Jornada en
Madrid de reuniones comerciales.
Me interesa
mucho el fenómeno de la clase media y qué está pasando en Occidente con ella,
frente a otras regiones del planeta. A la transformación de la clase media
(prácticamente desaparición en Estados Unidos y en Europa) le dediqué varias
reflexioens en Del Capitalismo al
Talentismo.
La Vanguardia
ha dedicado el último de sus dossiers (el número 47) precisamente a El mundo de la clase media. Once
artículos muy relevantes, plenos de análisis, sobre distintos aspectos ligados
a esta clase social tan importante.
James K.
Galbraith, profesor de asuntos públicos de la Universidad de Texas y autor de Desigualdad e inestabilidad se refiere
al destino de la clase media. “La clase media fue la respuesta dada por los
Estados Unidos del siglo XX a la Europa decimonónica; dicho con mayor
precisión, la respuesta dada por Franklin D. Roosevelt y Lyndon B. Johnson a
David Ricardo y Karl Marx.” “A partir de 1945 en el norte de Europa y Alemania se
forjó la clase media que persiste hoy en día, en Italia y Francia los
conflictos fueron más agudos y en España y Portugal se impuso el fascismo”.
“Los dos grandes factores de presión que en la actualidad inciden sobre la
clase media de Estados Unidos son la caída del valor de la vivienda y la
degradación del nivel de los servicios públicos locales”.
Todavía el
52’5% de los europeos son clase media, 10’6 puntos más que en EE UU y 16’2 más
que en Brasil. De la UE 27, los países con más clase media son Chequia,
Eslovaquia, Hungría y Países Bajos (más del 61’5%) y por debajo del 48%
Bulgaria (42’2%), Rumanía (45’6%), las repúblicas bálticas y España (47’5%).
Stewart
Stanley, autor de El coste de la
desigualdad, nos recuerda que los bajos salarios están en aumento (25% en
EE UU, 20% en Gran Bretaña). La desigualdad fue considerado el principal
desafío global por el Foro de Davos de 2012.
Nicolás Bouzou,
autor de La tristeza de las clases
medias, comenta que tras la II Guerra Mundial la idea de la igualdad fue muy
vigorosa en Francia. Las clases medias sufren una crisis de identidad de
dañinas consecuencias.
El también
francés Pierre Hassner señala la importancia que para Aristóteles y Tocqueville
tuvieron las clases medias para el bien común, la concordia y la gobernanza
democrática. Para Marc Plattner, esta crisis de las clases medias es un aviso
para la democracia liberal (sin ellas, la democracia liberal no puede
sobrevivir). Anthony Atkinson (Oxford) y Andrea Brandolini (Banco de Italia)
nos advierten: la clase media se puede definir de maneras muy distintas
(ingresos, renta, ocupación y otras).
Branko
Milanovic (Banco Mundial) opina que los disgustados por la desigualdad no han
sido capaces de proponer alternativas realistas. Tal vez el periodo 1945-90 fue
excepcional. Hans Peter Blossfeld (Instituto Universitario Europeo de
Florencia) propone que en la globalización es más incierto el mercado laboral.
Richard Wilkinson y Kate Pickett se centran en el impacto de la desigualdad:
violencia, vida social menos intensa, menor esperanza de vida. Jared Bernstein
(Washington D.C.) constata que de 2007 a 2011 los ingresos medios de las
familias de su país cayeron en picado y el sistema político no respondió. Y
Cheng Li se refiere al caso de China: una fulgurante transformación en los
últimos 20 años.
Para saber más,
este dossier nos propone libros como Grietas
del sistema de Raghuram Rajan, El fin
de la clase media y el nacimiento de la sociedad de bajo coste de Massimo
Gaggi y Edoardo Narduzzi, Third world
America de Arianne Huffington, Los
que tienen y los que no tienen de Branko Milanovic o Plutocrats de Christya Freeland. Y películas como la portuguesa Tabú, la francesa Una vida mejor, la austriaca Paradise:
Love y la estadounidense Take Shelter
(las cuatro de 2011-2012).
Un estupendo
análisis. Creo que sin clase media, con desigualdades mayores (España está
empeorando y mucho respecto a la igualdad), el sistema económico y social se
debilita. Mi gratitud a quienes nos advierten de ello.