De los "tipos duros" a los líderes innovadores


Jornada en Vitoria-Gasteiz sobre Liderazgo Innovador. Clave de la productividad y la eficiencia, con APD y la Cámara de Comercio. Hemos empezado, después de las expectativas de los participantes, a comentar el artículo de Carlos Toro en las páginas de DXT de El Mundo ayer sobre Una tradición de tipos duros. Se refería el periodista no solo a Anna Tarrés y sus supuestos métodos en la natación sincronizada, sino a Bela Karoly (entrenador de Nadia Comaneci, Mary Lou Retton o Keri Strug, que decía: “Este deporte necesita a un hombre malo. Si no soy yo, será otro”), a Emilia Boneva, coach de la selección española de gimnasia rítmica que ganó el oro en Atlanta 96, a “hombres sin piedad” del fútbol como Sepp Herberger, Helmut Schoen, Max Merkel (Mr. Látigo), Hennes Weisweiler, Rinus Michels (Iron), Gavril Kachalin, Alex Ferguson o Mario Capello.  A Ekkart Albeit (RDA) en atletismo o Dragan Matutinovic en waerpolo. En baloncesto, “el diabólico Pedro Ferrándiz, el maleducado Bobby Knight y el rudo Dusko Ivanovic”. Y en natación, el entrenador de Mark Spitz, Doc Counsilman, que repetía: “No pain, no gain” (sin dolor no hay triunfo). Para un servidor, y con todo respeto, son cosa del pasado.
La innovación requiere de liderazgo porque necesita un equipo compuesto al menos de creativos, marketineros e ingenieros operativizadores de la idea (y no hay equipo sin líder ni líder sin equipo). El liderazgo o es innovador (el/la líder-coach) o se queda atrás: no basta con la visión de futuro, la adaptación a las circunstancias (situacional), el poder de transformación o la resonancia (inteligencia emocional) siendo todos importantes. Requiere, cada vez más, del desarrollo del talento de los colaboradores.
Es el Liderazgo Innovador para una nueva era, el Talentismo (era conceptual + economía conductual + cultura de la generosidad) en la que los intangibles suponen más del 95% del valor de una organización, sea una empresa o un país. El Liderazgo como Talento para influir decisivamente sobre los demás, como Capacidad por Compromiso en el Contexto adecuado (los/las líderes generan precisamente ese contexto), como fluidez desde la capacidad de gestionar las emociones propias y ajenas. Un Liderazgo con 9 vectores (desde la estrategia hasta el desarrollo) y que tiene como fin supremo ser un/a generador/a de felicidad (GeFe, como diría María Graciani).
Me ha encantado esta jornada en Vitoria, en el País Vasco, una comunidad con la que me siento tan cercano.

He estado leyendo El desafío Strabucks, de Howard Schultz. Lo tenía aparcado porque me imaginaba que era una “americanada”, un panegírico a la mayor gloria de la compañía del café y su actual propietario. Pues no, me equivocaba. Es un relato muy interesante sobre cómo el CEO vuelve a la empresa (había tomado posiciones no ejecutivas) cuando comprueba que Starbucks ha perdido “su alma”. Y trata casi totalmente de intangibles: de calidad del producto, de experiencia vital del cliente, de cómo combinar crecimiento (inversión en tecnología, que estaba obsoleta, y en formación y desarrollo) con reestructuraciones. Está estructurado en cinco partes: Amor, Confianza, Sufrimiento, Esperanza y Valor. Con eso, creo que está dicho todo.
Un libro de “historia reciente” (desde 2007 a 2009) sumamente valioso. En inglés se llama “Onward” (Adelante), porque es lo que Schultz repite desde que se hace cargo de nuevo de la empresa. Los siete pilares sobre los que asienta su Agenda de Transformación son:
1.    Ser la autoridad indiscutible del café.
2.    Involucrar e inspirar a nuestros socios.
3.    Prender la llama del vínculo emocional con nuestros clientes.
4.    Expandir nuestra presencia global.
5.    Ser líderes en el cultivo ético.
6.    Crear plataformas de crecimiento innovador.
7.    Ofrecer un modelo económico sostenible.

El balance y la cuenta de resultados es la consecuencia, nunca la causa. Creer para Crear. Desde la Convicción, la Creación de Valor.

Mi agradecimiento a los profesionales que han participado en la Jornada de Liderazgo Innovador en Vitoria-Gasteiz y a los líderes de verdad como Howard Schultz.