el mercado local, internet nos permite abrir una ventana al mundo”.
- No confundir una buena idea
con una oportunidad. Las ideas están a nuestro alrededor por doquier. “Es
importante analizar el contexto”, considera Alejandro, para saber si la idea es
adecuada ahora y para el/la emprendedor/a.
- Admitir y corregir los
errores. Del error se aprende; el fracaso te hunde. Cuidado con la falsa
persistencia, que puede ser tozudez. “Muchos emprendedores se obcecan en pensar
que todos los consumidores son como él y que deben compartir sus criterios”,
escribe Alejandro. Emprender es disfrutar del camino y ser “flexeverante”
(perseverante en los ideales: misión, visión y valores, y flexible en las
circunstancias).
Muchas gracias, Alejandro,
por estos sabios consejos. Un decálogo muy potente que debemos guardar,
estudiar y seguir.