Lo que a Michelle le enamoró de Barack


Fue antes de ayer, el lunes 10, cuando la periodista Ángela Paloma Martín me llamó la atención (a través de Facebook) sobre su entrada en el blog de El País. Hablaba del discurso de Michelle Obama en la convención demócrata 2012:
http://blogs.elpais.com/mujeres/2012/09/michelle-obama-la-madera-de-una-l%C3%ADder.html
En esa entrada, en la que Ángela comenta que Michelle Obama tiene madera de líder, uno puede ver el vídeo de Youtube de la primera dama:
www.youtube.com/watch?v=ZTPdKUA9Ipg&feature=player_embedded
Un discurso excelente, conmovedor, en el que puede observarse que el liderazgo (en este caso, el de Barack Obama para su mujer, Michelle) ENAMORA. “Ser el presidente (de los Estados Unidos) no cambia lo que eres; revela lo que eres”.
El amor (innegable) que la brillante Michelle siente por su pareja me ha recordado a mi abuelo Leopoldo Villar, que tuvo que ponerse a trabajar a los 11 años (su padre había abandonado a la familia) y que a los 18 enamoró a mi abuela, Concepción Lázaro, “por lo bien que dirigía a la gente” (mi abuela Concha, hoy casi centenaria, me lo contó en más de una ocasión). ¿Es posible que la atracción de un/a líder y de un/a enamorad@ sigan las mismas pautas?

Sabemos que la fidelización del talento y la fidelización de una pareja siguen las mismas reglas. El Dr. John Gottman, de la Universidad de Washington, nos ha enseñado que las parejas estables, enamoradas, intercambian entre ellas cinco emociones positivas por cada emoción negativa, y por tanto esa relación conmueve a ambas partes. La Dra. Bárbara Fredrickson ha demostrado que los colaboradores, para mantener la lealtad a la empresa, le pedimos a nuestras jefas y nuestros jefes un ratio adecuado de emociones positivas por cada emoción negativa (un mínimo de tres a una) y que nuestra productividad aumenta hasta trece emociones positivas por cada emoción negativa.
¿Y respecto a la atracción? En el liderazgo, los seguidores están fascinados por la inspiración (una meta convertida en un reto emocional), por la capacidad de integración (no hay equipo sin líder ni líder sin equipo) y por su generación de ilusión. En el amor, las dos personas se sienten fascinadas (idealizan al otro miembro), “son mucho más que dos” (en palabras de Mario Benedetti) y se sienten felices con la relación.
El auténtico Liderazgo es en más de un 90% emocional, gestión de nuestras propias emociones y de la relación con las de los demás. El auténtico Amor es, como ya sabían los antiguos griegos, mucho más que lo puramente erótico: es celebración, profunda amistad, sentimiento, voluntad, acción y reto. Un/a líder y una pareja nos hacen ser mejores personas, y lo consiguen a través de la pasión.

"El Liderazgo es Amor en acción" (Madre Teresa de Calcuta).
    
“Los temas no son políticos; son personales”, dijo en el mencionado discurso Michelle Obama. “Y por ello Barack Obama es la misma persona de la que me enamoré hace ya años”. “Porque para él el éxito no consiste en cuánto dinero ganas, sino en la diferencia que provocas en la vida de las personas”. En 2012, Michelle ama a Barack más que hace cuatro años y más que hace 23, cuando se conocieron. “Porque busca lo mejor en cada una de las personas con las que trata”. ¿Eso es Amor, o es Liderazgo?  

Mi gratitud a l@s grandes líderes y a l@s grandes enamorad@s.