Hace unos días “celebrábamos” el 50º cumpleaños de
Michael Jordan. Un Jordan que no habría llegado a lo más alto si no hubiera
sido por su coach en los Chicago Bulls (y coach de Pau Gasol en Los Angeles
Lakers), Phil Jackson. Uno de mis entrenadores favoritos de todos los tiempos,
un magnífico practicante de Zen.
He estado leyendo El líder zen. 10 reglas para ejercer un liderazgo sin miedo y efectivo,
de Ginny Whitelaw. La Dra. Whitelaw (doctora en biofísica) trabajó en la NASA
en el programa de integración de la estación orbital, es cinturón negro de
aikido, roshi (maestra zen) y cofundadora de Focus Leadership.
En este texto tan instructivo, la autora nos propone
diez “saltos”:
- De “sobrellevar” a “transformar”. La energía negativa
de la negación al enfado/ira, a la resistencia, a la racionalización, a la mera
positiva; la energía positiva se eleva desde la aceptación a la alegría y de
ahí al entusiasmo. Las tres claves son relajarse, entrar (ser un@ sol@ con lo
que está ocurriendo) y añadir valor (“en el ojo del huracán, la única dirección
para tu energía es hacia fuera”).
- De la tensión a la extensión. “El cuerpo de un
bebé es suave y flexible. El cuerpo de un cadáver es duro y rígido. Nosotros
somos algo entre medias” (Tanouye Roshi, maestro zen). Ritmo, no ausencia de
descanso. Abajo, no arriba. Fuera, no dentro.
- Del O al Y. Gestionar a la vez el corto y el largo
plazo, la flexibilidad y el control, la creatividad y la disciplina, lo global
y lo local, hacer y ser, lo individual y lo colectivo, el coste y la calidad,
la eficiencia y la capacidad de reacción, lo centralizado y descentralizado, el
crecimiento y la austeridad, la gente y la tarea, el trabajo y la familida,
competir y colaborar, el qué y el cómo, los clientes y los empleados, la acción
y la reacción, la rentabilidad y el propósito.
- Del “ahí fuera” al “aquí dentro”. “¿Qué mundo
estás haciendo?”. Mirar en el espejo, encontrar la raíz y reclamar tu poder.
- De sacarle partido a tus puntos fuertes a
fortalecer tu juego. Usa tus puntos fuertes como trampolín. Ser para ver, forma
tu banquillo y saca al campo al mejor jugador.
- De controlar a conectar. Organizar menos y
colaborar más, conducir menos y ser más visionario, menos es más.
- De obtener resultados a atraer el futuro. Reducir
la velocidad hasta detenerse, prestar atención al futuro, transformar (en) el presente.
- De “todo gira a mi alrededor” al “me entrego a los
demás”. Gestiona tu energía, sirve a la situación, escucha y aprende.
- Del “yo” local al “yo” total. Los patrones de energía
marcan el camino. Amplía la red, imagina qué pasaría si…, plantea tu meta (la
imaginación se convierte en realidad).
- Del engaño al despertar. Siempre se trata del
miedo. Aminora la marcha… detente, entra en la corriente, descansa en aquello
que no tiene ningún sitio adónde ir.
Una buena práctica consta de pequeños descansos, una
rutina de trabajo que te deje practicar un cambio deseado, una actividad física
que te dé más energía; reflexionar, escuchar y aprender de tu experiencia.
Un libro interesante. Coherente con lo que Eckhart
Tolle llama “una nueva Tierra”.
Mi agradecimiento a los serenos y espirituales como
David, Cris y Mónica, a Carmen y Ana (su curso El líder equilibrado de este fin de semana ya tiene overbooking; el
próximo, en abril) y por supuesto a Phil Jackson, un maestro zen en el
liderazgo deportivo.