¿Los Estados Unidos de Europa?


Revista Capital del mes de julio. En portada, Queremos los Estados Unidos de Europa. Mi buena amiga Consuelo Calle, directora de la publicación, cuenta en su editorial que antes de incorporarse a Capital trabajó muchos años en Expansión, en cuatro temáticas que ahora vienen muy al caso: Regulación bancaria, Financiación del Tesoro, Mercado hipotecario y Sistema Monetario Europeo. Con tal bagaje de conocimientos, es normal que Consuelo muestre su preocupación: “Todos deberíamos ser conscientes de que estamos ante una situación extrema que, como dicen todos, solo tiene dos salidas: más Europa o desintegración de la misma. Yo confío, espero y deseo que nuestro destino sea más Europa, porque la otra opción, sinceramente, me da miedo: una España bajo ese escenario sería una España negra que tardaría tiempo en levantar cabeza”.
Opino como CC que la solución es más Europa, unos Estados Unidos de Europa. De momento, los obstáculos son que la Sra. Merkel no parece estar por la labor (ésta es una guerra económica, y en las dos guerras mundiales anteriores Alemania empezó ganando y terminó perdiendo) y que en general a los “líderes” políticos europeos parece faltarles miras elevadas. Parecen fontaneros desatascando tuberías (“Supermarios”, como le llaman al Signore Monti) que verdaderos líderes.
En páginas interiores, Juan Llobell explica que El antídoto es más Europa. “O Europa da un salto hacia una Europa federal, por lo menos en la zona euro, o esto no tiene salida. Cuando has hecho una moneda común debes sacar las consecuencias y trasladarlo a una arquitectura política coherente” (José Manuel García Margallo, ministro de asuntos exteriores). George Soros o Christine Lagarde (FMI) tiene muy claro que no quedan ni 100 días para salvar el euro. “El proyecto de construcción europea es irreversible” (Ignacio Molina, investigador principal del Real Instituto Elcano).
Los dos pilares para levantar el próximo edificio europeo son la unión fiscal y la unión bancaria. Hay que fortalecer las competencias de las instituciones europeas. Francia no quiere perder soberanía, Alemania no quiere perder estabilidad. Y los países del sur (un tercio del PIB de la eurozona), a verlas venir.
¿Es mejor seguir con el euro o que vuelva la peseta? Alfonso Pérez lo deja muy claro: el retorno de nuestra antigua moneda supondría una devaluación de más del 35%. Siete de cada diez españoles no quieren esa involución. De ese desastre nacional tardaríamos años en recuperarnos. Muchos bancos quebrarían, las importaciones se encarecerían considerablemente, los bienes básicos subirían mucho de precio… El PIB podría caer hasta un 50%. Y el desprestigio internacional sería terrible.
El reto de construir unos Estados Unidos de Europa nos compromete a todos. Un buen ejemplo está en la ciencia: la primera gran institución creada tras la II Guerra Mundial fue el CERN, un excelente ejemplo de cooperación internacional en el que miles de científicos de 34 países colaboran. “En el CERN las nacionalidades se diluyen” (Mario Martínez, Instituto de Física de Altas Energías de Catalunya). Que el acelerador de Ginebra haya dado con el bosón de Higgs (formulado por Peter Higgs y otros cinco científicos en 1963), el mayor descubrimiento en la ciencia de los últimos 40 años, es una prueba del éxito científico de Europa en su conjunto.
La Unión Europea: 27 estados miembros, 23 lenguas oficiales, más de 500 millones de habitantes, 17’5 billones de dólares (las BRIC son 2’4 + 1’8 + 1’6 + 7’2 = 13 billones de dólares), 31.607 $ per capita.
Por lo demás, este mes de julio Capital nos ofrece dos entrevistas sumamente interesantes: la de Rafael Pascual a Enric Massi (DG de Mango) y la de Valentín Bustos a Miguel Carmelo (Presidente de la Universidad Europea de Madrid): “La nota de la educación en España sería de cinco”. Jordi Benítez escribe sobre los Adictos al Smartphone (cada segundo se envían más de 11.000 whatsapp en todo el mundo). Heriberto Araújo y Juan Pablo Cardenal (autores del libro La silenciosa conquista china, del que he hablado en este blog) explican que China seduce a golpe de talonario: para apuntalar su seguridad energética, ha invertido más de cien mil millones de dólares. En Europa está comprando empresas estratégicas a precio de saldo (un total de 43.000 M $).
Y Juan Llobell entrevista a María Anastasia O’Grady, editorialista y columnista de The Wall Street Journal (escribe Americas todos los lunes desde 1995):  “Latinoamérica se está bifurcando en dos regiones”. La del populismo tramposo (con Argentina, Bolivia, Ecuador y Venezuela) y la de las economías aperturistas (Brasil, Chile, Colombia y Perú). En Brasil hay demasiado crédito y esto puede estar alimentando una burbuja. Sobre mi querida Venezuela, O’Grady cree que “acabará pareciéndose más a la Guayana inglesa”. Ella piensa que Chávez morirá antes que Fidel y que si es antes de octubre, se cancelarán las elecciones y la dictadura podría agudizarse.   Esto seguro de que al final no será así. El venezolano es un gran pueblo y sabrá aprovechar una oportunidad histórica.
La periodista considera que “España tendría mejor imagen pública si las decisiones para lidiar con el problema hubiesen sido más firmes, francas y abiertas”. Plenamente de acuerdo: en el tremendismo de muchos medios anglosajones con nuestro país hay mucha mala leche, qué duda cabe, pero siendo autocríticos, también falta de Liderazgo por nuestra parte. “El daño no es la crisis, es el modo en que se está gestionando la crisis” (MAOG).
Enhorabuena a Consuelo y todo su equipo (Juan, Yolanda, Amaia, Jordi, Valentín, Rafael, Alfonso). Muchas gracias por vuestra labor. Os ha salido un número redondo, del que podemos aprender mucho.

Necesitamos excelentes publicaciones, como Capital, como Emprendedores, como Actualidad Económica, como Harvard Business Review, como Fast Company, como The Economist, como Wired, como Monocle. La realidad va tan deprisa que, si no  nos tomamos un tiempo de reflexión a partir de buenos artículos, seremos incapaces de entender lo que está pasando a nuestro alrededor.