Esta
mañana he tomado el vuelo La Coruña-Madrid de las 6,30 para llegar a tiempo a
la Deusto Business School. Hoy viernes y mañana sábado, Desarrollo del
Liderazgo con Airbus Military, con un Programa personalizado fascinante. Mi
agradecimiento a los profesionales de Airbus (en su gran mayoría, ingenieros)
que combinan la pasión por ser auténticos líderes con sus vastos conocimientos.
Su entrega y compromiso me llena de energía.
Ayer
estuve leyendo (me lo regaló muy generosamente su autor) Ser feliz no implica ser idiota. Los cinco consejos del abuelo, la
ópera prima del muy talentoso Javier Cebreiros. Javier sueña con el mejor
comunicador con lenguaje positivo de España y estoy plenamente seguro de que lo
conseguirá.
Ser feliz no implica ser idiota nos reserva una primera sorpresa: está prologado
por Juan Díaz Arnau, Director General de Novagalicia Banco. Juan, que es una
gran persona y un excelente profesional (un referente de lealtad e
involucración en las entidades financieras de nuestro país) recuerda en el
prólogo la presentación de Javier Cebreiros a Iago Santalla (otro gran amigo,
el padre de los “ilímites” del ser humano). “Entonces me asombró por su
facilidad para sintetizar la esencia de lo importante”, recuerda Juan Díaz
Arnau. Efectivamente, por lo que le voy conociendo es uno de los grandes
talentos de Javier Cebreiros. Otro, que comparte con Juan Díaz Arnau, es el
Liderazgo basado en valores: “ A día de hoy, los principios tradicionales de la
dirección por objetivos resultan insuficientes”. ¡Qué gran verdad! Necesitamos
la DPO, sí, pero los valores son esenciales: “Se puede y se debe dirigir
generando emoción positiva (no está en venta) hacia retos compartidos y en un
régimen de confianza (sí, en las personas). No hay combinación más veloz, ni
más sostenible, ni capaz de alinear tantas voluntades”, apunta Juan. Lo bueno
no es que lo dice, sino que lo hace y por ello su banco, al que dedica sus
esfuerzos, es un proyecto ganador, lo que significa una excelente noticia para
Galicia y para toda España. El prologuista concluye con un recuerdo a los
padres de Javier (Jorge y Esperanza), que “asisten orgullosos al espectáculo”.
Sólo por el prólogo ya merece la pena esta obra.
Pero
es que Javier nos da cinco claves (consejos –reales- de su abuelo) que son
formidables:
a)
¡Haz
lo que te gusta!
b)
¡Sé
feliz!
c)
¡No
hay imposibles! ¡Todo es posible!
d)
¡De
frente y hacia arriba! ¡Organízalo!
e)
¡Etiqueta
tus valores! ¡Sé tus valores!
Son inmejorables
consejos. Javier Cebreiros nos enseña que “es imposible ser feliz sin trabajar
feliz”, se inventa una matriz de aptitud x actitud verdaderamente innovadora
(en las aptitudes –abscisas- suspenso, apto, sobresaliente; en las actitudes
–ordenadas- zombie, acto, motor; en el 3x3: desde triste, simple, activo,
apagado, común, genial, pasivo, brillante a líder), nos recuerda que “las
actitudes pesan más que los títulos” y que “todo está bien al final; si no está
bien, no es el final”, la filosofía 90/10 (el 90% de nuestras vidas depende
exclusivamente de nosotros), “ser simple es muy complejo” o “sólo cuando seas
consciente de que cada una de las personas que te rodean pueden afectar
directamente a tu vida según las trates,
podrás entender el poder de la humildad”, nos recomienda libros, películas e
historias de vida, nos regala frases como “La vida no es esperar a que pase la
tormenta, sino aprender a bailar bajo la lluvia”, de Vivien Greene… ¡ah! Y las
dos vías para añadir valor: agradecer y
ser de confianza.
“¡Diferénciate a través de tu esencia! ¡Sé la página!”, escribe Javier. Y nos muestra
aquel proverbio árabe: “Las personas no valen por el tiempo que duran, sino por
la huella que dejan”.
Javier Cebreiros
pertenece por derecho propio a la nueva generación del talento en España. Es un
comunicador formidable (habla desde el corazón) y un escritor muy impactante,
de lo que dejan huella precisamente.
Le he dado la
enhorabuena ayer en La Coruña y estoy seguro de que Ser feliz no implica ser idiota es el primero de muchos libros de
él que nos van a resultar muy útiles. Un servidor recordaba, en el encuentro de
autores, que “idiota” según los antiguos griegos era quien no aprendía. Con todo respecto, los idiotas son los tiranos tayloristas que se empecinan en un modelo agotado. Las personas
felices son lo contrario: son humildes, porque aprenden… y mucho.
Javier Cebreiros, Belén
Varela, Santiago Vázquez, Sandra Portillo: Galicia tiene un Capital psicológico
alucinante. Y como gallego de origen, me alegro sobremanera por ello.
Disfrutar de ellos y
del magisterio de José María Vázquez Pena durante los dos días anteriores en La
Coruña no tiene precio.