El 11 de julio es la última
vez que he estado en Asturias, copresentando ante el Club Asturiano de Calidad
y con nuestros buenos amigos de Formastur (muchas gracias, Marta, por ejercer
cariñosamente de perfecta anfitriona, y a Luis por esa increíble fabada estival
en Casa Gerardo) el Programa Experto
en Coaching Ejecutivo que, con permiso de la autoridad y si el tiempo no lo
impide, se iniciará en el Principado el próximo mes de octubre.
Uno de los recuerdos más
gratos de aquella emotiva visita fue cuando nos detuvimos ante la estatua de La Regenta, el personaje de Clarín, en
la plaza de la Catedral. “Esta señora la que llamaban La Regenta, porque su marido,
había sido Regente de la Audiencia, nunca supo la ardiente pasión”. Una de las
cumbres de la literatura española.
Vetusta, es como Leopoldo
Alas, “Clarín”, llamó a Oviedo en aquella obra esencial que, como nada es
casual, también me he traído en esta prolongada aventura vital al Ecuador.
Todos corremos el riesgo de
dejar vetusta (extremadamente vieja, anticuada) nuestra existencia.
Por ello, son buenas noticias
cuando un líder abandona la inercia y propone un salto cuántico. Como ha hecho
Vicente del Bosque con la selección que ha convocado para el partido de hoy en
Guayaquil (3 de la tarde en Ecuador, 10 de la noche en España). Para algunos,
puede parecer que hay prescindido de numerosos titulares (hasta siete) por el
inicio de la temporada liguera. Para otros, incluyendo un servidor, el partido
acá en Ecuador es la ocasión, tras la derrota en la final de la Copa
Confederaciones en Maracaná, de mostrar “la Nueva España”.
Sí, de La Regenta (el retrato
de una sociedad inmovilista, formada por individuos que prefieren una
existencia estable y predecible que vivir su vida con apasionamiento) a La
Roja, la nueva Roja, formada por jugadores jóvenes, con ganas, con enorme
ilusión. Porque De Bosque ha demostrado que “no se casa con nadie” y que cuando
elige a sus jugadores (en el campo, en la convocatoria) lo hace con cabeza y
corazón.
En el fútbol actual, la
juventud se abre paso (lo hemos visto tanto en la ConfeCup como en la reciente
Champions, con el Bayern Múnich y el Borussia Dortmund). En el Talentismo, en
esta nueva era en la que el Talento es más valioso que el Capital (sí, la
capacidad y el compromiso son más importantes que la supuesta abundancia
material), ocurre lo mismo.
Ya sabes, un@ es viej@ cuando
sus añoranzas superan a sus sueños, según la inmejorable definición de John
Barrymore, el actor shakespeariano. Por tanto, la juventud no es cuuestion de
edad sino de proyecto vital, de proyecto compartido.
Mi brindis por la nueva Roja. Y precisamente aquí, en Ecuador,
en la mitad del mundo, donde podemos disfrutar de un proyecto nacional con un
enorme porvenir (Ecuador, como sabes, es el país megadiverso más compacto,
desde la Amazonía a las Islas Galápagos, pasando por los Andes y sus volcanes
-el cercano Pichincha o el Cotopaxi entre ellos- y la costa, con Manta o
Guayaquil, un país que tú y tus hijos no os deberíais perder, por mucho que
hasta ahora no se “venda” turísticamente).
Vicente del Bosque, una vez
más, nos ha dado una sabia lección. Sin embargo, no habremos aprendido nada si
no nos la aplicamos a nosotr@s mism@s… Ante la nueva temporada, ¿seguimos con
el espíritu de la Regenta, aparentemente triunfante y paradójicamente
decadente, o apostamos por nuestra propia juventud, por nuestra renovación
interna, por dejar de ser “una vieja gloria” y vivir con pasión y entusiamo
nuestra vida?
Es una decisión personal que
implica atrevimiento y valentía. La alternativa parece más cómoda, ofrece
menores riesgos, pero también muchas menores ventajas.
Mi agradecimiento a
intelectuales como Clarín, que nos siguen abriendo los ojos después de décadas,
y a la gente de acción como Vicente del Bosque que, humilde, activo y reposado,
nos muestra el camino de la renovación.