Cómo funcionaría todo, si leyéramos, estudiáramos y aplicáramos lo que sabemos


Jornada de lunes, el último previo al Talentismo, entre Catalunya y Canarias.
Ave de las 8,30 de Madrid a Barcelona. En la ciudad condal he tenido el privilegio de participar en la Convención Anual del Grupo Planeta (he escrito y publicando una docena de libros en sus distintos sellos: Planeta Empresa, Gestión 2000, Temas de Hoy, Deusto y sobre todo Alienta; gracias a mis queridos editores por esa oportunidad). Les he hablado a los 100 directivos del Grupo sobre Cómo funcionaría todo si se pusieran en práctica nuestros libros. Es decir, si se aplicara lo que predicamos, si se implantaran las ideas de los mejores textos de dirección empresarial.
Para ellos, dos premisas: la primera, que más del 60% de la Productividad depende de la Calidad Directiva (en Calidad Directiva, según datos del Foro Económico Mundial, nuestro país era el 27º en 2008-9, 28º en 2009-10, 35º en 2010-11, 45º en 2011-12 y 43º en 2012-13); la segunda, utilizar el modelo de las 7S de McKinsey elaborado a principios de los 80 por Tom Peters, Robert Waterman, Richard Pascale y Anthony Athos: Estrategia, Estructura, Sistemas de información, Valores compartidos, Liderazgo (estilo de dirección), Clima y Talento.
Cada año se publican unos 1.000 libros de management; unos 100 de ellos, por el Grupo Planeta. Me he permitido elegir 30 (4-5 por cada una de las siete S) que ejemplifican la sabiduría actual sobre el Management.
- Estrategia: Generación de Modelos de Negocio, de Osterwalder y Pygneur (no estamos elaborando una estrategia actual si no tenemos en cuenta el ‘canvas estratégico’ que nos proponen estos autores); Empresas que caen y por qué otras sobreviven, de Jim Collins (un análisis certero de la arrogancia como causa de la decadencia y la defunción empresarial); Somos cambio, de Laura Rojas-Marcos y El pequeño libro de las grandes decisiones, de Mikael Grogerus y Roman Tschäppeller (un gran éxito de ventas, que sintetiza las herramientas de análisis y toma de decisiones).
- Estructura: Cambia el chip, de los hermanos Heath (un gran libro sobre cómo transformar la organización); Grietas de sistema, de Ragjuram Rajan (que nos adentra en el concepto de Capital Organizativo); El Mantra del Talento, de José Manuel Casado (uno de los más potentes sobre sistemas de RRHH); Llevando a tu equipo contigo, de David Novak (el CEO de Yum! nos enseña las claves: establecer metas ambiciosas, motivar a los colaboradores para que trabajen en equipo, celebrar los objetivos una vez conseguidos y repetir todo ello una y otra vez hasta que la excelencia se convierta en una constante de la cultura corporativa).
- Sistemas de información: Los 10 pecados capitales del Marketing, del gran Phillip Kotler; El arte de cautivar, de Guy Kawasaki (el que fuera “evangelista en jefe” de Apple nos regala un texto impactante); Increíblemente simple, de Ken Segall (publicista de Steve Jobs); Inspiritismo, de Diana Orero (las actitudes para ser creativo e innovador, por una joven valenciana de gran talento).
- Valores compartidos: Los siete hábitos de la gente eficaz, de Stephen Covey; Verdad, bondad y belleza, de Howard Gardner (el padre de las “inteligencias múltiples”, en uno de sus mejores libros); El cisne negro, de Nassim Nicholas Taleb (en un mundo de incertidumbre, es importante que las convicciones estén arraigadas); Parece difícil, ¡pero no lo es!, de Ángel Llácer (me ha sorprendido muy gratamente el libro de este director de teatro, famoso por sus programas de televisión, como ya comenté en este blog).
- Liderazgo: Liderazgo Guardiola, de la Dra. Leonor Gallardo y un servidor (Pep, como ejemplo de admiración y de que el éxito no es por casualidad); El líder que llevas dentro, de Juanma Roca; Si Harry Potter dirigiera General Electric, del filósofo Tom Morris; The Talking manager, de Álvaro González-Alorda (en este apartado también incluiría ¡Influye!, de Enrique Alcat). El Liderazgo genera el Clima en más de un 70% y es esencial para la atracción, fidelización y desarrollo del talento.
- Clima laboral: Y tú, ¿trabajas en una empresa sana o tóxica?, de Patrick Lencioni (este experto en trabajo en equipo nos explica las claves); La sorprendente verdad sobre qué nos motiva, de Daniel Pink (el libro que mejor explica lo que funciona y no funciona en la motivación); Implícame, de Silvia Damiano (el mejor libro sobre “engagement”); Carisma Cómplex, de Rubén Turienzo. Ya sabes, el clima explica casi el 50% de los resultados de negocio.
