O Estado (elefantiásico) o Talento


Me ha ido de maravilla respecto al cine el pasado fin de semana, el último de abril. El viernes por la tarde (tras volver de Ecuador y dejar a Zoe en la fiesta de cumpleaños de su amigo Miguel, en una ciudad deportiva), Ayer no termina nunca, un espléndido drama con dos grandes interpretaciones. El sábado por la tarde, con Zoe y su amigo José, Ironman 3, una de acción muy entretenida (y de paso, la tesis de que Mandarín –una especie de Bin Laden o Gadaffi- es un actorcillo que personifica el mal en beneficio de grandes corporaciones). Y ayer domingo por la mañana, Un gran equipo, comedia francesa de éxito taquillero que, como Intocable y otras pelis galas recientes, deja un excelente sabor de boca. Por qué no haremos en España comedias de este tipo, tan positivas como inteligentes.
Y por la tarde, en el AVE de las 7 a Barcelona, vi En la casa (Dans la maison), de François Ozon. En su estreno, fue avalada por las mejores críticas. Antes de ayer la encontré en unos grandes almacenes y la compré. La historia de un alumno con enorme talento literario que escribe por entregas a su profesor sobre lo que sucede en la casa de su mejor amigo y compañero de clase, a quien le ayuda con las matemáticas. ¿Un proceso de coaching? ¿Una reflexión sobre la labor docente y la necesidad humana de contar historias? En cualquier caso, una gran película, imprescindible. Concha de Oro del pasado Festival de San Sebastián a la mejor película y al mejor guión, nominada al Goya a la mejor película, seis nominaciones a los César… Fue estrenada ante 2.500 profesores. “Yo no tengo derecho a corregir en rojo, sino en verde, porque el rojo produce ansiedad”. “Ni siquiera la lluvia baila descalza”. “Siempre se puede entrar en la casa”.
Respecto a la situación (económica) española, El Mundo es el más crítico con el gobierno: “Clamor contra Rajoy por subir impuestos sin reducir el Estado”, con opiniones críticas de cinco de nuestros mejores economistas: David Taguas, Juan Ramón Rallo, Daniel Lacalle, Manuel Conthe y José María Gay de Liébana. Desde posiciones que van desde el neoliberalismo a la socialdemocracia, denuncian que no se adelgaza una estructura administrativa hipertrofiada y que el poder político opta por una mayor presión fiscal.
Y El País presenta a los políticos jóvenes (Eduardo Madina, Beatriz Talegón, Alberto Garzón, Albert Rivera, Juan López de Uralde, Guillermo Fernández Vara, Emilio García Page, Joan Mesquida, Antonio Basagoiti, Alfonso Alonso, Patxi López, David Ortega), que tienen mayor valoración que la triple R (Rajoy, Rubalcaba, Rosa Díez). ¿Dan por finiquitada a Esperanza Aguirre? Yo de ellos no lo haría.
Estado o Talento. Tenemos un Estado desmesurado, con 20.000 asesores intocables, y sin ponerlo en forma no salimos de ésta. En el China Daily de esta semana (26 de abril – 2 de mayo), el artículo de portada era Talent Quest (La búsqueda del talento). China busca que los mejores talentos trabajen y vivan allí, sea como sea. En su Plan 2010-2020, se propone contar con 180 millones de personas de gran talento, frente a los 120 millones actuales. A ello destina ayudas adicionales de 124.000 € anuales a quienes se animen a vivir allí.  Sí, la nueva era va de atraer, fidelizar y desarrollar talentos, para lo cual necesitamos contextos ganadores (cultura, clima, compensación y cooperación) y capital organizativo. Aquí la ciencia ha “recortado” en 600 millones de euros.
Por lo demás, el artículo de John Carlin sobre la OPA de Catar al mundo del fútbol. Dueños del Paris Saint Germain, patrocinio de 30 M € anuales al FC Barcelona, derechos de Eurosport, Mundial en 2022 (que le “costado” 33 millones de euros, 10 M € en “embajadores”). “Detrás del fútbol hay mucho más, el deseo de Catar de convertirse en un Londres económico o en Washington político”.
Y un libro recomendado sobre las políticas económicas en Iberoamérica (Brasil, Ecuador, Bolivia, Uruguay y Venezuela): ¿Alternativas al neoliberalismo en América Latina? Me lo pido y ya te cuento.
Mi gratitud a quienes siguen luchando por el desarrollo del talento y no por aprovecharse del Estado en su propio beneficio.