El trabajo, la salud y la fluidez


1 de mayo, Día Internacional de los trabajadores. Se estableció en la mayoría de los países por acuerdo del Congreso Obrero de la Segunda Internacional (París, 1889), como jornada de lucha reivindicativa y de homenaje a los Mártires de Chicago, sindicalistas anarquistas que fueron ejecutados por iniciar una huelga el 1 de mayo de 1886 (curiosamente, el Labor day se celebra en Estados Unidos el primer lunes de septiembre y no el uno de mayo, a iniciativa del Presidente Grover Cleveland, que temía que esta fecha sirviera de plataforma a los socialistas en su país).
    A través de Eduard Punset he conocido la obra de Hans Ulrich Wittchen, Director del Instituto de Psicología Clínica y Psicoterapia de la Universidad Técnica de Dresden (Alemania), que ha liderado una investigación de tres años sobre 514 millones de ciudadanos europeos de 30 países (los 27 de la Unión Europea, más Suiza, Islandia y Noruega). Los resultados de su trabajo se presentaron en el Colegio Europeo de Neuropsicofarmacología (ENCP) el pasado septiembre y revelan que el 38’2% (164.800.000 personas) sufre un trastorno mental cada año, pero sólo un tercio de ellos recibe tratamiento.
    ¿De qué estamos hablando? De ansiedad (14%), insomnio (7%), depresión (6,9%) -que se ha duplicado en las mujeres en las últimas dos décadas-, dependencia del alcohol y las drogas (4%), trastorno de déficit de atención e hiperactividad -que padece el 5% de los jóvenes entre 2 y 17 años- y demencia -se mantiene en 1% hasta los 65 años y, a partir de los 85 se dispara hasta un 30%-. El Dr. Wittchen comentó al presentar el informe: “"estos problemas se han convertido en el mayor reto europeo de salud del siglo XXI, por la discapacidad que producen y los costes sociales y económicos que conllevan".
    Ansiedad. Ineludible recordar el trabajo del profesor Mihaly Csikzentmihalyi sobre el “flow” (prefiero traducirlo por fluidez –cualidad de fluido, según el DRAE; del latín fluidus- que por flujo –acción y efecto de fluir-; del latín fluxus). El autor del concepto hablaba de “experiencias de flow”. Y sobre todo su obra “Beyond Boredom and Anxiety: Experiencing Flow in Work and Play” (Más allá del Aburrimiento y la Ansiedad: Experimentando la Fluidez en el Trabajo y en el Juego). Ed Muzio lo explica muy bien en un vídeo de Youtube: www.youtube.com/watch?v=CjyzMh7DBKg
    La fluidez es “máximo enganche, implicación, involucración –engagement- y máxima diversión, disfrute –enjoyment-“. Si el reto es “demasiado para el cuerpo” (como se decía antes), sufrimos de ansiedad y sus variantes. Si el reto es bajo para nuestras capacidades, sufrimos de aburrimiento.
    ¿Cuánta gente se aburre en el trabajo? Es difícil saberlo, pero una buena aproximación es la “sobrecualificación”. En nuestro país, más del 40% de los universitarios y más del 60% de los inmigrantes trabajan en puestos menores a sus capacidades. Por tanto, no es descabellado imaginar que en más del 50%, si no más, “se aburren”. Como la media europea supera el 38% de ansiedad, insomnio, depresión y otros trastornos, no es difícil imaginar que apenas el 10% de los profesionales “fluyen” en su trabajo. Una auténtica lástima.
    ¿Qué podemos hacer? Si partimos del aburrimiento, como la mitad de los empleados, hay cuatro claves hacia la fluidez:
-       La Vocación: hacer el trabajo que te gusta, para el que “has nacido”, al que quieres dedicar más tiempo… Transformar el esfuerzo en dedicación (y en dominio, después de 10.000 horas de “práctica deliberada”) a través del disfrute.
-       El Proyecto: un reto emocionante, ilusionante, entusiasmante. Proyectarte hacia un futuro deseable.
-       Ampliar horizontalmente las labores que realizas, para llenar tu agenda de estímulos.
-       Elevar tu respons-abilidad (tu capacidad de respuestas), a través de una promoción virtual o real.
    ¿Y si partimos de la ansiedad, como casi el 40% de los trabajadores? Pues otras cuatro claves:
-       Mejorar tus capacidades, a través de la formación (los conocimientos se duplican cada 14 meses).
-       Participar activamente en la creación del reto, para que lo consideres realista, además de ambicioso.
-       Elevar tu autoconfianza, asertividad, optimismo y en general tu inteligencia emocional.
-       Desarrollarte personal y profesionalmente a través del coaching.

    El Liderazgo trata precisamente de eso: de Marcar la pauta (Estrategia, Reto), de Hacer Equipo y de infundir Energía. Un/a buen/a líder genera un clima de satisfacción, rendimiento y desarrollo de modo que in-fluye (hace que las personas del equipo fluyan) decisivamente. Apenas uno de cada seis directivos logran eso, al menos en nuestro país.
    No está de más recordar las ocho condiciones que establece Csikszentmihlayi para alcanzar la fluidez laboral:
1.    Objetivos claros
2.    Retroalimentación inmediata
3.    Equilibrio entre preparación y oportunidad
4.    Profunda concentración
5.    Centrarse en el presente (aquí y ahora)
6.    El control no es problema (no caer en desconfianzas)
7.    Alteración del sentido del tiempo (disfrute)
8.    Evitar el ego

    Cuando fluyes, no es que “equilibres” el trabajo y la vida personal. Es que optimizas la vida. “El maestro en el arte de vivir apenas distingue entre el trabajo y el juego, el esfuerzo y el ocio, la mente y el cuerpo, la información y el recreo, el amor y la religión. Apenas sabe cuál es cuál. Simplemente, persigue su idea de la excelencia en todo lo que hace, y deja a los demás la decisión de si está trabajando o jugando. A sus propios ojos está haciendo ambas cosas”, James Michener, autor de Shogun.


    La Agencia EFE emitía una noticia esta madrugada sobre “Cine obrero en el día del trabajo”. Prefiero llamarlo “Cine laboral” (en esta nueva era, los obreros –sector terciario- ya no son la mayoría de la población laboral). Entre mis películas favoritas, este “Top Ten”: Tiempos modernos de Charles Chaplin; Las uvas de la ira de John Ford; Metrópolis de Fritz Lang; El apartamento de Billy Wilder; Full Monty de Peter Cattaneo; Recursos Humanos de Laurent Cantet; La cuadrilla de Ken Loach; Glengarry Glen Ross de David Mamet; Billy Elliot de Stephen Daldry y The company men de John Wells.

    Y un “Top Ten” del Cine Español: Los lunes al sol de Fernando León de Aranoa; El Método de Marcelo Piñeyro; Casual Day de Max Lemcke; Smoking room de J. D. Wallovits; El verdugo de Luis García Berlanga; Mataharis de Iciar Bolláin; Una palabra tuya de Ángeles González Sinde; El principio de Arquímedes de Gerardo Herrero; Atraco a las tres de José María Forqué y Bienvenido a Farewell-Guttman de Xavi Puebla.
   
    Mi agradecimiento y admiración a todos los que trabajan fluyendo. Feliz día.