- Talento: Cinco titanes como Michael Gazzaniga (¿Quién manda aquí? El libre albedrío y la ciencia del cerebro), Richard Florida (La clase creativa), Steven Pinker (Los ángeles que llevamos dentro), José Antonio Marina (La educación del Talento) y David Shenk (El genio que todos llevamos dentro). En la nueva era, el Talento es más escaso –y valioso- que el Capital.   
¿Qué podemos hacer en el Talentismo? Pues ya sabes: apostar decididamente por la empleabilidad, por la educación, por los proyectos, por el equipo y por la felicidad (que se construye, no se busca).
Estamos adentrándonos en un momento fascinante de la historia. En la prensa de hoy, he podido leer un artículo de José García Montalvo (catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra), titulado La crisis trae formación. En él, comenta los datos de la Encuesta de la Población Adulta en Actividades de Aprendizaje: “Tanto en 2007 como en 2011 los desempleados tienen un nivel de participación en actividades formativas significativamente inferior a los empleados. La diferencia en 2011 supera los 10 puntos y el incremento desde 2007 ha sido muy superior entre los empleados”. “Las personas con educación primaria no solo participan me nos en actividades formativas, a pesar de ser probablemente las que más lo necesitan, sino que también son las que tienen menor intención de participar en el futuro”.
Los mayores de 24 años que realizan algún curso pasa del 31% al 38% (más de 2 millones de personas), pero no llegan al 50% del Reino Unido o los países nórdicos. ¿Por qué no estudian los que no estudian? Un 30%, “porque trabajan” (incompatible con el horario laboral); un 25’5%, por “responsabilidades familiares”; el 19,5% por “el empleador o por falta de apoyo de los servicios públicos”; el 52%, simplemente “porque no quieren”. El 23’1% de los jóvenes entre 18 y 24 son ninis. Terrible.
También he estado leyendo una entrevista de John Müller a Luis Garicano Gabilondo (Valladolid, 1967), uno de mis economistas favoritos. Para él, el gobierno ha tomado buenas decisiones, “aunque todas tarde”. “El gobierno peca por defender en exceso a los bancos y a los accionistas”. “El crecimiento depende de dos cosas: el capital humano y las instituciones limpias, sólidas, transparentes. En lo primero, el Gobierno ha hecho muy poco. En educación, lo que hace falta no es inmersión catalana o castellana, sino en inglés y en matemáticas. En cuanto a las instituciones, avanzamos en la dirección contraria: parecemos a veces una república bananera en la que el ministro de turno decide el futuro de sectores enteros de la economía”. Estoy plenamente de acuerdo en que es cuestión de educación y de transparencia en las instituciones,  a través de un proyecto de futuro ilusionante, inspirador e integrador.
Y finalmente, la escritora Almudena Grandes, que titula su artículo de contraportada, precisamente, Educación. Habla de unos niños, los estudiantes que están por debajo de la media de la OCDE, que “ven a diario cómo sus hermanos mayores, con un doctorado, dos másteres y tres idiomas, se pegan por un trabajo en un bar de copas. Cómo sus padres, después de trabajar toda su vida, se quedan en la calle con 20 días por año y con la perspectiva de un desahucio inminente. Cómo sus abuelos tienen que tirar de todos ellos con una pensión que cada vez vale menos. Y cómo ese dinero que dicen que no había, aflora por doquier, en escándalos de corrupción que infiltran toda la sociedad, desde la Pantoja a la Casa Real, mientras siguen escuchando que su familia vivía por encima de sus posibilidades. El problema de los niños españoles no es el diseño de programas, ni Educación para la Ciudadanía, ni el castellano como lengua vehicular. El problema de los niños españoles es España, un país injusto, un país inculto, donde los ricos no pagan los impuestos que asfixian a los trabajadores y nadie tiene nunca la culpa de nada; donde las leyes, como los programas electorales, están para violarlas y el único horizonte de los mejores es la emigración. Esa es la verdadera, trascendental reforma educativa que padecemos. Si les han dejado sin futuro, ¿para qué van a estudiar?” Amén, Almudena.
Mi agradecimiento a quienes siguen publicando libros, como los señores de Planeta; a quienes siguen leyendo; a quienes siguen estudiando. De ell@s será el Talentismo, no me cabe duda. Última semana de Capitalismo, y ya estoy, como el actor Gérard Depardieu (que acusa a su país de traicionar al talento), hasta más allá de las narices.